Las obras de ampliación siguen suspendidas y crece el apoyo al Canal de Panamá
Las obras de la ampliación del Canal de Panamá siguieron suspendidas hoy, por segundo día consecutivo, mientras crece el apoyo en torno a la administración de la vía acuática y a que sea ella la que asuma y concluya el proyecto.
Una fuente de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) dijo este jueves a Efe que las obras continuaron en la misma situación que ayer, cuando el administrador del ente autónomo estatal, Jorge Quijano, anunció que el consorcio las había paralizado por completo, en una decisión unilateral que viola el contrato vigente.
La ACP "envió anoche una carta en la que se detalla la situación física del proyecto y se pide explicaciones, y el consorcio GUPC respondió que la suspensión obedece a los argumentos que expresó en su carta del 30 diciembre pasado anunciando la suspensión", reveló la fuente.
Quijano exigió ayer al Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que lideran la empresa española Sacyr y la italiana Impregilo, reiniciar de inmediato los trabajos, porque su paralización contravenía cláusulas del contrato vigente, firmado en 2009.
La suspensión se dio después de que la ACP y el consorcio no lograran acordar un plan para reflotar la construcción del tercer juego de esclusas de la vía acuática, que el GUPC dice que no puede continuar porque sobrecostes de más de 1.600 millones de dólares lo dejaron sin flujo de caja.
El consorcio se adjudicó el proyecto por su oferta de 3.118 millones de dólares, y la ACP ha pagado 2.831 millones de dólares, 784 en anticipos reembolsables.
Quijano dijo ayer que la puerta del diálogo con el GUPC estaba abierta, aunque se cerraba "minuto a minuto", para buscar un opción que permitiera a ambos seguir el proyecto mientras las instancias internacionales previstas en el contrato dirimían quién tenía la razón sobre los "exorbitantes y no sustentados" sobrecostes.
Añadió que la ACP entró en una fase de análisis para decidir los pasos a seguir, que pueden incluir rescindir el contrato porque tiene la capacidad financiera y técnica para asumir las obras y concluirlas en 2015, como está previsto.
También ayer pero en Madrid, Sacyr informó que la ACP había roto el diálogo pero que el consorcio seguía "buscando una solución de financiación" para terminar las obras en 2015.
Para sectores políticos y analistas locales la situación está muy clara: la ACP debe asumir el control del proyecto, que registra más de un 65% de avance.
"Es una obra que está bastante avanzada, ya no es atractiva económicamente para una gran empresa de construcción, y la ACP lo que tendrá es que buscar es una empresa administradora de obra" y asumir ella misma algunos trabajos "como la parte electromécanica de la instalación de las compuertas" de las esclusas, dijo a Efe el internacionalista Nils Castro.
Castro, dirigente del opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD), opinó que incluso aunque el GUPC presentara una oferta "muy atractiva" la ACP ya no estaría interesada.
Ello porque, señaló el analista, a estas alturas del conflicto entra en juego el "factor del orgullo nacional, y el gran público panameño se sentiría más a gusto si la obra continúa sin el consorcio, o por lo menos sin los miembros grandes del consorcio".
En ese mismo sentido se expresó el diputado del opositor Partido Panameñista, Alcibíades Vásquez, quien dijo a Efe que no ve la manera en que el consorcio que lideran Sacyr e Impregilo pueda seguir trabajando en la ampliación del Canal.
"Ya no hay confianza, ya hay afectaciones y lo más saludable es que si el país tiene la capacidad financiera y la ACP tiene las herramientas para terminar ella el proyecto es mejor que lo haga de esa manera", aseveró el diputado opositor panameño.
Por otra parte, el principal sindicato obrero del país, Suntracs, ha exigido que los miles de trabajadores cesados en los últimos meses reciban el pago de todos los derechos adquiridos.
El Ministerio panameño del Trabajo ha cifrado en 2.627 los trabajadores de varias fases y áreas del proyecto despedidos desde noviembre pasado, una cifra que apoyan los sindicatos.
Tras el inicio del conflicto contractual, la ACP reportó una disminución de más del 70 % en el ritmo de los trabajos en la construcción del tercer juego de esclusas.
En enero de 2012, el GUPC informó que su nómina de trabajadores en el proyecto ascendía a 5.930 colaboradores directos, de los que 244 era personal extranjero especializado.
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