Las tecnologías limpias, un escudo contra el cambio climático
BBVA organiza congresos, invierte en fondos de inversión millonarios, implementa iniciativas y desarrolla unidades específicas dentro de su negocio para impulsar las ‘cleantech’. Las también conocidas como tecnologías limpias –que contribuyen a la sostenibilidad y al cuidado del medio ambiente– abarcan desde la reducción de emisiones a la protección de la biodiversidad, pasando por el tratamiento del agua, por poner algunos ejemplos
Hace 3.500 años, antes incluso de que Alonso Quijano vagara por la Mancha creyendo que eran gigantes, las aspas de los molinos comenzaron a girar. En Boyacá, Colombia, hoy conocida como Villa de Leyva, se conserva uno de estos ingenios primitivos que, merced a la fuerza hidráulica, producía energía para aquella civilización. Lo esencial del hecho se daba allí: el ingenio humano para producir una tecnología que no violentaba la naturaleza, sino que se acompasaba con ella para mejorar la calidad de vida de nuestra especie sin que el coste de dicha mejora pusiera en peligro la vida misma en este planeta.
El salto de milenios no arroja un panorama esperanzador. 2024 se ha confirmado como el año más cálido de la historia desde que se tiene registro, con un aumento medio de 0,71 grados centígrados sobre el mismo periodo de registros de las últimas tres décadas (1991-2020). En España, la mayor tragedia natural vivida por nuestro país se ha cobrado ya (a fecha de cierre) 230 vidas en las riadas vividas en Valencia, Castilla La Mancha y Andalucía. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseveró sin eufemismos, durante la cita internacional preeminente para tratar el cambio climático –la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP)–, hasta qué punto la situación es alarmante: “He venido aquí para decirles que el cambio climático mata y en Valencia ha matado a 220 compatriotas míos”.
Pero 2024 está siendo también un año de esperanza. En esa misma COP (la edición 29), celebrada en Bakú (Azerbaiyán), las naciones del mundo alcanzaron un acuerdo para asumir un gasto histórico: 286.000 millones de euros cedidos anualmente por los países ricos para ayudar al Sur Global, el conjunto de estados más pobres que, habiendo sido los que menos han provocado el cambio climático, más van a sufrir y sufren ya sus consecuencias. 2024 ha sido un año también clave para que las empresas asuman los nuevos paradigmas de cómo producir y concienciar de la necesidad de una economía más sostenible.
Desde España, BBVA, una de las principales entidades financieras del país, ha querido ser impulsora de un nuevo ecosistema que carga, en realidad, milenios de historia a sus espaldas: el de las cleantech, tecnologías que sirven tanto para la descarbonización del planeta como para la adaptación al cambio climático, que abarcan desde las energías renovables a la gestión de los residuos o el tratamiento del agua, y que necesitan en el actual contexto el mayor impulso de su historia. “BBVA viene redoblando la apuesta inversora en este sentido para posicionarse en la vanguardia de la acción climática y las cleantech”, afirmaba Antonio Bravo, responsable global de Estrategia de Sostenibilidad y CIB y Estrategia y Cobertura de Clientes Corporativos de BBVA, desde el congreso Energy Tech Summit que la entidad celebró en Bilbao durante el mes de abril de este mismo año y que reunió a empresas de 40 países europeos para debatir sobre cómo reinventar la huella contaminante de todo el entramado que configura nuestra sociedad. “La descarbonización supone un enorme reto de disrupción para todas las industrias. Implica desarrollar nuevos materiales, diseñar innovadoras formas de fabricar productos, cambiar las fuentes energéticas de combustibles fósiles a renovables, adoptar nuevos modelos de negocio y también cambios en los hábitos de consumo”, aseveró Bravo en dicha cita.
La descarbonización supone un enorme reto para todas las industrias. Implica adoptar nuevos modelos de negocio y cambiar los hábitos de consumoAntonio Bravo, responsable global de Estrategia de Sostenibilidad y CIB y Estrategia y Cobertura de Clientes Corporativos de BBVA
Unos meses antes de la celebración de esta cumbre, en febrero, BBVA acogía otro encuentro clave y pionero, esta vez circunscrito a la Península Ibérica: la coalición Cleantech for Iberia, una cita que congregó a empresas, inversores y responsables políticos en torno a un mismo propósito: que España y Portugal sean punta de lanza europea en el uso y desarrollo de las nuevas tecnologías contra el cambio climático. A esta ambición se le pusieron números: 150.000 millones de euros de inversión hasta 2030 para el impulso de estas tecnologías. La cita, que contó con el patrocinio de Breakthrough Energy, plataforma fundada por Bill Gates, sirvió además para servir datos esperanzadores. En el periodo de 2018 a 2022 la financiación en la Península Ibérica de tecnologías limpias se disparó radicalmente: de 122 a 676 millones de euros, multiplicando más de cinco veces el presupuesto anual dedicado a estas tecnologías.
La oportunidad de las cleantech no obedece sólo a la necesidad, acuciante, de revertir el deterioro del planeta. El sector de la economía verde es una enorme bolsa de trabajo de calidad a futuro para millones de ciudadanos; se espera que el impulso de este sector creará 2,5 millones de nuevos empleos en nuestro país y Portugal: “Las tecnologías limpias son una oportunidad sin precedentes de reindustrializar la región, lo que creará empleo de valor y atraerá talento e inversiones, acelerando la transición energética y reduciendo la dependencia fósil de terceros”, asegura Bianca Dragomir, directora ejecutiva de Cleantech for Iberia.
El cóctel que sanea el planeta
Energías Renovables: se responsabilizan ya de la generación del 30% del suministro global, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA).
Vehículos eléctricos: ya circulan más de 40 millones por todo el planeta. En España ya circulan más de 330.000.
Hidrógenos verde, gris, dorado, turquesa, rosa y azul: fuentes de energía alternativa en claro crecimiento. En 2030 se espera que su producción alcance los 38 millones de toneladas anuales.
Reactores nucleares avanzados: centrales nucleares de pequeño tamaño con un impacto ecológico y riesgo radicalmente inferior a las tradicionales. De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía Atómica, existen 80 proyectos en desarrollo en todo el mundo.
Captura de carbono: una de las tecnologías más incipientes y prometedoras. En el caso de la industria, se trata de soluciones capaces de capturar el carbono y reutilizarlo en otro proceso de producción. Existen unas 45 instalaciones de este tipo en todo el mundo, pero de capacidad limitada.
Baterías de Estado Sólido o Sales Fundidas: alternativas a la actual dependencia del litio, de las que se espera una mayor capacidad de almacenamiento, menos coste de producción y también una habilidad para operar a altas temperaturas sin degradarse.