_
_
_
_

Madrid en la mente

EL PAÍS ha pedido a varios especialistas que atiendan a las preguntas de los lectores sobre las reacciones de miedo y angustia tras el 11-M, las medidas que pueden tomarse para paliarlas y las secuelas psicológicas que, predeciblemente, acompañarán a los ciudadanos que han vivido la tragedia más intensamente.

Una semana tras el atentado, quienes lo presenciaron más de cerca, e incluso muchas otras que sólo lo vivieron por los medios de comunicación, siguen en un estado de estrés y angustia. ¿Es normal?

Cuando la pérdida de un ser querido se produce en un atentado terrorista, ¿tiene peores secuelas que en caso de accidente o de catástrofe natural?

¿Qué deben hacer los padres y educadores de niños expuestos a la atrocidad del 11-M, ya sea directamente o a través de los medios de comunicación?

Pasados los primeros días de conmoción, y según la experiencia del 11-S, ¿qué trastornos psicológicos más duraderos cabe esperar en los afectados, sus familiares y otros ciudadanos que sólo han seguido la tragedia a través de los medios de comunicación?

"Yo estaba en Atocha en otra línea en el momento de las bombas. Tuve que salir corriendo, pero no me pasó nada ni vi sangre. Me he sobresaltado dos veces con ruidos cotidianos. ¿Debo llamar a una línea de atención psicológica? Siento que les haría perder el tiempo. Debe haber miles de casos mucho más graves".

¿Por qué cada persona reacciona de forma distinta tras sufrir un mismo suceso traumático?

Yo no estuve en ninguno de los trenes ese día, pero a diario lo tomo y todos los días me siento en el último vagón. Desde que pasó, sueño con imágenes que he visto en las noticias y me veo a mí misma entre los hierros sangrando. Cuando voy en el autobús voy obsesionada mirando hacia todos los lados y viendo si en los portaequipajes hay algo, no puedo coger el tren, tampoco el metro, me da terror, me asusto cada vez que suena el teléfono, o cuando se cae algo al suelo, cualquier ruido me sobresalta. Muchas veces, cuando recuerdo imágenes o leo el periódico, me da un dolor entre el pecho y la boca del estómago y me cuesta respirar. Cada vez que veo crespones o banderas lloro sin parar, estoy muy triste y me cuesta mucho dormir. Entiendo que habrá gente que necesita más ayuda que yo, y sólo quiero saber si podría tomar algún medicamento o algo para dormir. No aguanto en el trabajo, tengo demasiado sueño.

"Soy de origen vasco y llevo siete años residiendo en Madrid. Mi opción política es nacionalista, pero siempre he condenado el terrorismo. El pasado 11-M, en un primer momento, tuve una sensación de culpabilidad por haber defendido la causa nacionalista; posteriormente, sentí alivio al ir conociendo que la autoría del atentado parecía descartar la opción de ETA. A continuación fue la rabia al observar que el Gobierno se empeñaba en defender la autoría de ETA frente a informaciones que apuntaban en otra dirección. Por último, sentí alivio y alegría al ir conociendo los resultados electorales. Pero la cosa no terminó ahí, pues a partir de la noche del domingo empecé a notar dificultades para conciliar el sueño, falta de concentración y, en definitiva, síntomas de estrés que ya conozco por otros motivos. ¿Qué debo hacer para ir recobrando la normalidad?"

Cuando en un hogar hay una avería, una persona intenta arreglarla si tiene habilidades para ello o el desperfecto es de poca monta, por sí misma o con ayuda del vecino o de los familiares. Pero si es importante, se busca la asistencia técnica de un fontanero, de un albañil o de un electricista. Algo parecido ocurre en relación con los sucesos traumáticos.

A raíz de los terribles sucesos del 11-M he comenzado a tener taquicardias, angustia, dolor de estómago, mareos, insomnio, en resumen una pequeña crisis de ansiedad, especialmente al leer el periódico (la televisión apenas la he podido ver). El 10 de marzo se murió una amiga de manera inesperada, y al día siguiente, el 11-M, todo parecía una pesadilla, pero era realidad. Tengo 45 años, dos hijos de 12 y 8 años y una pareja estable, llevo una vida tranquila y equilibrada y hace 6 años me diagnosticaron hipotiroidismo de Hashimoto, que tengo bastante controlado con medicación, y en esa época sufrí una crisis de pánico. Comparadas con otras personas más afectadas, mis reacciones y sentimientos suponen una nimiedad, pero a mi me come el coco". ¿Una situación de tanta tensión emocional puede hacer que el tiroides se descompense provocando reacciones de ansiedad? ¿Qué puedo hacer para controlarla?

Tras los primeros días de haber estado expuesto a una situación catastrófica como la del 11-M, cabe esperar en gran parte de las personas vinculadas a la misma, directa o indirectamente, o a través de imágenes de la catástrofe, reacciones y comportamientos que pueden considerarse dentro de los límites de la normalidad, entre los que se encuentra ansiedad, insomnio, reacciones de duelo, etcétera, de duración limitada.

Una vez detectado que los síntomas y signos del trastorno de estrés postraumático (TEPT) están presentes, y se prolongan más de un mes, y producen deterioro familiar, social o laboral, debe considerarse la necesidad de tratamiento idóneo, según la fase y el tiempo de evolución transcurrido.

¿Cómo se justifica ante sí misma una persona que participa de un modo activo en la matanza de 190 personas inocentes?

El aspecto más doloroso de un trauma es, sin duda, revivir intensa y frecuentemente la experiencia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_