La Central Obrera Boliviana termina la huelga de 72 horas con una marcha multitudinaria
Miles de mineros, maestros, trabajadores de hospitales estatales, comerciantes y fabriles, entre otros, marcharon esta tarde por el centro de La Paz portando teas y colapsaron el transporte.
Salvo la marcha de hoy, la huelga de 72 horas tuvo seguimiento parcial en los sindicatos de mineros, maestros, trabajadores en salud y algunas universidades estatales, mientras que otros sectores productivos y de servicios han operado con normalidad.
La COB respaldó con el paro el pedido de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) de que la mina Colquiri, situada a 250 kilómetros al sur de La Paz, sea operada únicamente por el Estado.
El líder de la FSTMB, Miguel Pérez, ratificó a los medios al concluir la marcha que "el pedido único es la reversión del cien por ciento del yacimiento de Colquiri" y criticó que el Gobierno no sea imparcial en el conflicto.
Los dirigentes de la COB creen que el Gobierno no atiende su demanda porque prefiere mantener el respaldo político del grupo rival, la Federación de Cooperativas Mineras (Fencomin), que tiene cien mil socios y es uno de los aliados más fuertes de Morales.
El Ejecutivo expropió Colquiri en junio pasado a la empresa suiza Glencore y decidió ceder la veta más rica de ese yacimiento de estaño y zinc a Fencomin, lo que rechazan la central obrera y los mineros que trabajan para el Estado.
El máximo dirigente de la COB, el minero Juan Carlos Trujillo, anunció hoy que la próxima semana tendrán una nueva reunión nacional para "tomar otro tipo de medidas", incluidas una huelga indefinida y una marcha desde el altiplano hacia La Paz.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, se ha reunido varias veces esta semana con ambos sectores para tratar, hasta ahora sin éxito, de solucionar la disputa.
La última reunión, realizada esta madrugada, acabó en fracaso por un incidente con forcejeos entre dirigentes de ambos grupos rivales.
A causa de esa tensión, el líder de los trabajadores estatales de Colquiri, Severino Estallani, se internó en una clínica con un problema nervioso, por lo que el diálogo no continuó hoy.
Romero lamentó que ambos sectores se mantengan "intransigentes", sin hacer concesiones sobre sus demandas, pese a que el Ejecutivo planteó dividir la veta disputada a mitades iguales.
Uno de los líderes de Fencomin, Miguel Coñaja, declaró a los medios que los dirigentes rivales están retrasando la solución al conflicto por lo que sus compañeros han amenazado con ir hasta Colquiri para "hacer respetar sus fuentes de trabajo".
El lugar está ocupado desde hace tres semanas por los mineros de la FSTMB que impiden a los cooperativistas ingresar a la mina Colquiri y al pueblo del mismo nombre donde viven sus familias mientras no haya una solución definitiva al problema.
La semana pasada un minero murió y nueve personas resultaron heridas cuando los cooperativistas atacaron con cargas de dinamita la sede sindical de la FSTMB en La Paz, y en junio pasado ambos grupos se enfrentaron en la mina con un saldo de 18 heridos.
El Gobierno prohibió esta semana por decreto el uso de los explosivos en las manifestaciones y advirtió que en adelante se sancionará con entre uno y cuatro años de cárcel los casos en que el uso de la dinamita en protestas ponga en peligro las vidas.
Pese a ello, trabajadores de las regiones andinas de Oruro y Potosí, donde se concentra la actividad minera boliviana, han anunciado que no acatarán la disposición alegando que el uso de la dinamita tradicionalmente ha sido parte de la "lucha" sindical.
Las disputas entre cooperativistas y sindicatos estatales por ocupar yacimientos han sido recurrentes en los últimos años y la peor pelea se produjo en 2006, cuando murieron 16 personas en el distrito minero de Huanuni, en la zona andina.
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