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Portugal inyectará 1.600 millones en la aerolínea TAP

El plan de rescate, que será presentado a la Comisión Europea este jueves, contempla unos 3.000 despidos, según los medios del país

Avión de TAP, en una imagen de archivo.
Avión de TAP, en una imagen de archivo.Reuters

El Gobierno de Portugal ha aprobado un plan de reestructuración para la aerolínea TAP, participada mayoritariamente por el Estado, que prevé una inyección económica de 1.600 millones hasta 2024. En un Consejo de Ministros extraordinario celebrado este martes por la noche, el Gobierno aprobó la medida, cuyos detalles serán compartidos este miércoles con el resto de partidos políticos (el Ejecutivo, presidido por el socialista António Costa, cuenta con ministros socialistas e independientes y se apoya frecuentemente en otros socios parlamentarios a su izquierda). La presentación del rescate ante la Comisión Europea está prevista para este jueves.

De acuerdo con varios medios portugueses, el plan contempla una reducción de plantilla en torno a 3.000 personas. Dicho recorte afectaría tanto a pilotos y tripulantes de cabina como a trabajadores en tierra o con contratos temporales, que previsiblemente no se renovarán. Además se contempla una rebaja salarial del 25% a los empleados.

TAP tiene actualmente una flota de 101 aeronaves que también podría verse reducida, en una cantidad que oscila entre los 13 y los 16 aparatos, siempre según las citadas fuentes, ya que el plan no ha sido presentado públicamente. Además del Estado portugués, que tomó el 75% del capital de la aerolínea a raíz de una inyección económica de 1.200 millones en los primeros meses de pandemia, forman parte del accionariado de TAP el empresario Humberto Pedrosa, cuya participación es del 22,5%, o los propios empleados de la aerolínea, que aglutinan un 5%.

Como la mayoría del sector aéreo, TAP ha sufrido graves consecuencias económicas a raíz de la pandemia de coronavirus. De enero a septiembre de 2020, el número de pasajeros trasladados por la aerolínea se redujo en 9 millones, lo que representaba una reducción del 70% respecto al mismo periodo del año pasado. En el primer semestre del año la compañía presentó unas pérdidas de 582 millones de euros, lo que significaba multiplicar por cinco el resultado negativo de la primera mitad de 2019.

La aerolínea portuguesa no es la única de Europa que recibirá ayudas públicas. Varios países del continente han salido al rescate de sus antiguas aerolíneas de bandera. Ya en abril, Francia apoyó con un préstamo de 7.000 millones a Air France, y un mes después Alemania aprobó una inyección de 9.000 millones en Lufthansa. Este último implicó la entrada del Estado alemán en el capital de la aerolínea y requirió la bendición de la Comisión Europea, para garantizar que no se trataba de ayudas de Estado contrarias a la normativa comunitaria, como denuncian otras compañías que han quedado fuera de este tipo de medidas.

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