El informe de los delegados uruguayos asegura que la planta de UPM no contamina
Un informe elaborado por los delegados uruguayos en un comité científico conjunto con Argentina determinó que la planta de celulosa de la finlandesa UPM, ubicada en la frontera común y cuestionada por la nación vecina, no contamina, informó hoy la prensa uruguaya.
Según el estudio, al que accedió el diario El País, "puede afirmarse que en ningún caso las concentraciones de los efluentes de UPM superaron lo permitido por la normativa vigente".
UPM (ex Botnia) es una fábrica de papel situada en Fray Bentos, población limítrofe de la argentina Gualeguaychú, de la que la separa el Río Uruguay.
Del informe se desprende también que no se ha detectado presencia del plaguicida endosulfán, como sostuvo recientemente el ministro de Exteriores argentino, Héctor Timerman, y los niveles de fósforo están por debajo de los máximos autorizados.
"Por tanto, no hay incumplimientos en los efluentes vertidos por UPM (canaleta Parshall)", remarca el estudio, que reconoce sin embargo que "en una ocasión (noviembre de 2011) se dio un incumplimiento en los valores del parámetro pH en la descarga de una pileta (piscina) de pluviales", aunque no ofrece más detalles sobre ese episodio.
Por contra, los investigadores uruguayos señalan incumplimientos en la concentración de nutrientes (amoníaco, fósforo), metales (mercurio, cobre, zinc, cadmio, níquel, selenio, arsénico, hierro) y fenoles en la desembocadura del Río Gualeguaychú, afluente del Río Uruguay.
Estos episodio, causados en teoría por industrias del lado argentino, "se producen con distinta frecuencia" y "algunos parámetros sobrepasan el estándar muy frecuentemente en los 25 muestreos analizados (amoníaco, fósforo, hierro y sustancias fenólicas) y otros en contadas ocasiones", añade el informe.
La instalación de la planta de UPM a mediados de la década pasada generó uno de los peores conflictos diplomáticos en décadas entre Uruguay y Argentina.
Vecinos y ecologistas de Gualeguaychú cortaron el puente internacional que la separa de Fray Bentos, ocasionando millonarias pérdidas para el turismo y el comercio, hasta que en 2010 el Tribunal Internacional de La Haya, al que los países habían recurrido, dictaminó que la planta no contamina.
Gracias a esa sentencia y a que las autoridades interpusieron una denuncia penal contra los manifestantes, la protesta se levantó.
Sin embargo, la semana pasada se reabrió el conflicto a raíz de que Uruguay autorizó a UPM a aumentar su producción de celulosa de 1,1 a 1,2 millones de toneladas -la empresa había pedido 1,3-, lo cual llevó a Argentina a amenazar que con recurrir de nuevo a La Haya.
Después de Uruguay descartara echarse atrás, Timerman pidió el miércoles a Montevideo que "retrotraiga su decisión" y "vuelva a la mesa de diálogo", además de anunciar que esperará dos día para obtener una respuesta antes de acudir a esa corte internacional.
En respuesta, el presidente uruguayo, José Mujica, afirmó el jueves que "el único que da un ultimátum es Dios".
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