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PARAGUAY TRANSPORTE

Chóferes despedidos por crear un sindicato protestan crucificados en Paraguay

Foto del secretario general de la Federación Paraguaya de Trabajadores de Transporte Terrestre (Fepatrat), Juan Villalba Ovando (i), que lleva 10 días sin moverse de su cruz, junto a otros conductores de autobús de una línea de transporte público de Paraguay que permanecen crucificados y en huelga de hambre desde hace casi un mes en Asunción en protesta por haber sido despedidos de la empresa concesionaria por crear un sindicato para reivindicar sus derechos laborales.
Foto del secretario general de la Federación Paraguaya de Trabajadores de Transporte Terrestre (Fepatrat), Juan Villalba Ovando (i), que lleva 10 días sin moverse de su cruz, junto a otros conductores de autobús de una línea de transporte público de Paraguay que permanecen crucificados y en huelga de hambre desde hace casi un mes en Asunción en protesta por haber sido despedidos de la empresa concesionaria por crear un sindicato para reivindicar sus derechos laborales.EFE

Varios conductores de autobús de una línea de transporte público de Paraguay permanecen crucificados y en huelga de hambre desde hace casi un mes en protesta por haber sido despedidos de la empresa concesionaria por crear un sindicato para reivindicar sus derechos laborales.

Las carpas de lona negra situadas frente a la parada del autobús de la línea 30, que une Asunción con la aledaña ciudad de Luque, alojan a ocho hombres y una mujer clavados de las manos en cruces de madera apoyadas en el suelo, y a otros cuatro en huelga de hambre.

Los crucificados decidieron tomar esta medida hace al menos 23 días después de que la empresa Vanguardia S.A., que gestiona la línea 30 del transporte capitalino, despidiera sin explicación a ocho conductores.

Entre los manifestantes, que yacen en el suelo de tierra y roca de la calle polvorienta, se encuentran algunos de los ocho despedidos y compañeros de su misma empresa o sindicato que también se perforaron las manos con clavos a cruces de madera para apoyarles en su reivindicación.

"El error de estos compañeros, fue de organizarse y afiliarse a un sindicato. Ese fue el pecado mayor, por lo visto. Por eso fueron despedidos de forma injustificada. Queremos la reposición de los ocho compañeros", manifestó a Efe el secretario general de la Federación Paraguaya de Trabajadores de Transporte Terrestre (Fepatrat), Juan Villalba Ovando, que lleva ya 10 días sin moverse de su cruz.

Villalba denunció que los despedidos trabajaron en condiciones ilegales durante una década, conduciendo 16 horas por día y cobrando por viaje, en lugar de por nómina mensual, sin estar dados de alta en la seguridad social del país, y sin percibir ninguno de los derechos laborales previstos en la ley.

En julio, hicieron su primera manifestación clavándose frente al Viceministerio de Trabajo en Asunción para reclamar al Gobierno paraguayo que reconozca al Sindicato de Chóferes que habían creado para reivindicar sus derechos correspondientes frente los supuestos abusos de la empresa.

Los trabajadores de la línea 30 llevan ya más de dos meses protestando para que sea reconocido su sindicato, y así poder organizarse.

Tras las reuniones celebradas ayer entre representantes del sindicato, de la empresa y del Viceministerio de Transporte, la compañía accedió a devolver su empleo a cinco de los represaliados, pero los manifestantes se negaron a abandonar su protesta hasta que los ocho despedidos recuperen sus trabajos.

El ambiente en la carpa es denso, se habla en voz baja y los manifestantes rezan cada día, y para ello han montado un altar con imágenes de vírgenes y velas.

A los crucificados, incluida la esposa de Villalba, María Concepción Candia, que se sumó este miércoles, les cuesta hablar y tienen que medicarse continuamente para soportar el dolor de los clavos y poder dormir unas horas cada día.

Los cuatro hombres en huelga de hambre también permanecen postrados en cama desde hace 23 días, el único alimento que reciben es agua.

Unos 60 conductores de autobuses apoyan la huelga, pero el servicio ha continuado sin interrupción, según pudo constatar Efe.

"Es una causa justa, nos merecemos respeto a tantos años de trabajo", declaró a Efe Claudio Ramírez, despedido, según él, por afiliarse al sindicato.

Anoche una funcionaria del Viceministerio, que se identificó como la directora general interina de Trabajo acudió a la carpa para ofrecer una nueva cita para negociar y trasmitió la postura de la empresa de solo recuperar a cinco de los despedidos.

La trabajadora del Viceministerio de Transporte, declinó dar su nombre a Efe, pero declaró que "aquí hay un conflicto jurídico, de orden sindical, hay despidos, hay organizaciones sindicales que se formaron con muchas complejidades y cuestionamientos de la empresa".

"Estamos tratando de acercar a las partes, pero es un poco mas difícil cuando toman medidas extremas como estas porque es más difícil conversar con gente que no se puede levantar para hablar en una mesa", añadió la funcionaria.

Los huelguistas denuncian también agresiones y presiones de los gerentes de la empresa, de hecho, el administrador general y el jefe de Personal fueron detenidos el mes pasado con dos armas de fuego, clavos, y un bate de béisbol, con los que según la Policía aparentemente pensaban provocar un atentado y culpar a los trabajadores.

Santi Carneri

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