La Comunidad de Madrid reconvertirá el instituto San Mateo en el primer colegio catalán

La Comunidad de Madrid reconvertirá el céntrico instituto de enseñanza secundaria San Mateo en el anunciado colegio público catalán Josep Tarradellas, que podrá abrir sus puertas con algunas reformas el próximo curso si hay suficientes solicitudes, al menos 10 por clase. Así lo ha anunciado esta mañana la consejera madrileña de Educación, Lucía Figar.

Se encuentra en la calle de la Beneficencia, en el distrito de Centro de la capital y cerca de Chueca. Imparte enseñanza desde hace casi 26 años y en él ejerce su derecho al voto el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Tiene capacidad para 650 alumnos, aunque sólo están matriculados 65 alumnos este curso y, a día de hoy, ha recibido una única inscripción para el próximo, un niño que quiere estudiar allí 1º de la ESO. Figar ha precisado que se convertirá en el primer colegio bilingüe castellano-catalán de la región si tiene "suficientes peticiones", es decir, 10 alumnos por clase.

Sin embargo, la consejera ha añadido que este ratio no está cerrado. "Todo será cuestión de estudiarlo", ha apostillado. La consejera ha explicado que se abrirá el plazo de inscripción el 26 de marzo y se recogerán peticiones hasta el 15 de abril, es decir, el plazo ordinario. Su oferta será para Educación Infantil de 3 a 6 años y para Primaria de primero a sexto. La zona de adscripción del colegio será única, es decir, podrán pedir plaza alumnos que vivan tanto en Madrid como en el resto de la región, a diferencia de lo que ocurre con el resto de centros con fondos públicos, donde la matriculación va por zonas.

Los 65 alumnos serán recolocados

Tal y como anunció en plena campaña la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, el primer colegio público catalán de Madrid se llamará Josep Tarradellas en honor al presidente calatán. Figar ha explicado que, cuando Aguirre hizo el anuncio, su Consejería hizo "un repaso" a la situación y estimó "lo más conveniente" era ver qué centro público con buenas instalaciones "pudiera estar disponible en un corto plazo". Ése es San Mateo, "un centro que ha ido perdiendo alumnos de manera inexorable", en "el centro" y "con buenos accesos y comunicaciones". En concreto, este centro está muy próximo a varias líneas de autobuses y de Metro (como la 1 y la 10 que pasa por Tribunal o la 5 y la 4 que pasan por Alonso Martínez, dos paradas cercanas).

¿Qué pasará con los alumnos y los profesores del instituto? Figar ha aclarado que ya conocen la decisión de la Comunidad. A los 15 profesores se los recolocará en otros centros y se estudiará caso por caso. Tampoco habrá problemas para reinstalar a los 65 alumnos porque "en la zona hay más de 200 vacantes". El único alumno que ya ha confirmado su reserva para el próximo curso también tendrá que proseguir su formación en otro instituto. Esta misma semana empezarán a analizar qué reformas se deberán hacer. "Tendremos que hacer habilitaciones, adaptaciones y reformas, sobre todo, en las clases dirigidas al segundo ciclo de infantil, porque las aulas de primaria se asemejan a las que pueden tener unos alumnos de secundaria", ha dicho. Aunque finalmente no haya suficientes peticiones y no se pudiera abrir el colegio público catalán, el instituto seguiría teniendo un uso educativo, pero se dejaría de impartir clases en él. "No es aconsejable que se siga trabajando con tan pocos alumnos", ha dicho.

El contenido de las asignaturas será bilingüe aunque "la lengua vehicular será el catalán". Aún no se ha precisado qué asignaturas se impartirán en uno u otro idioma. Los profesores serán elegidos de la plantilla de más de 60.000 profesores que cuenta la Comunidad de Madrid y, para asipirar a la plaza, tendrán que presentar una acreditación de conocimiento de la lengua catalana. Figar no cree que haya problemas para encontrar profesores de habla catalana en la región. No obstante, no descarta los acuerdos con la Generalitat de Cataluña, que ya ha mandado una carta a Madrid "ofreciendo colaboración". En Madrid residen entre 80.000 y 100.000 familias de origen catalán, lo que avala el proyecto. Las cifras de vascos y gallegos, según ha aclarado Figar, apuntan a lo contrario, por lo que no está previsto que se plantee la misma medida para estas lenguas.