Un GPS para los interiores
La empresa Situm, cuyo germen se halla en la universidad compostelana, desarrolla una aplicación para guiar a las personas dentro de complejos edificios
Las indicaciones donde encontrar al paciente que buscas, apuntadas con todo detalle: habitación 4425, Planta cuarta. Sector C en edificio 2. Todo perfecto para una visita rápida. O tal vez no tanto. Ubicado en la puerta de hospital el reto ya no parece tan fácil ¿Quién no ha pasado más tiempo del deseado deambulando por un hospital en busca de una habitación que parece inexistente? Y quien no ha pensado: “¿Cuándo van a inventar algo para que que el GPS funcione aquí dentro?” Pues ese invento ya salió de las cabezas de tres jóvenes doctores en Robótica e Ingeniería Artificial la Universidad de Santiago de Compostela: Cristina Gamallo, Andrián Canedo y Víctor Álvarez. Aunque, en realidad, su objetivo no tenía mucho que ver con solucionar los problemas de desubicación. “Estábamos trabajando en un robot doméstico. Necesitábamos que supiera identificar si estaba en la cocina, el baño o el salón”, explica Álvarez.
Espaldarazo clave
Uno de los mayores impulsos les ha llegado de Microsoft. La compañía fundada por Bill Gates le ha abierto las puertas al mercado internacional. Gracias a su aceleradora enfocada en ‘startups’ de alta tecnología, Situm ya tiene sede en Londres y está apostando por la que para sus fundadores tal vez es la tarea más ardua, “el networking entre expertos es nuestra mejor herramienta de marketing. Complicado para los que somos investigadores de laboratorio pero en ellos nos va el futuro”, reconoce Álvarez.
En España,Tiates un punto de inflexión en su negocio puede llegar del recién firmado contrato con El Corte Inglés. Los establecimientos de Goya y Castellana en Madrid y El Duque en Sevilla estrenan una aplicación basada en el ‘software’ de Situm, para facilitar la movilidad de sus clientes dentro de sus centros. Si todo sale como está previsto, la idea es extenderlo por toda la península.
El rastreo del mercado para localizar un sistema de geolocalización que solucionara su problema solo les condujo a soluciones aberrantes desde el punto de vista de la decoración de interiores. “Para que funcionara la localización, había que llenar la casa de repetidores, balizas o sensores nada estéticos y que, a buen seguro, no convencerían a ningún propietario”, recuerda el mismo socio. Así que este trío dio con otra solución: un algoritmo capaz de calcular la ubicación de su robot utilizando señales que hay en cualquier casa, desde puntos de wifi o bluetooth a ondas electromagnéticas. “Nos dimos cuenta de que lo que habíamos conseguido ofrecía una exactitud de localización que no existía en el mercado. Así que lo patentamos pensando que alguien compraría esa patente”.
Pero en aquel momento, 2013, la demanda de robots domésticos en los que implantarlo no era masiva. De nuevo, volvieron a encontrar una solución ¿Qué es lo más parecido a un robot que hay en nuestra vida cotidiana? Sin duda, el smartphone. El teléfono móvil nos guía hacia una cabaña perdida en el fin de mundo pero se vuelve un trasto viejo cuando estamos perdidos en medio del gran hospital. En esa situación solo queda tirar de la llamada de toda la vida para decir... ¿cómo llego a tu habituación? “Teníamos la patente y teníamos el dispositivo: nos dimos cuenta que teníamos que sacarlo al mercado, aunque no sabíamos nada de montar una empresa”, recuerda Álvarez. Él es el actual consejero delegado de Situm Technologies, la compañía que a finales de 2013 pusieron en marcha los tres investigadores de la Universidad de Santiago junto con sus directores de tesis.
Proceso de expansión
Hoy, esa compañía ya cuenta con 18 personas en plantilla, factura alrededor de medio millón de euros y está en plena expansión. Su software has sido identificado como uno de los cinco más disruptivos en la categoría de soluciones para mercados masivos de South Summit, ha ganado un buen puñado de premios de emprendimiento y ya es una realidad para no perderse en lugares tan dispares como eventos en Latinoameríca, la sede de la Consejería de Sanidad en Galicia, el hospital Álvaro Cunqueiro, de Vigo y también en todos los centros de salud de Galicia, gracias a un proyecto que está desarrollando Telefónica.
El modelo de negocio no es fácil. Ellos alojan en la nube su tecnología de geoposicionamiento para que otras compañías (desarrolladoras de aplicaciones, tecnológica, o incluso clientes finales como ferias, hoteles, centros comerciales) lo compren y lo hagan llegar al usuario final. Es decir, sus posibilidades de éxito dependen en gran medida del buen hacer de esos intermediarios. Un método que les aleja del cliente final. Tanto del feedback que este pueda tener respecto a la utilización del servicio como del reconocimiento de marca. Aun así, su efectividad les delata. La Fira de Barcelona ha puesto esta, casi exacta, geolocalización interna al servicio de las compañías de seguridad con las que trabaja. Por ejemplo, Securitas la utilizó para garantizar una mejor localización de los efectivos y una respuesta más inmediata en caso de necesidad en ferias tan concurridas como el Mobile World Congress.
La aplicación de la tecnología de Situm tiene más recorrido. “Excepto las instituciones de salud, por motivos de protección datos, nuestro software aporta una información valiosa para el Big Data”, explica el jefe de Situm. Es decir, permite obtener informes sobre comportamientos de clientes en centros comerciales: qué tiendas se visitan más y cuánto tiempo pasan los clientes en cada una de ellas.
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