El misterio del cadáver emparedado en el sótano del hotel

11 de enero de 1977. Entrada la noche, María Dolores Santiago Palenzuela, una granadina que trabaja en un hotel de Palma de Mallorca, se cita por última vez con un compañero de trabajo con el que mantiene un lío amoroso. Ella le dice que se acabó, que no quiere seguir con la aventura porque él ha decidido no abandonar a su esposa. Él la golpea y la mata. Acto seguido empareda el cadáver en el sótano del hotel, bajo la lavandería. Junio de 2005. Casi 30 años después de que un sobrino de la mujer denunciara la desaparición, se encuentra su cadáver enterrado en el hotel Augusta. La policía ha informado hoy de que el presunto autor del asesinato ha sido desenmascarado, aunque no se procederá judicialmente contra él porque el delito ha prescrito.

Tras el hallazgo en junio del año pasado de unos restos humanos en el sótano de la lavandería del citado hotel (una zona diáfana y rodeada de jardines al que sólo el presunto asesino y algún colaborador suyo en labores de jardinería tenía acceso), el Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Baleares, en colaboración con la Brigada Provincial de Policía Científica y las Comisarías Generales de Policía Judicial y Policía Científica, desempolvó el cajón polvoriento de los casos sin resolver.

Tenían un cadáver. Desenterraron por capas el esqueleto y lo reconstruyeron. Fotografiaron la ropa y el reloj de la víctima. Los estudios antropométricos concluyeron que se trataba de una mujer blanca de 1,50 metros de estatura y unos 50 años de edad, que había muerto de forma violenta, puesto que el cadáver estaba oculto en un lugar inaccesible y enterrado en una posición encogida. En los restos se observaban fracturas en costillas y cráneo, que pudieron producirse a golpes o con algún tipo de arma.

Los investigadores relacionaron el hallazgo con la desaparición hace años de una trabajadora del centro, y procedieron a comparar los datos antropométricos y de edad: coincidían. La policía localizó y contactó con diversos familiares de la víctima en la Península Ibérica y en Menorca, y comenzó la investigación del crimen, que permitió descubrir a la postre, casi 30 años después, a su autor.

La información del caso se remitió a las autoridades judiciales, que indicaron que los hechos habían prescrito, por lo que el supuesto asesino no ha sido ni siquiera detenido. La familia de la mujer ha agradecido en cualquier caso el esfuerzo policial, que a su juicio no ha sido en vano: Maria Dolores "por fin podrá descansar en paz y recibir sepultura".