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Una historia de dos ‘maderos’

Escucha la conversación que revela cómo tejieron el comisario José Manuel Villarejo y el jefe de Seguridad del BBVA, Julio Corrochano, el espionaje a personas consideradas “enemigas” de Francisco González

José Manuel Villarejo, a la izquierda, y Julio Corrochano.
José Manuel Villarejo, a la izquierda, y Julio Corrochano.Alvaro Garcia

Es 1 de abril de 2005. El jefe de Seguridad del BBVA, Julio Corrochano, y el comisario José Manuel Villarejo mantienen una larga conversación, de casi media hora, en la que entre compadreos, juramentos e insultos repasan la situación de los encargos realizados por supuesta orden del entonces presidente del BBVA, Francisco González (FG). El diálogo refleja con detalle cómo se organizó la operación de acoso mediante el espionaje y la difamación (en medios de comunicación afines) de los empresarios y políticos a los que González consideró sus enemigos cuando Sacyr intentó tomar el control del banco.

La conversación, que forma parte del material entregado al juez Manuel García-Castellón por la policía, desvela el modus operandi del comisario, así como la inquietud de FG por las investigaciones y su obsesión por desacreditar a esos enemigos. En la fecha citada ya se había superado la tentativa encabezada por el grupo Sacyr de entrar en el BBVA, entre finales de 2004 y principios de 2005, y se había celebrado la junta de accionistas del banco, en la que, al menos aparentemente, se había dado carpetazo al asunto con éxito para FG.

Solo aparentemente, porque FG seguía ofuscado y quería más. Así se desprende de la charla de los dos policías, en la que aparecen los nombres de Miguel Sebastián, entonces jefe de la Oficina Económica del presidente del Gobierno; Luis del Rivero y Juan Abelló, presidente y vicepresidente de Sacyr; Jesús Caínzos, exvicepresidente del BBVA; Emilio Botín, presidente del Banco Santander; Iván Queipo de Llano, abogado que intervino en la junta en contra de los intereses de FG, y la empresa Intermoney, sociedad de valores que estuvo dirigida por Carlos Arenillas.

A lo largo de la interlocución y de forma reiterada, Corrochano exige a Villarejo que se limite a presentar “tres o cuatro folios con las putadas”, como denominan las operaciones de espionaje, para que lo vea el “jefe” (FG). Esos folios, “que no debe ver nadie más que mi jefe” no son los mismos que los que debían entregarse a la Comisión Permanente Delegada (CPD), formada entonces por FG, José Ignacio Goirigolzarri, Juan Carlos Álvarez Mezquíriz, Román Knorr, Enrique Medina y José María San Martín.

En su declaración en el marco de la investigación interna el BBVA, Corrochano, reconoció que FG le había encargado la contratación “de una empresa especializada en soluciones a situaciones de crisis y que solo podía hablar con él, con Ángel Cano [director general] y con el director de comunicación, Javier Ayuso”.

Al comienzo de la grabación suena una alarma de coche. Se supone que se ha saltado la de Villarejo. Se oye a Corrochano, que se mofa: “¡Qué discreto eres!, venga, espía”. Luego Villarejo le informa de la documentación: “Va el CD. Lo blanco es borrador. Y lo amarillo es lo definitivo”. Estos son algunos de extractos:

Corrochano. ¿El blanco es la chicha?

Villarejo. Sí. El informe final.

C. ¿Esto es un informe final? ¿Esta es la chicha, chicha, chicha?

V. Sí, sí. Es un anexo.

C. Mira, es que mi jefe no lo lee. Mi jefe tiene un mosqueo que te cagas con esta movida. Se reunió con mi director general y piensa que hemos hecho el indio.

V. ¡Pero qué cabrones son!

C. Más de cuatro folios no los lee ni Dios. El error es escribir tanto. Quiero tres o cuatro folios con las putadas. ¡Esta es la putada, esta es la putada y esta es la putada!, porque es lo único que va a leer él, para quedarse con la conciencia tranquila de que se ha hecho la inversión.

V. Pero de cara al consejo hay que presentar un informe medianamente elaborado.

C. (...)¿Aquí viene lo de los teléfonos intervenidos?

V. No, no, no, vamos no sé, míralo; yo creo que no viene (…) El trabajo hecho, los anexos, los teléfonos, las relaciones de llamadas, las conversaciones, la polla… [fueron pinchados en torno a 3.000 teléfonos] va en el diskette.

Posteriormente, Corrochano, le dice que meta “la conversación con la Pellejos [presumiblemente la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega] que habla con el otro [Sebastián] y lo que está metido en la comunicación”. Villarejo apunta: “El Botín [Emilio Botín]”.

C. Y el Botín y el otro, las acciones de Caínzos, Intermoney... Pero esto no se lo puedo dar a mi presidente. Que me está cuestionando, te lo juro, lo digo en serio.

V. Pero la documentación conviene tenerla. Llegado el momento, hay que justificar el trabajo.

C. Te hablé de justificar el trabajo con la CPD, pero hay que justificar las acciones determinantes con mi presidente, coño, que es lo que me ha pedido mi director general que es al que le pego la barrila. Pepe, que te quiero mucho y tal, pero que tenemos muchas cosas ahí colgando, coño.


Lo que está colgando son “los encargos” de seguir a Caínzos, Queipo de Llano, Del Rivero, Abelló, Sebastián, Intermoney... Al respecto, Villarejo le comenta que están intentando personarse en “el tema de Abelló”, una denuncia de la Asociación de Accionistas Minoritarios. Corrochano le dice que “para él [FG]” ese caso es fundamental y se queja de que la información sobre Abelló, que salió en El Confidencial “tenía que haber salido en El Mundo”. “Si hubiera salido en El Mundo habría sido la hostia y estaría tranquilo. Pero lo del digital le ha jodido, porque es muy listo, muy largo. Piensa que en el digital no lo lee ni su puta madre, lo lee él y su amigo”.

C. La película que tiene montada es: “He pagado 100 millones y me están diciendo…”

V. Ha pagado 100 millones de pesetas y gracias a eso, por ejemplo, el Miki [Miguel Sebastián] y los demás se han sentido vigilados, espiados y no ha habido forma de trincarlos.

C. Pepe, pues claro que se tienen que sentir vigilados.

V. Pero, ¿tú crees que objetivamente...?

C. Le he ido colocando historietas de esas y no ha visto eso encima la mesa. Los encargos que están colgados, el Caínzos, el Queipo de Llano, Intermoney, el tema de Rivero. Me dijo “¿dónde está la chicha, la tenéis vosotros?”

V. Objetivamente...

C. Es FG, cojones.

V. Da igual que sea FG que la virgen del pichón, digo que objetivamente un conjunto de cosas han permitido unas conclusiones.

C. Pepe, que soy madero, tío. Hostia, me cago en mi Dios. Hay muchas cosas que cerrar aquí y el tío está mosqueado (...) Pepe, hazme caso, cojones. Esta gente es así, vive en el séptimo cielo. Estoy encabronado en ese aspecto. Cada vez se me revuelven las tripas.

V. Mi contrato era conseguir despejar el horizonte, llegar a la junta de puta madre y echar a los malos. Y eso se ha cumplido. Que digan si has intervenido o no, ¿Quién puede definir eso?, eso no lo puede definir nadie. Salvo Dios, los que somos creyentes.

C. Y yo un poquito, y yo un poquito.

Villarejo: “Cuando tú me digas, lo filtramos a ‘El Mundo”

En un momento, Corrochano le pregunta a Villarejo: “¿A ver lo de Intermoney, lo de la famosa denuncia hasta dónde ha llegado?” Se refiere a la denuncia presentada por el comisario en la CNMV contra la sociedad de valores, entonces dirigida por José Pérez (ex director general del BBV). FG consideraba que la firma era el núcleo del plan de Sacyr.

Villarejo contesta: “Cuando tú me digas, lo filtramos. Lo que voy es a coger y que El Mundo me lo publique, cuando queráis”. Más adelante: “¿Activamos el tema de la denuncia, lo sacamos en El Mundo, empezamos a darle por culo? (...) Sacarlo en El Mundo provoca que la CNMV reconozca que ha habido una denuncia y tenga que hacer un trabajo.

C. No es solamente filtrarlo, es tener suficiente chicha. ¿Hay chicha en esa denuncia?

V. Se dan datos y en el momento que verifique lo mínimo se establece la interconexión entre unas acciones y otras. Hay teléfonos, cosas. Lo único es pedir a Telefónica que dé la relación de llamadas oficialmente para judicializarlo.

C. Hay cinco o seis historias que tenemos ahí: Intermoney, Queipo de Llano, el Rivero y el hijo de puta de Miguel Sebastián, que es líder de toda la película y lo tenemos…

V. Lo tenemos en proceso de elaboración final porque ya no tenemos las prisas de la junta y hay que hacer un trabajo escalonado para hacerlo bien y tal cual a lo largo del año. Es lo que tenemos.

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