Las claves que bloquean (de momento) el acuerdo para extender los ERTE hasta enero

Ejecutivo, sindicatos y patronales no consiguen pactar la prórroga, a siete días de que la regulación caduque

Madrid -
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, y José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el 4 de septiembre tras reunirse con los agentes sociales en Palma.Isaac Buj (Europa Press)

La prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) se está llevando, una vez más, al límite. A solo siete días de que caduquen, Gobierno y agentes sociales han concluido una reunión maratoniana este jueves sin acuerdo. Tras casi nueve horas de encuentro, se mantiene atascada la extensión de los expedientes pese a que todos lo consideran fundamental. “Importantes avances. Quedamos a la espera de un nuevo documento y dispuestos a seguir negociando”, ha asegurado Unai Sordo, secretario general de CC OO, en su cuenta de Twitter. Fuentes de UGT confirman este punto y esperan que...

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La prórroga de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) se está llevando, una vez más, al límite. A solo siete días de que caduquen, Gobierno y agentes sociales han concluido una reunión maratoniana este jueves sin acuerdo. Tras casi nueve horas de encuentro, se mantiene atascada la extensión de los expedientes pese a que todos lo consideran fundamental. “Importantes avances. Quedamos a la espera de un nuevo documento y dispuestos a seguir negociando”, ha asegurado Unai Sordo, secretario general de CC OO, en su cuenta de Twitter. Fuentes de UGT confirman este punto y esperan que haya acuerdo en días: “Hemos planteado formulas para poder ampliar la protección a más empresas y trabajadores. Esperamos que de aquí al martes podamos lograr el acuerdo”.

Hay puntos cerrados desde hace semanas, por ejemplo que la prórroga sea hasta final de enero. Pero todavía quedan obstáculos por superar y el calendario apremia. Entre ellos, la intención del Ejecutivo de focalizar las ayudas en los sectores más golpeados por la pandemia. Algo en lo que se encuentran frente a unos agentes sociales que quieren que la ayuda llegue a todos los que la necesiten, sin discriminación entre actividades económicas. Estas son las claves pactadas y las pendientes de cerrar:

Extensión hasta final de enero revisable

Uno de los primeros grandes obstáculos fue el tiempo de extensión de los ERTE. El Gobierno accedió hace casi dos semanas a que estos llegasen hasta final de enero y no de diciembre como se preveía en un inicio. De esta forma se quiere evitar que una posible negociación para otra prórroga se produzca durante la campaña de Navidad. “Quiero tranquilizar a todos los trabajadores afectados porque vamos a seguir protegiendo sus rentas y el tejido productivo de las empresas el tiempo que sea necesario. Ese es el compromiso del Gobierno”, ha asegurado este jueves en Antena 3 José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social.

Esta ampliación, además, será revisable. Es decir, antes de acabar enero se convocará de nuevo a los agentes sociales y se tendrá que actualizar según la situación de la crisis sanitaria. “Hay consenso y se convocará de nuevo la comisión para ver si es necesaria otra ampliación y modificar las condiciones, ya sea para bien o para mal en función de la pandemia”, explican fuentes del diálogo social.

Prestación del 70%

La mesa negociadora tuvo que superar también otro escollo con la cobertura de las prestaciones. Esto es, el mantenimiento de estas tras los primeros seis meses de los trabajadores en ERTE para que no bajasen del 70% al 50% de la base reguladora, como indica la norma. Tanto sindicatos como patronal exigieron que se mantuviera en esta ocasión de forma excepcional y el pacto se alcanzó en pocos días.

El Ministerio de Trabajo, muy crítico con la norma dictada por el Gobierno de Mariano Rajoy que recoge esa bajada, mantuvo desde el primer momento su intención de buscar una alternativa. Al inicio se barajó una reducción al 60% y parecía que podía haber acuerdo en ese punto. Pero finalmente se cerró con el mantenimiento de la cobertura en el 70%, como en los primeros seis meses en ERTE del trabajador.

Contador a cero

El denominado contador a cero supuso un obstáculo más importante. Los ERTE negociados hasta septiembre incluían una excepción: el tiempo que los trabajadores estuvieran afectados por uno de estos expedientes no se computaría para reducir otras prestaciones. Es decir, los empleados en ERTE durante los primeros 180 días no verían reducido ese tiempo, por ejemplo, en el paro acumulado. Sin embargo, hasta final de septiembre ya habría casos de trabajadores en un expediente de regulación temporal de empleo durante 196 días.

Por ello, tras el tira y afloja inicial y las diferencias entre Ejecutivo y agentes sociales, Trabajo ha impulsado una excepción para los que hayan sobrepasado los 180 días o lo hagan en los próximos meses. “El contador a cero lo hemos aumentado en 16 días hasta final de septiembre. Y se mantendrá durante todo 2021, algo que es muy importante para los afectados”, ha insistido Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, este jueves en Telecinco. De esta forma, los trabajadores en ERTE durante más de seis meses no verán reducido el tiempo de paro que hubiesen acumulado hasta la fecha.

Ayuda para fijos discontinuos

En la negociación de la prórroga de los expedientes, el Gobierno ha incluido una prestación extraordinaria por fin de campaña para llegar a los fijos discontinuos que salgan del ERTE y no tengan paro acumulado. Algo muy común este año, especialmente en zonas como Baleares con mucha dependencia del turismo. “Hemos diseñado una protección nueva para los fijos discontinuos, muy afectados en algunas regiones porque no ha habido temporada turística”, ha incidido la ministra de Trabajo.

La cuantía sería equivalente a lo que hayan cobrado por ERTE, según fuentes del diálogo social. Y se estudia hasta cuándo se podría extender esta prestación. Sobre todo porque la temporada alta turística ha concluido, a excepción de Canarias, y la perspectiva de vuelta al trabajo de estos empleados solo comenzará a llegar a partir de Semana Santa de 2021.

ERTE de rebrote

En el caso de los ERTE de rebrote el acuerdo parece relativamente sencillo. El Gobierno apuesta por que sean muy flexibles ante los casos que pueda haber en la segunda ola de contagios. Especialmente en las ciudades o barrios donde haya confinamientos selectivos. En estos expedientes no se incluye discriminación por actividades económicas, según fuentes del diálogo social, lo que allana mucho el camino.

“Con esta nueva ola de rebrotes vamos a tener que redefinir algunas medidas. Y yo insto a que lleguemos al acuerdo. Por ejemplo, tenemos que redefinir lo que es el ERTE de rebrote, porque se ponen en riesgo muchas empresas y trabajadores”, ha reclamado Díaz este jueves.

Ayudas por sectores

Uno de los grandes caballos de batalla es si la prórroga de los ERTE mantendrá la ayuda para todas las empresas que lo necesiten o solo para aquellas de los sectores más golpeados. “A partir de ahora tenemos que ser lo más eficaces posible para proteger aquellas actividades económicas y aquellos sectores que siguen afectados por la pandemia. Necesitamos un nivel mayor de focalización”, ha defendido Escrivá este jueves en Antena 3. Como ha explicado el ministro, el Gobierno contemplará todas las situaciones, aunque con especial apoyo a los más golpeados: “Queremos evitar un café para todos. Estamos dispuestos a ayudar vía prestaciones y exoneraciones a todas las empresas que se vean afectadas, pero el nivel de apoyo no puede ser el mismo para todas las actividades económicas”, ha insistido.

De esta forma, el Gobierno se mantiene en su idea de que los ERTE no sean generalizados. Ante esto, la patronal CEOE fue la más beligerante, aunque ha tenido a UGT de aliado en esta batalla. Yolanda Díaz ha afirmado este jueves que el Ejecutivo tiene muy delimitado donde están los problemas. “Transportes, cultura, ocio, todo el turismo... Pero hay que proteger también a todas las empresas que están alrededor. Hay discusiones intensas y es muy difícil, porque hay riesgo de que quede alguna pequeña actividad fuera”, ha reconocido la ministra. De la decisión de cómo se resuelva este punto, dependerá el siguiente.

Exoneraciones a la Seguridad Social

Aquí estará el quid de la cuestión cuando se pacten los términos generales. Una vez se decida el modelo de la prórroga de los ERTE, se tendrán que poner negro sobre blanco las ayudas. Y eso se traduce en que habrá que cuantificar el nivel de generosidad de las mismas en las bonificaciones de las cuotas que las empresas abonan a la Seguridad Social. El Ejecutivo llevó a la mesa de diálogo unas exoneraciones sociales de alrededor del 85%, muy por encima de las vigentes en septiembre.

Esta propuesta estaba dirigida fundamentalmente a las actividades económicas más afectadas, como el turismo. Sin embargo, ante la negativa de los agentes sociales, se negocian fórmulas intermedias y diferentes niveles de ayudas. Así, para las empresas de actividades que no sean las que más sufran la crisis del coronavirus, se estudia que se puedan acoger a los expedientes de regulación temporal con beneficios más bajos. “La cuestión ahora está en acertar en las exoneraciones a las empresas. Mi compromiso es claro: no nos vamos a levantar de la mesa hasta que no haya acuerdo”, ha dicho Díaz la mañana de este jueves.

Incentivos a la vuelta de los trabajadores

Los incentivos para sacar a los empleados de los ERTE se incluyeron en la negociación anterior. Pero los agentes sociales sostienen que es una medida muy poco eficaz. Así se lo hicieron llegar al Gobierno en la reunión que se celebró en Palma, que fue el pistoletazo de salida de la negociación para una nueva prórroga de los expedientes. “Allí pareció quedar zanjado ese tema, que es algo superado y que sindicatos y patronales entendemos que es ineficaz”, repiten desde hace semanas los primeros espadas de los agentes sociales.

Sin embargo, el Ministerio de Seguridad Social ha insistido en este modelo de incentivos, algo que ha embarrado por momentos la negociación. Una de las críticas más ácidas llegó por parte del presidente de CEOE, Antonio Garamendi, que llegó a decir que no se creía los datos de gasto en ERTE que les facilitaba el Gobierno. Sobre el presupuesto para estas ayudas, el ministro Escrivá reconoce las limitaciones que tiene el Gobierno: “Hemos trasladado a los agentes sociales que hay una restricción presupuestaria. Estamos haciendo un esfuerzo enorme y se ha gastado ya, desde que empezó toda la financiación europea, unos 23.000 millones de euros. Y esto puede durar todavía unos trimestres más y tenemos que tener recursos suficientes”.

Así, a pesar de las diferencias existentes, se siguen registrando avances. Según con quién se hable, el optimismo es mayor o menor, aunque fuentes conocedoras de la negociación tienen dudas sobre que el acuerdo pueda ser inmediato. La ministra Díaz está entre las optimistas y empuja para que se cierre cuanto antes: “Me parece que estamos cerca, hay matices pero estamos trabajando con amplitud de miras”.

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