El presidente checo pide un cambio sistémico en la UE aunque caigan Estados

El presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, pidió hoy un cambio radical y sistémico del funcionamiento de la Unión Europea, arremetió contra la moneda única y aseguró que se debe dar "marcha atrás" incluso aunque "algunos Estados caigan" en ese proceso de transformación.

El mandatario checo, que volvió a definirse como un "liberal clásico" partidario de la supremacía de las leyes económicas frente a la política, dijo que ese es el mensaje que quiere transmitir con su ensayo "La integración europea sin ilusiones", cuya versión española fue presentada hoy en Madrid.

En un acto organizado por el diario ABC y las empresas Deloitte y OHL, Klaus reconoció que ese libro "refleja mi frustración" con la Unión Europea y sus instituciones, y rebate "las expectativas excesivamente optimistas" de la construcción europea.

"La situación actual es el resultado del sistema económico y social europeo, por un lado, y de los acuerdos institucionales, por otro, y ambos elementos representan un obstáculo fundamental para cualquier desarrollo positivo de la Unión Europea", subrayó el mandatario checo, conocido por sus ideas "euroescépticas"

En su opinión, esta crisis "no se podrá arreglar con medidas superficiales, sólo con un cambio sistémico. El cambio es fundamental".

El presidente checo criticó la "economía sobrerregulada" de la UE, que soporta, además, "una pesada carga" de condicionamientos medioambientales y sociales, y arremetió contra "un estado del bienestar paternalista" para señalar que con todo ello es imposible que la Unión pueda crecer.

Klaus criticó "la centralización artificial e innecesaria" que imponen las instituciones europeas a los países miembros, y afirmó que "el punto culminante" del camino hacia lo erróneo "llegó con la decisión de adoptar la moneda única".

"El fracaso era inevitable y con consecuencias especialmente graves para los países económicamente más débiles. Las ventajas prometidas no se materializaron, las economías europeas se han distanciado, no han convergido, y la eliminación del tipo de cambio ha dado lugar a una ceguera inexcusable de los políticos", afirmó el presidente checo.

Tras señalar que "Grecia no es la causa del problema, sino una víctima del sistema" y acusar a los dirigentes europeos de funcionar con "un razonamiento casi comunista, el de que no existen las leyes económicas, sino una imposición de la política", insistió en que él, como otras personas que crecieron en el sistema comunista, no está en absoluto de acuerdo.

Por ello -agregó- "ha llegado el momento de tomar una decisión fundamental" y en ese contexto se preguntó si "deberíamos volver a la razón económica y no empeñarnos en mantener la moneda única".

Porque, en su opinión, "las consecuencias van a ser de unos costes crecientes para todos y llegarán a ser insoportables".

"Debemos aceptar que estamos en un callejón sin salida, y la única solución en esos casos es dar marcha atrás. Y no necesitamos una cumbre en Bruselas, sino una transformación fundamental, un cambio sistémico en Europa, un proceso en el que tendremos que abandonar algunas cosas, las ideas equivocadas, olvidarnos de los sueños utópicos y dejar que, incluso, algunos Estados caigan" continuó el mandatario.

En el acto, Klaus fue presentado por la expresidenta de la comunidad autónoma de Madrid y dirigente del Partido Popular, Espetanza Aguirre, quien hizo una semblanza altamente elogiosa del autor del libro.

Dijo del presidente checo que es "un liberal de cuerpo entero, nada neoliberal o ultraliberal como los enemigos del liberalismo acostumbran a llamarnos a los liberales", y confesó que se siente identificada con Klaus en muchos aspectos de su obra.

Aguirre subrayó que el ensayo sobre la integración europea "tiene mucho de panfleto en el sentido más noble y clásico del término" ya que es un libro "combativo contra la burocratización de la UE".