Así se va a comportar el euríbor este año y así afectará a las hipotecas
El indicador más usado en España para calcular las hipotecas vuelve a caer y, según las previsiones, esta bajada podría prolongarse durante este año y el próximo, lo que favorecerá a aquellos con un préstamo para la compra de vivienda a tipo variable
El euríbor, el índice que sirve de referencia para casi el 90% de las hipotecas españolas a tipo variable (es decir, con una tasa de interés que no permanece constante a lo largo del tiempo), vuelve a mínimos después de haber sufrido los embates de la incertidumbre económica provocada por la covid-19. Ahora, en niveles tan bajos, reduce la presión a las familias con un préstamo. “Es un buen escenario para los que tienen una hipoteca variable”, dice Aitor Méndez, analista de la consultora IG.
La fórmula es sencilla. Si el euríbor baja, la cuota de la hipoteca a tipo variable también desciende, y viceversa. En marzo, por ejemplo, el euríbor a 12 meses (la referencia más habitual en estos préstamos) comenzó a subir justo en el momento más álgido de la pandemia y cuando en España se decretó el estado de alarma. Pasó de un -0,288% a un -0,266%, un leve salto que anunciaba un panorama incierto. “Creció la desconfianza en el mercado y los temores a que los bancos se quedaran sin liquidez como consecuencia de la situación sanitaria”, explica Joaquín Robles, analista del bróker financiero XTB. Y a pie de calle, el avance del índice implicó una subida en la cuota de las hipotecas de aquellas familias que revisaron su préstamo en ese periodo. El impacto, sin embargo, fue temporal.
El repunte del euríbor finalizó en mayo (cotizando en un -0,081%), acercándose a niveles no vistos desde 2016, cuando el índice empezó a cotizar por debajo del cero. “Las inyecciones de capital realizadas por el Banco Central Europeo (BCE) terminaron con la tendencia al alza”, detalla Rui da Mota, experto en mercados de Analistas Financieros Internacionales (AFI). En un intento por hacer frente al estrés en los mercados monetarios y una remota falta de liquidez en los bancos (como ocurrió en la crisis de 2008), la institución dirigida por Christine Lagarde desenfundó la billetera y contrarrestó el impacto del coronavirus con 1,35 billones de euros. “A partir de ahí, hemos visto cómo el euríbor ha vuelto a caer en picado”, subraya Robles.
¿Hasta cuándo se mantendrá bajo?
Los movimientos del euríbor están supeditados a la política monetaria del BCE y a la evolución del sistema bancario. El índice es la tasa que los bancos cobran al prestarse dinero entre ellos. “Cuando hay una recesión se incrementa el riesgo de crédito en el sistema y el euríbor sube temporalmente, porque los bancos reducen los préstamos entre ellos”, explica Da Mota. Por eso, cuando el BCE inyectó liquidez en el mercado, alivió las preocupaciones y el indicador volvió a cotizar a la baja. ¿Cuánto durará esta tendencia? La respuesta, según los analistas, podría prolongarse, al menos, durante este año y el próximo.
“Mientras los tipos de interés se mantengan en 0%, el euríbor no se moverá demasiado”, añade el analista Joaquín Robles. El BCE ha confirmado que los tipos permanecerán bajos durante un tiempo prolongado con el fin de apoyar a la economía de la zona. Esto tendrá un impacto en las cuotas hipotecarias que pagan las familias y, en cierta manera, podría incentivar la adquisición de inmuebles entre aquellos que se lo puedan permitir. “Sin duda, favorecerá la compra de vivienda, ya que los interesados podrían beneficiarse de mejores condiciones a la hora de solicitar una hipoteca, pudiendo obtener tipos variables más atractivos”, asevera Gregorio Martín-Montalvo, director general de la inmobiliaria Solvia.
El contexto, sin embargo, no es el mejor. “La lectura es agridulce”, puntualiza Aitor Méndez desde la consultora IG. Por un lado, es cierto que los bancos cuentan con liquidez y además las condiciones del mercado son buenas. El euríbor roza mínimos históricos (terminó agosto en -0,356%) y el tipo de interés medio al inicio de los préstamos fijos está en niveles sin precedentes: un 2,88%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por otra parte, la situación económica es inestable. El Producto Interior Bruto (PIB) del país caerá un 12,8% —el mayor descenso desde la Guerra Civil—, según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el paro podría llegar hasta un 23,6% al cierre de este año, de acuerdo con el Banco de España.
“Naturalmente que las favorables condiciones de financiación que ofrecen los bancos son importantes en la contratación de hipotecas. Pero las familias apoyan su decisión en sus perspectivas de ingresos futuros y otras consideraciones, como la evolución esperada de los precios de la vivienda”, aseguran desde la Asociación Española de Banca (AEB). Joaquín Robles comenta que una hipoteca es un producto financiero con una horquilla que puede ir desde los 20 hasta los 30 años. “Es un periodo en el que no se sabe cómo se va a comportar la economía y seguramente muchas familias optan por un interés fijo solo por tener la certeza de que se va a pagar lo mismo durante toda la vida del préstamo”, concluye.
Calculadora: descubre si te interesa más una hipoteca tipo fijo o variable
Los vaivenes del euríbor
El euríbor no siempre ha estado por debajo del 0%. Durante la primera década de este milenio, el índice se comportó como una montaña rusa. En julio de 2008 ―meses antes de la quiebra de Lehman Brothers en EE.UU. que causó una profunda recesión―, el indicador llegó a su máximo histórico, 5,3%. Desde entonces ha ido cuesta abajo. Al cierre de agosto, vuelve a su nivel mínimo en la historia: -0,356%. ¿Podría caer mucho más? “Para nada es descartable”, dice Aitor Méndez, analista de IG.
La tendencia actual, sin embargo, ayudará a que la balanza, a la hora de contratar un crédito hipotecario, vuelva a inclinarse hacia el interés variable, asegura Gregorio Martín-Montalvo. “Tengamos en cuenta que la contratación a tipo fijo creció enormemente”. A mayo de este año, el 52,8% de las hipotecas constituidas en España estaba a tipo fijo y un 47,2% estaba a tipo variable, según los datos del INE. Este cambio a favor del tipo fijo se venía produciendo desde 2015, pero cobró fuerza en los últimos tres años.
Con la llegada de la pandemia se ha dado un vuelco hacia el tipo fijo. Los expertos consultados coinciden en que el miedo a que las cuotas se incrementen ha ayudado a que el tipo fijo se consolide como la opción preferente.