Lección de economía para un estudiante desesperado

La logística autosuficiente alza el vuelo, lo mismo se imprimen metales que sutiles tejidos vivos, y el conocimiento viaja desde los sensores a la supercomputación para una industria limpia. Todo sucede en DFactory Barcelona

DFactory Barcelona, el mayor hub del sur de Europa para la industria 4.0, está impulsado por la Zona Franca de Barcelona. Allí, más de 30 empresas comparten recursos tecnológicos y humanos para consolidar proyectos empresariales de alto nivel.
DFactory Barcelona, el mayor hub del sur de Europa para la industria 4.0, está impulsado por la Zona Franca de Barcelona. Allí, más de 30 empresas comparten recursos tecnológicos y humanos para consolidar proyectos empresariales de alto nivel.

Pongamos un estudiante de esos de última hora que en un par de días se la juega en un examen de economía.

Puede arrojarse sobre los libros aunque no asimile gran cosa por la prisa, buscar artículos como este, preguntar a ChatGPT. O recurrir a la técnica que mejor enseña: el contacto personal con la realidad. Puede aprender conociendo DFactory Barcelona, el mayor hub del sur de Europa para la industria 4.0, impulsado por la Zona Franca de Barcelona y donde más de 30 empresas comparten recursos tecnológicos y humanos —más del 80% de las instalaciones ya ocupadas— para consolidar proyectos empresariales de alto nivel.

Conocería la utilidad práctica de lo último en sensórica avanzada, robotización logística, Inteligencia Artificial (IA) manufacturera, ciberseguridad o impresión 3D incluso de tejidos humanos, entre otras disciplinas tractoras.

Aprendería nueva economía en el modelo de coopetir que concilia cooperación y competencia. Geopolítica por su contribución a la soberanía industrial que le urge a la ciudad Condal, al país y al continente. Y desarrollo humano por su impacto en la sostenibilidad social además de la ambiental. ¿Del suspenso seguro a un notable inesperado?

Estas son algunas de las empresas instaladas. Bienvenido.

Las grúas que vuelven vertical el gran almacén del mundo

Michael Porter, economista y catedrático de la Escuela de Negocios Harvard, dice que hoy la competencia no se da de empresa a empresa, sino de cadena de suministros a cadena de suministros. Es decir, la logística en un mercado globalizado tiende a ser tan importante, o más, que el producto mismo.

Si el estudiante del ejemplo tuviese que analizar un solo sector para entender las leyes del mercado, podría, o debería, elegir la logística, la actividad transversal por excelencia. Aprendería, por ejemplo, que en la automatización de almacenes son imprescindibles los transelevadores de pasillo (grúas apiladoras) y los vehículos de guiado automático (AGV). Que los primeros son hábiles para manejar cargas en altura, pero no se adaptan al espacio de cualquier almacén. Y que los AGV son ágiles sobre suelo pero acusan serias limitaciones en altura.

Quizás concluiría que en la industria, como en la vida, no se puede tener todo. Hasta que alguien lo inventa. Hubmaster® Storage and Handling Solutions es ese alguien en la automatización de almacenes, cuyo sistema patentado de transelevadores multi-pasillo combina las virtudes y supera las carencias de transelevadores y AGV tradicionales. Básicamente prescinde del mayor condicionante, el suelo, mediante una estructura de raíles elevados por los que se desplazan las grúas. Como si fueran calles pero trazadas en vertical. “Esto le permite ser independiente de la estructura del almacén, del estado o tamaño de los pasillos y además puede reubicarse”, apunta Mario Sánchez, director comercial y cofundador de Hubmaster®.

Las grúas juegan un papel imprescindible en la automatización de almacenes dentro del mundo de la logística. Hubmaster® Storage and Handling Solutions ha patentado un nuevo sistema de transelevadores que combina las virtudes y supera a los AGV tradicionales.
Las grúas juegan un papel imprescindible en la automatización de almacenes dentro del mundo de la logística. Hubmaster® Storage and Handling Solutions ha patentado un nuevo sistema de transelevadores que combina las virtudes y supera a los AGV tradicionales.

Si a esa versatilidad de movimientos la compañía añade un software propio de gestión, sensores IoT, IA y machine learning para planificar rutas optimizadas sobre demanda, o reconocimiento de cargas y ubicaciones mediante visión 3D, tenemos un sistema total de intralogística capaz de funcionar solo o con humanos, en espacios especialmente angostos, con palés o sin palés, para cargas de cualquier peso o tamaño, a muchos grados bajo o sobre cero, y literalmente en cualquier sector.

Mario Sánchez opina que esa combinación de mayor eficiencia por menor coste democratiza la logística, aumenta la competencia de las empresas medianas o pequeñas y estimula, por el efecto en cadena, la disponibilidad de productos y suministros.

No hace tanto que imprimir metales no se podía concebir

El estudiante ha comprobado la importancia de la logística para que la economía se engrane. Incluso aspiraría a nota si le hiciese al profesor esta pregunta: ¿Entonces reducir la dependencia de la cadena de suministro puede aumentar el margen de libertad y de beneficio de una empresa, o de un país?

Porque cuando esa logística colapsa hace que regiones enteras, como Europa, asuman la necesidad de recuperar soberanía. “Asistimos a una tormenta perfecta, las cadenas de suministro tradicionales están bajo presión y se han puesto de manifiesto sus límites. Las marcas buscan nuevas estrategias de fabricación para protegerse de futuros problemas”, explica Ramón Pastor, director global de Metales 3D de HP.

La impresión en tres dimensiones de metales y polímeros es una de esas nuevas estrategias de fabricación para promover la independencia de sectores enteros. No cualquier impresión, por tanto, sino la de gran formato o escala industrial, especialidad de HP. Pensemos un momento en su significado: quizá el estudiante sea demasiado joven para intuirlo, pero hace pocas décadas pocos hubiesen creído que seríamos capaces de imprimir, no papel en un plano, sino objetos metálicos en 3D.

No es solo una técnica, “es un cambio de paradigma que está revolucionando la fabricación de productos innovadores”, apunta Pastor, porque de una tacada permite diseñar, producir y escalar en casa, sin los prohibitivos moldes tradicionales, minimizar materiales y tiempos (un 50% los primeros y un 66% los segundos en algunos clientes de HP) y en consecuencia mermar costes e impactos ambientales. Pastor explica cómo algunas tecnologías específicas, como la inyección de aglutinante, pueden multiplicar por 10 la productividad.

Su potencial no ve techo, lo mismo en componentes ligeros para naves espaciales o piezas modestas en tiradas cortas que una empresa puede encargar como servicio si no puede o no quiere comprarse una súper-impresora. Tejido económico local de yo me lo guiso, yo me lo como, sin esperar al delivery de China.

El día en que podamos imprimir el más delicado de tus órganos

El estudiante piensa que si la 3D es tan expansiva, tan ubicua y versátil, le vendrá bien conocer otro especialista con beneficios particularmente humanos.

La pionera en impresión aditiva Stratasys desarrolla soluciones para sectores punteros como el aeroespacial, la automoción, el gran consumo y también el de la salud, al que ofrece modelos anatómicos con un nivel de realismo y precisión sin precedentes que, por ejemplo, que permiten a un cirujano entrenarse en el duplicado de un órgano concreto para que la intervención real tenga muchas más garantías. Trabaja en un territorio ya explorado. Además fabrica modelos de implantes dentales y dispositivos de ortodoncia mediante nuevas técnicas capaces de imprimir resinas rígidas e incluso materiales flexibles.

Pero la nueva frontera en esta especialidad médica es el avance de la bioimpresión de tejidos no en ensayos de laboratorio modesto, “sino a escala industrial para aspirar al mayor beneficio posible en la salud humana”, como explica Neus Llagostera, directora de Marketing y Comunicación de Excelencia-Tech, el distribuidor de Stratasys para el mercado español. En alianza con un especialista como CollPlant, desarrolla un sistema de impresión de implantes mamarios regenerativos para tratar, por ejemplo, casos de cáncer. Esta experiencia mejorará el uso de biomateriales basados en colágeno, claves para formar tejidos que permitan producir en el futuro incluso órganos completos.

La impresión 3D tiene una enorme capacidad para atraer talento, innovación e inversiones, puede ser una gran oportunidad para el crecimiento de España
Neus Llagostera, directora de Marketing y Comunicación de Excelencia-Tech, el distribuidor de Stratasys para el mercado español

La compañía cierra el círculo: no solo desarrolla las impresoras y las técnicas que las perfeccionan, “también el software de gestión y control de calidad que mejora la precisión y reduce progresivamente tanto el uso de materiales como los tiempos”, apunta Llagostera. Si nos asombramos por el salto en la impresión de metal, qué no conseguirá la industrialización del tejido biológico.

Estos dispositivos vuelven sensible hasta un muro de hormigón

Comprende, querido estudiante, que en el principio de todo fue el dato. La industria 4.0 se edifica sobre información caótica destilada en conocimiento y el nexo entre la fuente de esa información y el cerebro digital que la analiza son los sensores para entender, gestionar o prever el comportamiento de máquinas y estructuras.

En cualquier sector. Incluso en los más tradicionales o de mayor fuerza bruta, precisamente la especialidad de Witeklab y sus soluciones IoT y de sensórica para la construcción, la obra civil y el mantenimiento de infraestructuras.

Es un ejemplo de empresa global sin dejar de ser local, como explica su cofundador y CEO, Manel Torrentallé i Cairó. Se funda en Barcelona y allí permanece toda su cadena de valor desde el diseño a la producción y una comercialización que alcanza Europa, Asia, EE UU, Sudamérica, Australia o Nueva Zelanda.

Los sensores Witeklab están diseñados para monitorizar la materia y controlan tanto la densidad de la corrosión como la velocidad a la que avanza, algo que permite alargar la vida útil de una construcción.
Los sensores Witeklab están diseñados para monitorizar la materia y controlan tanto la densidad de la corrosión como la velocidad a la que avanza, algo que permite alargar la vida útil de una construcción.

Hasta las obras de las antípodas viajan estos sensores catalanes diseñados para monitorizar la materia. Controlan tanto la densidad de la corrosión como la velocidad a la que avanza, lo que permite, según el CEO, “estimar la vida útil de una estructura tanto de obra nueva como ya construida, obtener parámetros físico-químicos para evaluar la durabilidad, hacer un seguimiento de su estado a medio y largo plazo, evaluar la seguridad estructural y ahorrar costes de inspección y mantenimiento”.

Otros modelos inalámbricos miden la resistencia y la madurez del hormigón en su proceso de endurecimiento desde el interior de los encofrados, se conectan por radio con un sistema que crea librerías e informes sobre los estados de las diferentes estructuras, incluidas las estimaciones de su evolución. Otro sistema telemétrico hace lo propio con los taludes —por ejemplo en obras viarias— al detectar cualquier cambio de los sistemas de protección como la rotura de anclajes y bulones o los cambios en las tensiones.

Los hay que permiten crear mapas digitales de redes subterráneas de suministro y su geolocalización exacta en las zanjas para facilitar el mantenimiento y reducir los riesgos laborales. Vía satélite permiten geolocalizar el punto exacto de una canalización para arreglar una avería o crear un mapa de realidad aumentada para superponerlo sobre el terreno y precisar la intervención.

El conocimiento más complejo para la solución más necesaria

Witeklab está en un extremo del dato, en la recogida del parámetro puntual sobre el que se construyen capas de conocimiento. Podemos decir que Amphos 21 ocupa el otro extremo, el de la sabiduría destilada a partir de los datos en forma de consultorías científicas, soluciones y servicios para enfrentar uno de los mayores desafíos de la especie: reducir a un ritmo acelerado los impactos ambientales de la industria.

¿Su principal lección para el estudiante, y por extensión la sociedad? Que se puede sanar el medioambiente sin sacrificar el bienestar. Se llama I+D, de hecho la compañía, como explica su director general, Jorge Molinero, “invierte una media del 15% de su facturación en ese capítulo”. Se llama tecnología. Y propósito social de la economía. Recuerda, hace poco ni soñábamos con imprimir metal.

Los servicios de Amphos 21 para grandes energéticas y gobiernos de los cinco continentes calibran el nivel de esa sabiduría. Por ejemplo alía su capacidad de procesamiento con algunos de los principales centros de supercomputación del mundo —uno de ellos, en Barcelona— para asistir con simulaciones a la correcta gestión de residuos radiactivos. También reduce el impacto de sectores como el nuclear, la minería o la gestión hídrica mediante métodos experimentales exhaustivos. Y completa esa gestión del conocimiento con soluciones de IA y algoritmos de aprendizaje automático “que permiten plataformas de alerta temprana y herramientas que ayudan, de nuevo mediante el conocimiento tecnológico y científico, a tomar las decisiones correctas para la sostenibilidad industrial”, apunta Molinero.

El objetivo de Amphos es ofrecer consultorías científicas, soluciones y servicios para hacer frente a uno de los mayores desafíos de la especie: reducir drásticamente la huella medioambiental de la industria.
El objetivo de Amphos es ofrecer consultorías científicas, soluciones y servicios para hacer frente a uno de los mayores desafíos de la especie: reducir drásticamente la huella medioambiental de la industria.

Hablamos de disciplinas 4.0 que cooperan y se potencian mutuamente. Al integrarse logran un efecto exponencial. Lo mismo sucede con las tres plataformas de Amphos 21, convergen en un único gemelo digital de instalaciones críticas como las redes de potabilizadoras o depuradoras, incluso pueden abarcar cuencas hidrográficas completas. Y por qué no, más adelante las estructuras industriales cada vez menos contaminantes de todo un país.


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