Portugal se prepara para otro año de ajuste con la vista puesta en el mercado
Pese al rechazo social a las medidas de austeridad después de tres años de ajustes, Portugal se prepara para seguir en 2014 por el camino de los recortes a la espera de que la presión del mercado baje y le permita evitar un segundo rescate.
El proyecto de Presupuestos para 2014 del Gobierno luso, que prevé para el país un año más de recortes en el gasto público y mantiene elevada la carga fiscal, fue contestado hoy por la oposición de izquierdas, patronales y sindicatos, que han convocado una huelga para el próximo 8 de noviembre en el sector público.
También mostró su contrariedad la petrolera lusa Galp, uno de los "gigantes" de la economía portuguesa -se estima que sus ventas al exterior representan el 9 % de las exportaciones totales del país-, que estudia incluso recurrir la decisión de crear una nueva tasa para el sector energético.
La propia titular de Finanzas, Maria Luís Albuquerque, reconoció que el proyecto presupuestario para el próximo ejercicio -que debe ser todavía aprobado por el Parlamento, donde el Gobierno tiene mayoría absoluta- es "duro" y exige "sacrificios".
El documento recopila una batería de medidas dirigidas a ahorrar cerca de 4.000 millones de euros, de los cuáles aproximadamente un 80 % proceden de la reducción del gasto estatal, lo que se concretará en la aplicación de nuevos recortes en el salario de los funcionarios y en las pensiones públicas.
De hecho, un 90 % de los cerca de 700.000 trabajadores del sector público luso se verá afectado por estos ajustes, 320.000 más que hasta ahora, cuando los recortes sólo se ejecutaban en los salarios superiores a 1.500 euros.
Sin embargo, Albuquerque recordó que estas políticas persiguen cumplir con lo acordado con la troika a cambio de su rescate y dar motivos a los inversores para aumentar su confianza en Portugal, cuyo compromiso es reducir su déficit público en dos puntos en 2014, hasta el 4 % del PIB, y garantizar la sostenibilidad de sus cuentas públicas.
Hoy mismo, los inversores exigieron una tasa de interés más alta para comprar 1.500 millones de euros en deuda portuguesa a corto plazo, reflejo de que su percepción de riesgo se mantiene a la espera de que el país dé señales de mejora.
Las tasas registradas en esta última emisión (1,71 % en sus títulos a nueve meses y del 1,16 % en las letras a tres meses) son consideradas todavía como demasiado altas por los expertos, ya que hace justo un año Portugal lograba colocar su deuda a cambio de una penalización similar.
En opinión de los analistas, también permanecen elevados los intereses a los que cotiza su deuda a largo plazo en el mercado secundario, a pesar de haber caído ligeramente en las últimas semanas.
Portugal necesita que la presión de los inversores se relaje para colocar sus obligaciones a tasas sostenibles y recuperar así su autonomía financiera, y confía en que el cumplimiento de su programa de ajustes negociado con la UE y el Fondo Monetario Internacional contribuya a ello.
En este sentido, el ministro de Economía, António Pires de Lima, atribuyó hoy a la "intransigencia" de la troika la decisión de no relajar algunos ajustes como se pretendía, en referencia a la disminución del IVA sobre la restauración.
El proyecto presupuestario del Gobierno fue censurado duramente por el principal grupo de la oposición, el socialista, que advirtió de que algunas medidas pueden violar los principios recogidos en la Constitución.
Una vez aprobados y sancionados -a finales de año-, los Presupuestos serán previsiblemente fiscalizados por el Tribunal Constitucional, que ya ha anulado varias de las medidas de austeridad aprobadas por el Ejecutivo desde 2011.
Oscar Tomasi
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