China endurece los controles sobre la inmigración ilegal
Así lo informó hoy el periódico "South China Morning Post" en el que se explica además que la norma, ratificada por el Comité Permanente del Legislativoo y que entrará en vigencia en julio del 2013, tiene entre sus otros propósitos detectar a inmigrantes que entraron por vías ilegítimas al país o cuya estadía en China supera al tiempo permitido en sus visados.
Aquellos que de alguna u otra manera incumplen la regulación serán deportados del país y solo podrán regresar después de 10 años desde su expulsión, pena que será administrada por el Ministerio de Seguridad Pública de China.
La nueva ley reemplazará así a dos legislaciones que regulan la emigración e inmigración de los extranjeros y ciudadanos chinos y prohíbe a cualquier organización o individuo contratar extranjeros sin visado de trabajo o un certificado de residencia emitido a los foráneos que trabajan en China.
Además reduce la duración mínima de los certificados de residencia de los extranjeros con visado de trabajo a 90 días (la mitad de su tiempo actual) y obliga a los empleadores de los foráneos y estudiantes extranjeros a presentar información relevante a las instituciones de seguridad pública.
Por otro lado, estas mismas instituciones han sido autorizadas a restringir a los foráneos de vivir o trabajar en ciertas áreas del país cuando sea necesario por razones de seguridad.
"Las autoridades chinas han tomado medidas similares en los últimos años, sin el apoyo de una regulación relevante (...) esta legislación dicta reglas que tanto los extranjeros como los agentes de la ley tienen que acatar", comentó un experto en leyes chinas, citado por la fuente.
En los últimos años, los controles sobre la población extranjera en China se han incrementando.
En mayo pasado, el Gobierno chino emprendió una campaña de 100 días contra los foráneos que carecían de los debidos permisos de residencia, o que cometieron algún delito.
Según estadísticas oficiales chinas, en 2012 más de 20.000 extranjeros fueron investigados por entrar ilegalmente al país con el objetivo de instalarse para vivir o trabajar, cifra que dobló a la reportada en 1995.
El número de extranjeros que residen legalmente en el país se sitúa en torno a 300.000 (la población china supera los 1.300 millones de habitantes), de acuerdo con la misma fuente.
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