Los vigilantes del impuesto de los pobres
Cuando suben sin respiro los precios del petróleo, la luz, el gas, los alimentos, hablamos de inflación. Los consumidores asumen nuevas dificultades para hacer frente a la cesta de la compra
La inflación ha sido considerada por algunos economistas como el impuesto de los pobres, porque tiene una mayor incidencia en los salarios de los trabajadores más precarios, aunque también afecta negativamente a la rentabilidad del ahorro y la inversión. La escalada de la inflación tiene lugar cuando la demanda de productos supera a la oferta.
Los bancos centrales son los guardianes de la estabilidad de precios y contribuyen al bienestar social en tanto en cuanto permiten que los ciudadanos confíen en que su dinero valdrá mañana aproximadamente lo mismo que hoy. El Banco Central Europeo ha modificado su estrategia monetaria, algo que no hacía desde hace casi dos décadas. Ahora tiene como objetivo un nivel de inflación del 2% a medio plazo para los países de la zona euro.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, presente en el observatorio del Foro Futuro, ha considerado que el alza de precios es transitoria y el banco central está equipado para hacerle frente si persiste. Sin embargo, el regreso a la semi normalidad ha disparado las alarmas del encarecimiento de las materias primas y los temores a una inflación más duradera a la vista de la intensidad de los estímulos fiscales. Los bancos centrales están vigilantes ante el impuesto de los pobres.