El nuevo fracaso en las negociaciones de la OMC pone en cuestión el rol de la organización
El nuevo fracaso anunciado hoy de las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) puede tener consecuencias sobre el conjunto del sistema comercial multilateral, golpeado ya por la prolongada crisis económica y la plétora de opciones bilaterales y regionales para hacer comercio.
El director general de la OMC, Roberto Azevedo, comunicó hoy a los embajadores de los 159 países miembros y a la prensa que "el proceso de Ginebra ha finalizado", en referencia a las más de 150 horas de negociaciones en las últimas semana para intentar cerrar un acuerdo capaz de facilitar el comercio global.
Este documento debía ser el mayor resultado de la conferencia ministerial de esta organización, que tendrá lugar del 3 al 6 de diciembre en Bali (Indonesia).
Sin embargo, los esfuerzos resultaron infructuosos y Azevedo declaró antes los periodistas: "Hemos fracasado en nuestros intentos de convergencia en Ginebra. La meta final nos ha eludido".
"Aunque tengamos más semanas para negociar, no sería posible", dijo, señalando que ahora todo es cuestión de que exista entre los gobiernos voluntad política para sacar adelante el acuerdo sobre facilitación del comercio.
Consideró que "lo peor de todo es que habremos fracasado por razones que no son justificables. Nada de lo que está sobre la mesa (de negociación) requiere que algún (país) miembro vaya más allá de lo que es factible".
En cambio, lo que queda "no será fácil de negociar en Bali y será simplemente impracticable" hacerlo entre más de un centenar de ministros de Comercio que se espera participen en la Conferencia de Indonesia, opinó.
"No llegaremos a Bali con un paquete de documentos que permitan a los ministros anunciar al mundo un conjunto de resultados acordados multilateralmente, los primeros desde que la OMC fue creada", dijo Azevedo.
Sobre las consecuencias para su institución, agregó que es muy preocupante que la OMC no haya conseguido ningún acuerdo de importancia desde 1995, cuando fue creada, lo que podría provocar una pérdida de interés entre los países miembros.
El proceso negociador en la OMC ha ido dando tumbos desde el lanzamiento de la Ronda de Desarrollo de Doha en 2001.
Con excepción de las tratativas para sacar adelante el acuerdo sobre facilitación del comercio, la Ronda de Doha se encuentra bloqueada desde 2008, cuando fracasaron las últimas negociaciones para sacarla adelante entre un limitado grupo de países que representaban los intereses de los más industrializados, de los emergentes y de los que dependen de la agricultura.
Azevedo sostuvo hoy que a pesar de que es relativamente fácil entender dónde se encuentran las áreas de convergencia en la mayoría de asuntos pendientes en el acuerdo que se venia negociando, éstos son "muchos y de naturaleza demasiado técnica".
Esto vuelve muy difícil que puedan ser resueltos en cuatro días que durará el encuentro ministerial de Bali.
El director general de la OMC adelantó los lamentos y acusaciones mutuas que surgirán entre los países miembros tras este fracaso, que -vaticinó- se centrarán en "argumentos simplistas, como el de la confrontación entre países desarrollados y en desarrollo, entre el Norte y el Sur, lo que no es cierto".
El acuerdo para facilitar el comercio buscaba ser el primero en décadas para impulsar de forma concreta el comercio internacional mediante la simplificación y reforma de procedimientos aduaneros, que -una vez aplicados- podrían haber aportado 960.000 millones de dólares a la economía mundial.
Asimismo, hubiesen podido generar hasta 21 millones de empleos, de los cuales 18 millones hubiesen correspondido a los países en desarrollo.
Además, un acuerdo real hubiese reavivado la confianza en la OMC, que ahora se ve cuestionada por el daño que este nuevo fracaso puede tener en su función negociadora.
Por Isabel Saco
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