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Los juzgados mercantiles de Barcelona, en "emergencia" por la crisis económica

El volumen de casos de suspensión de pagos de empresas aumenta significativamente en la ciudad condal

Los seis juzgados mercantiles de Barcelona se hallan en situación de "emergencia" ante el alud de concursos de acreedores presentados durante el primer semestre de 2008, que se duplicaron con respecto al mismo periodo de 2007, y que podrían superar el millar en cada uno de ellos al acabar el año.

Así lo aseguran los magistrados de los juzgados mercantiles 1 y 2 de Barcelona, Enrique Grande y José María Ribelles, respectivamente, quienes han urgido la entrada

en funcionamiento de los dos nuevos juzgados de esta jurisdicción prometidos por el Gobierno para el presente año, sin que de momento tengan indicios de que se vayan a crear pronto.

Los mercantiles son un termómetro más de la situación económica que atraviesa España, donde cada vez son más y de mayores dimensiones las empresas que entran en situación de insolvencia y recurren a la justicia para que tutele la gestión de los pagos pendientes.

Sólo el pasado 31 de julio, último día hábil antes de entrar en el habitual periodo vacacional de agosto, se entregaron 53 concursos de acreedores -lo que antes se conocía como la suspensión de pagos-, según datos del decanato de Barcelona.

Los juzgados mercantiles de la capital catalana tramitan alrededor del 40 por ciento de los concursos de toda España y, en muchos casos, las asuntos entrantes son muy complejos, con un gran número de reclamantes, y que, además, acaban arrastrando a compañías auxiliares.

En el pasado año, el volumen de trabajo de estos órganos judiciales en la capital catalana aumentó en un 13,4%, con una mediana de 636 asuntos repartidos cada trimestre. Esa tendencia alcista continuó a lo largo del primer semestre de 2007, superando los 500 asuntos ingresados por juzgado, con un incremento "tremendo" en los meses de mayo y junio, explican los jueces.

Concursos con más acreedores

Lo peor es que el aumento "no es sólo cuantitativo, sino también cualitativo", ya que, "si antes los concursos podían tener unos 40 acreedores, ahora son de 200 o 300, porque las empresas afectadas son mayores y más complejas", sostiene Grande.

Por ejemplo, un concurso de acreedores de las dimensiones del de la inmobiliaria Aisa, que admitió a trámite recientemente el juzgado número 5, ya ocupa toda la atención de un sólo órgano judicial.

Además, ese tipo de asuntos son laboriosos y su trámite puede durar un año y medio, aseguran los magistrados, que en el presente año prevén atender unos 1.000 concursos, cuando un juzgado mercantil, según las directrices del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), debería tramitar anualmente alrededor de 350 casos.

Ambos magistrados aseguran que deben "doblar" sus esfuerzos para que no haya demoras en los procesos y se atiendan las peticiones de la sociedad "con sentido de la responsabilidad".

Los magistrados tienen la esperanza de que la entrada en funcioamiento de dos nuevos juzgados prometidos por el Ministerio de Justicia durante el presente año "paliará" la situación, aunque se muestran escépticos de que se cumplan los compromisos, ya que "no existe ningún calendario y nadie conoce con certeza si se van a crear estos dos juzgados ni cuándo", asevera Enrique Grande.

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