ICO: 50 años al servicio de la economía
La covid ha certificado su papel como pieza clave de la capacidad de reacción de la política económica
Pocos organismos públicos tienen tanta historia detrás y tanto futuro por delante como el Instituto de Crédito Oficial. En los 50 años desde su creación, que celebramos ayer 19 de junio, el ICO ha estado unido de forma directa a la historia económica de España.
En este tiempo ha dado muestras de una notable capacidad de adaptación a las necesidades de la economía española, convirtiéndose en referente en la financiación de las empresas y en instrumento para la canalización de importantes medidas de política económica.
El valor del ICO se ha puesto de manifiesto durante los dos momentos económicos más difíciles en los últimos 10 años. La crisis financiera requirió de toda su capacidad para mantener las vías de financiación de las empresas, en un contexto de escasez de crédito. También fue esencial su papel como Agencia Financiera del Estado para aliviar las necesidades de financiación de las comunidades autónomas y entidades locales.
Pero, sin duda, la crisis económica derivada de la covid-19 ha certificado su papel como pieza clave de la capacidad de reacción de la política económica en una situación de emergencia. Las líneas de avales, puestas en marcha por el Gobierno y gestionadas por el ICO, han sido uno de los instrumentos más eficaces para cubrir las necesidades de liquidez de las empresas, especialmente de autónomos y pymes, durante los momentos más duros de la pandemia. Y lo siguen siendo para financiar sus proyectos de inversión en esta nueva fase de recuperación, contribuyendo de forma decisiva a proteger el tejido productivo.
Su gestión, en colaboración con las entidades financieras, es uno de los mayores y mejores ejemplos de colaboración pública privada. Una gestión que ha supuesto un reto de gran magnitud por la necesidad de poner en marcha en tiempo récord un instrumento inédito, aprobar un volumen de operaciones sin precedentes, adaptar las líneas de avales a las diferentes etapas de la crisis, mantener un canal de comunicación fluido con las entidades financieras y supervisar el uso adecuado de los recursos públicos. Visto el resultado, la institución y sus profesionales han estado a la altura cuando más los necesitábamos, lo que merece el reconocimiento de todos.
Las cifras ponen de manifiesto la magnitud del esfuerzo realizado desde marzo del pasado año. En sus 50 años de historia, el ICO ha aprobado alrededor de 3,2 millones de operaciones de financiación para empresas por importe de más de 277.000 millones de euros. Solo en el último año, a través de las Líneas de Avales, ha gestionado más de un millón de operaciones que han permitido canalizar recursos a las empresas por un importe superior a los 128.000 millones de euros.
No obstante, durante estos 50 años ha llevado a cabo de forma ejemplar su principal misión: contribuir al crecimiento y al desarrollo del país, con especial atención a la financiación de proyectos con especial relevancia por su trascendencia social, cultural, innovadora o ecológica.
En el ámbito de la financiación de las empresas, su trabajo ha sido determinante para lograr que estas dispongan de un marco de financiación adecuado para sus proyectos de inversión, impulsando la innovación, la transformación tecnológica, la eficiencia energética y la internacionalización.
Las líneas de mediación constituyen sin duda un referente en la financiación empresarial y son el germen de un modelo de colaboración público privada con las entidades financieras que, durante casi 30 años, ha permitido financiar más de tres millones de proyectos, de empresas de todos los tamaños, especialmente autónomos y pymes, y de todos los sectores de actividad.
A esta actividad hay que añadir la participación en grandes proyectos de inversión en los que la intervención del ICO ha servido de catalizador para impulsar la contribución de otras entidades. Es también destacable el apoyo a la internacionalización de las empresas españolas, con una actividad creciente en los últimos cinco años en los que ha concedido más de 11.100 millones de euros en financiación para promover la participación de compañías españolas en el desarrollo de proyectos emblemáticos, especialmente en Latinoamérica donde se ha dirigido el 33% de esta financiación.
Su capacidad de innovación, de análisis de las mejores prácticas y su conocimiento de las necesidades de las empresas hacen que su actividad esté en continua evolución. En la actualidad, además de su labor como Agencia Financiera del Estado, está desarrollando nuevos instrumentos para promover fuentes de financiación alternativa a la bancaria, una necesidad estructural de nuestra economía.
También ha evidenciado su compromiso con la transición ecológica y la cohesión social, a través de la emisión de bonos sociales, en los que fue pionero en nuestro país y es un referente en Europa, y en la canalización de fondos para el desarrollo de proyectos sostenibles desde el punto de vista social y medioambiental.
Sin olvidar su vertiente internacional y su relación con las instituciones comunitarias y otros bancos homólogos europeos, especialmente con el Banco Europeo de Inversiones, que está permitiendo la canalización de recursos europeos a proyectos nacionales. Además, con el objetivo de ofrecer el mejor acceso a las empresas españolas a las distintas iniciativas y fondos de la Unión Europea, el ICO ha trabajado para dotarse de nuevas capacidades. En esta línea de actuación, destaca la obtención, tras un exigente proceso de auditoría, de la acreditación como Implementing Partner de la Comisión Europea para el nuevo Marco Financiero Plurianual 2021-2027, lo que le habilita para gestionar programas como Invest EU.
El Instituto de Crédito Oficial en sus 50 años de historia ha tenido que hacer frente a desafíos, reinventarse y adaptarse a las necesidades de la economía española en cada momento. Esa capacidad de adaptación, una gestión prudente que le permite mantener el principio de equilibrio financiero y la dedicación de grandes profesionales que han contribuido a su buen desempeño, han hecho que el ICO sea una institución respetada a nivel nacional e internacional.
El ICO cumple 50 años y lo hace en plena forma, con un trabajo en los últimos años, y en especial durante estos últimos meses, que ha puesto de manifiesto su utilidad para la economía española.
Gonzalo García Andrés es secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa.
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