Eslóganes publicitarios con más de mil años
Un descubrimiento arqueológico revela que el 'marketing' nació hace un milenio
Los monjes taoístas que hace mil años vivían como ermitaños en las montañas sagradas de China ya usaban eslóganes publicitarios con el fin de vender sus medicinas tradicionales, según un reciente descubrimiento arqueológico.
Los arqueólogos han encontrado esta semana en un nido de pájaros de la montaña sagrada de Wudangshan, en el centro de China, unas botellas que fueron usadas durante casi un milenio para almacenar bebedizos medicinales, aunque lo más interesante ha sido seguramente un viejo cartel publicitario que se ha encontrado al lado.
El cartel, de 120 centímetros de largo y 56 de alto, recuerda los antiguos anuncios publicitarios de productos farmacéuticos, ya que en él se asegura que los productos "curan más de 72 enfermedades oculares" y que las recetas "han sido dictadas por el Cielo".
Además, incluye una lista de precios y pide a los posibles clientes que no regateen a la hora de pagar, ya que las medicinas son "muy difíciles de elaborar".
Los prospectos de las botellas muestran que las botellas comenzaron a usarse durante la dinastía Song, hacia el siglo X de nuestra era, y volvieron a ponerse de moda durante las dos últimas dinastías imperiales de China, la Ming (1368-1644) y la Qing (1644-1911).
Pioneros también en la tele-venta
El descubrimiento también ha puesto de manifiesto la curiosa forma de venta de estas medicinas, ya que, como los monjes vivían en una remota e inaccesible cueva —la Gruta del Dragón Amarillo— y deseaban vivir alejados del mundanal ruido, vendían los fármacos a distancia.
Desde lo alto de la cueva donde vivían, los monjes descolgaban con una cuerda una cesta, en la que los clientes debían primero depositar la cantidad de dinero que figuraba en el anuncio.
A continuación, avisaban con un tirón de la cuerda a los monjes, que recogían el cesto con el dinero, ponían en él la botella con el fármaco y volvían a bajarla para que el comprador tuviera lo prometido, en un sistema en el que era necesario confiar en la honradez de los ermitaños.
El eslogan encontrado por los arqueólogos también señala que, debido al mencionado sistema de venta, era inútil regatear, ya que los monjes se encontraban muy lejos y no podían oír a los clientes.
Según los registros históricos, en la cueva vivió un famoso monje taoísta llamado Yunxia (Nubes de Colores) que murió en el año 928 y formaba parte de una escuela de ermitaños-doctores llamados Danding, que aún pervive más de mil años después.
Zhu Huaying, monje que actualmente se considera descendiente de la escuela Danding, señaló en declaraciones a la agencia Xinhua que Yunxia y sus colegas crearon un gran número de fármacos para los ojos capaces de curar la miopía, las cataratas e incluso evitar que los globos oculares lloren debido al viento.
Las montañas del norte de la provincia de Hubei, donde se ha producido este hallazgo arqueológico, son un lugar con una gran carga simbólica para los practicantes de la medicina tradicional china.
Se dice que en ellas descansaba hace miles de años el emperador Shennong, legendario inventor de la medicina tradicional, cuando viajaba en busca de las 100 plantas que utilizaba en sus recetas medicinales.
El taoísmo, una de las dos grandes escuelas de pensamiento filosófico de China junto al confucionismo, fue iniciado hacia el siglo VI antes de nuestra era por el pensador Lao Tse, autor del "Tao Te Qing" ("El libro del Camino").
El libro contiene una serie de pensamientos con los que se pretende conseguir la armonía con la naturaleza y alcanzar la felicidad, llegar al Tao.
El taoísmo, que siglos después se convirtió en una religión con sus templos, divinidades y monjes, recomienda la pasividad ante las alegrías y penurias de la vida, huir del excesivo entusiasmo o de la ira, y ha influido profundamente en la personalidad de los chinos.
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