El Gobierno británico ve "insostenible" la unión monetaria con una Escocia independiente
El ministro británico de Empresa, el liberaldemócrata Vince Cable, dijo hoy que la unión monetaria con una eventual Escocia independiente sería "insostenible" y consideró más probable que ese territorio acabe emitiendo su propia moneda.
En una comparecencia ante la Comisión parlamentaria de Empresa, Innovación y Cualificaciones, que analiza las consecuencias de la posible independencia escocesa, Cable subrayó que los requisitos para la unión monetaria serían "tan difíciles" que Escocia se decantaría por un plan B.
Este plan B, precisó, sería la emisión de su propia moneda, lo que a su vez traería otros problemas, como "barreras en el comercio transfronterizo" con el Reino Unido y "la dificultad de gestionar un tipo de cambio fluctuante en una economía basada en las materias primas", como sería la escocesa al depender del petróleo.
"Los problemas de operar una unión monetaria sugieren que Escocia acabaría con su propia moneda, con todas las ventajas y desventajas que ello comporta", manifestó el ministro.
El ministro principal escocés y líder del independentista Partido Nacionalista Escocés (SNP), Alex Salmond, defiende mantener la unión monetaria con el Reino Unido si Escocia vota por la independencia en el referéndum del próximo 18 de septiembre.
En el llamado Libro Blanco sobre la futura Escocia independiente, el SNP argumenta que compartir la libra esterlina iría en interés tanto de Escocia como del resto del Reino Unido, al facilitar las transacciones financieras y comerciales.
Sin embargo, el Gobierno británico se ha mostrado reacio a esta idea y ha argumentado que, para que Escocia pudiera mantener la libra, tendría que someterse a los designios del Banco de Inglaterra.
El gobernador del banco central inglés, el canadiense Mark Carney, declaró la semana pasada que una unión monetaria efectiva y duradera debería fundamentarse en una integración fiscal y bancaria, lo que significaría para la nueva Escocia "ceder parte de su soberanía".
El consejero delegado de la petrolera BP, Bob Dudley, expresó ayer su preocupación por "la incertidumbre" que plantea la cuestión de la moneda, al tiempo que el grupo pro independencia "Empresas por Escocia" insiste en que la secesión ofrece una "gran oportunidad de negocio".
Cable argumentó hoy que, en caso de monedas diferentes y tipos de cambio separados, las economías escocesa y británica "divergerían", lejos de la relativa homogeneización actual.
En su comparecencia parlamentaria, insistió en que Edimburgo podría ver una fuga de compañías hacia Londres, incluido el banco Royal Bank of Scotland (RBS), que tal vez quisiera radicarse en un domicilio fiscal "donde esté protegido del riesgo de quiebra".
Sobre la posible adhesión a la Unión Europea (UE) de una Escocia independiente, el veterano político liberaldemócrata admitió que no es posible predecir el proceso.
"Puede ser que no traiga problemas, no lo sabemos. Simplemente el proceso está rodeado de incertidumbre. Podría llevar mucho tiempo o podría llevar poco", afirmó.
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