“Veo sectores con fuerza, innovación y muchas ganas de salir adelante. Por eso soy optimista”
La reacción de la nueva economía y la lanzadera de la industria 4.0 según un experto en ambas. Pere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB)
Nació en Tarrasa, se licenció en microbiología y pertenece a una generación que comenzó a estudiar con plumilla y tintero. Hoy usa e-pencil, “y tenemos smartphones que ya hubieran querido los astronautas del Apolo 11″. Esa visión panorámica de la revolución tecnológica y su impacto humano puede servirle para la principal misión del Consorci de la Zona Franca de Barcelona en particular y de la economía española en general: “La transformación de la industria en la única versión con futuro”. Sostenible, digitalizada, global desde la atracción local de Barcelona. Capaz de volver sexy y sofisticada hasta la logística, aunque muchos jóvenes en paro ni lo sospechen. Lograr esa transformación exterior implica un cambio interior: que una empresa pública como el CZFB “se mueva con la velocidad de una startup” y facilite alianzas, inversiones y consensos entre intereses diversos, y a veces contrapuestos.
Pregunta. Avanza la reactivación pero también se añaden nuevos desafíos. ¿Qué balance hace de 2021 y cómo prevé 2022?
Tenemos muchos retos, cierto, y ahora se añade esta enorme tensión energética. Pero también veo evoluciones muy positivas como la situación sanitaria que empieza a superarse, España es uno de los países más avanzados en vacunación mientras parte de Europa enfrenta una sexta ola mucho más rigurosa. Creo que en general la crisis es diferente a la de 2008, cuando la receta fue la austeridad y partíamos de un sustrato económico que no era el adecuado. Esta vez la Unión ha decidido movilizar recursos y no de cualquier manera sino enfocados a la transición energética y la digitalización, dos grandes palancas. La incertidumbre se combate con certidumbres y tenemos la certeza de que van a llegar 140.000 millones de euros para afianzar unas bases económicas más sólidas y proyectos industriales que ya tenemos en marcha, que son una realidad, y muchos otros nuevos. También veo sectores con fuerza, innovación y muchas ganas de salir adelante. Por eso soy optimista.
Respuesta. ¿Qué tendencias soplan a favor y cómo aprovecharlas?
Se hablaba de reindustrializar Europa pero a la hora de la verdad se fabricaba en el sudeste asiático y China. Y ya hemos visto qué sucede en situaciones de crisis global, el mundo se convierte en una especie de zoco. Una experiencia tan dura ha enseñado a España y Europa que hace falta volver a producir más cerca de casa y mejor. Esto lo permite la industria 4.0 que ya impulsábamos mucho antes de la pandemia y ahora es aún más estratégica. Hace dos años y medio inauguramos la primera incubadora de empresas de impresión 3D en Europa, hemos construido el DFactory Barcelona, un hub de coworking tecnológico y servicios industriales donde ya se han instalado parte del centro de innovación 3D de HP, o el primer centro europeo de inteligencia artificial orientado a la industria de Huawei, o la multinacional Wallbox que abrirá su nueva planta de producción en el polígono industrial de la Zona Franca. En plena pandemia creamos el evento híbrido BNEW para impulsar la nueva economía, donde empresas de 145 países comparten contactos comerciales. Ese es el camino, generar negocio, atraer inversión, que una compañía danesa de robótica diga me voy a Barcelona porque tengo lo que necesito, como de hecho ha ocurrido. Nuestra misión como empresa pública aliada con otras instituciones y la iniciativa privada, algo fundamental, es explorar esas nuevas economías y facilitar los contactos, los medios. Y además hacerlo rápido.
La incertidumbre se combate con certidumbres y tenemos la certeza de que van a llegar 140.000 millones de euros para afianzar unas bases económicas más sólidas
P. ¿Rápido porque la transformación es contrarreloj?
R. Permítame que lo explique así: cuando yo empecé a estudiar, usaba plumilla y tintero, estarán en un museo, supongo. Hoy uso un pencil electrónico. Somos la primera generación en la historia de la humanidad que ha vivido una transformación semejante. Se piensa que las instituciones públicas son lentas, a veces lo son, pero en transformación digital la velocidad es decisiva para adaptarse, tejer relaciones, facilitar alianzas, lograr objetivos. Nosotros, las empresas y las ciudades debemos evolucionar rápido porque estamos en competencia global. Otro ejemplo: en el peor momento de la pandemia nos coordinamos el Consorci, el Gobierno, el Hospital de Terrassa, Fundación Leitat, Cellnex y HP para crear en tiempo récord un respirador de emergencia, que la Agencia Española del Medicamento homologó a toda prisa. Para coordinar ese esfuerzo, y rápido, también son básicas las relaciones humanas. Confieso que en aquellos momentos tan dramáticos me chillé con algunas de estas personas por teléfono, pero precisamente porque había confianza personal para lo importante, sacar adelante los proyectos.
P. ¿Y cómo son esas relaciones o esos perfiles en la nueva economía?
R. Por eso decía antes que hay razones para el optimismo. Vemos compañías jóvenes, algunas creadas en el peor momento pero que les va muy bien. Tienen incorporado de serie el compromiso con su entorno y con el planeta, la responsabilidad social, los objetivos de desarrollo sostenible y además desbordan sentido común. Por ejemplo, en el BNEW del año pasado premiamos a dos chicas que habían creado una startup en su primer año de universidad y acababan de recibir otro premio europeo por una app de movilidad. Hasta llamó Moncloa porque el presidente quería conocerlas. Cuando las llamamos, pensaron que era una broma de una radio. O empresas en la incubadora y DFactory especialmente innovadoras como e-Miles, que fabrica un coche eléctrico en parte impreso en 3D. Este es el perfil que estamos encontrando y que necesitamos.
P. ¿Por qué esa impresión 3D es tan importante?
R. Desde hace relativamente poco es una tecnología que se puede escalar industrialmente y será fundamental para la reindustrilización 4.0 que comentaba. Permite innovar, personalizar, reducir costes y estocaje. En vez de un almacén gigante donde guardar productos durante décadas, tienes un almacén digital en un ordenador e imprimes esa pieza única que necesitas. O un saxofón para ensayar sin molestar a los vecinos, o te escanean el brazo y te hacen una prótesis a medida. El hospital maternoinfantil de Sant Joan de Déu hace modelos 3D para que los cirujanos ensayen las intervenciones exactas. El límite es la imaginación y nuestro papel es crear la plataforma para que esas empresas nazcan, crezcan, se consoliden y creen buenos empleos.
P. ¿No es un contrasentido que haya tanto paro y tantos puestos de trabajo esperando?
R. Lo es. El talento es seguramente el recurso más escaso en la nueva economía. De hecho muchas empresas nos dicen que es más fácil para ellas conseguir dinero que encontrar a los profesionales cualificados que necesitan. El talento no lo puedes inventar, hay que crearlo, estimularlo, atraerlo, fidelizarlo porque aquí tienes un ecosistema económico e industrial adecuado, además de un entorno ciudadano y natural agradable para vivir y desarrollarte como persona. Hay otros factores preocupantes, por ejemplo, un porcentaje importante de jóvenes estudiando disciplinas que pronto quedarán obsoletas, pueden servirles como crecimiento personal, pero no como oportunidad profesional. El sector educativo a todos los niveles está reaccionando, cada vez se conecta más con los nuevos perfiles tecnológicos, y nosotros vamos a contribuir con proyectos como el centro formativo en el edificio de Correos de Barcelona, ya está muy avanzado y va a reunir a instituciones, empresas y jóvenes para capacitarles en las habilidades digitales concretas que necesita urgentemente la industria. No es formación ocupacional, es un modelo de relación directa con las empresas para conseguir un primer trabajo, y después formarse más o sacarse todos los títulos que quieran.
El talento es el recurso más escaso. Muchas empresas nos dicen que es más fácil para ellas conseguir dinero que conseguir a los profesionales que necesitan
P. Una pregunta obligada, ¿cómo se va a compensar la marcha de Nissan de la zona franca?
R. Es otro ejemplo de la importancia de esa actitud colaborativa para la transformación económica a tiempo. En cuanto Nissan anunció que se marchaba de Barcelona, constituimos una comisión de reindustrialización para, primero, recolocar a los trabajadores, y además buscar actividades que ocuparan ese vacío. Y no cualquiera, sino directamente vinculadas con la industria 4.0. En esa comisión están el Ministerio de Industria, la Generalitat, los sindicatos, Nissan, las empresas con propuestas de implantación, una consultora externa para analizarlas y nosotros como propietarios de los terrenos públicos en la Zona Franca. Es un trabajo duro, queda mucho por hacer, pero está siendo un procedimiento ejemplar en los consensos. Aunque por televisión se vean trifulcas en los parlamentos, aquí estamos aprobando las propuestas casi por unanimidad para solucionar un problema, que es lo que nos piden los ciudadanos. Ya tenemos una propuesta de Great Wall, un gigante chino que fabrica vehículos eléctricos y garantiza los objetivos planteados, como otras ofertas que tenemos sobre la mesa. Todas encajan con la nueva industria y el servicio que prestan DFactory, 3D Incubator, BNEW o el Salón Internacional de la Logística para atraer inversiones y crear tejido y negocios. No es un objetivo fácil, pero ya podemos decir que la historia de reemplazar a Nissan acabará bien. O muy bien.
Perfil e impacto del CZFB
La Zona Franca de Barcelona comenzó su actividad con una de las industrias más innovadoras de la época: la fabricación del 600 por SEAT y camiones por Motor Ibérica. Es el origen del liderazgo español en producción de vehículos.
La gestión del Consorci se extiende a más de 200 empresas ubicadas en el polígono público y otras zonas de la ciudad. Esa actividad conjunta representa el 20% del PIB de la provincia de Barcelona, emplea a 137.000 personas y despliega el modelo 40-30-30: 40% industria, 30% logística y 30% servicios para industria y logística.
Se orienta a la digitalización y la sostenibilidad de su ecosistema industrial con la guía de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Lidera proyectos de reducción de emisiones y economía circular, creó el primer Consejo de la Mujer en una zona industrial española y en BNEW la mitad de los ponentes (unos 840 en 2021) son mujeres.
3D Incubator ya ha consolidado 75 empresas en dos años y medio.
DFactory Barcelona, el mayor hub europeo de servicios tecnológicos para la industria 4.0 es un proyecto de más de 100 millones de euros en dos fases, con más de 80.000 metros cuadrados. Creará 1.500 puestos de trabajo directos y hasta 5.000 indirectos.
BNEW 2021 abordó 10 áreas de conocimiento tecnológico y económico, organizó 244 sesiones de trabajo, registró más de 12.000 inscritos de 145 países y facilitó más de 25.000 contactos comerciales entre las empresas.