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La reestructuración financiera

Deutsche Bank se suma a las críticas al plan de recapitalización de la banca de Bruselas

Ackermann advierte de que el problema más acuciante no es el nivel de capital, sino los riesgos de invertir en deuda soberana

El consejero delegado del Deutsche Bank, Josef Ackermann, tampoco ve con buenos ojos los planes de Bruselas de endurecer los requisitos a la banca ya que pone en duda que forzar a las entidades a elevar sus niveles de capital no servirá para atajar la crisis en la deuda soberana de la eurozona, que es el origen de las dudas que atenazan al sector financiero y han reavivado los problemas de financiación del sector.

"La inyección de capital no solucionará el problema actual", ha dicho Ackermann en una conferencia en Berlín recogida por Bloomberg en la que ha defendido que el nivel de capital de la banca no es tan problemático como el hecho de que la deuda soberana haya perdido su estatus de activos libres de riesgo, tal y como ha puesto de relieve la crisis de Grecia.

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Los planes que anunció ayer el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durão Barroso, no han gustado en Alemania, ni tampoco en Francia o España, donde el Gobierno está buscando apoyos dentro de la UE para evitar esta nueva "vuelta de tuerca" al sector. Con vistas a disipar las dudas que se ciernen sobre el sector, Bruselas aboga por elevar los mínimos de capital exigidos a las entidades, lo que obligará a un gran número de ellas a captar el dinero de inversores privados, primero, o acudir a los fondos estatales.

Además, Ackermann, que en septiembre ya avisó de que las condiciones en los mercados le recordaban al ambiente previo al colapso del gigante estadounidense Lehman Brothers en el mismo mes de 2008, ha recordado que la banca alemana ya ha aumentado sus niveles de capital y ha logrado reducir su dependencia de la financiación a corto plazo. Por este motivo, ha defendido que el debate sobre la recapitalización es contraproducente.

"En una mano, (este debate) señala que una quita de la deuda es considerada como muy probable. En la otra, en la medida en que los inversores privados no darán los fondos necesarios para esta recapitalización, los Gobierno deberán en última instancia dar el dinero, que lo único que conseguirá es exacerbar aún más la situación de la deuda", ha explicado Ackermann, quien como presidente del Instituto Internacional de Finanzas (una especie de patronal internacional de la banca) trabajó para convencer al sector de la necesidad de aceptar una quita en la deuda griega.

Josef Ackermann,  presidente del Deutsche Bank.
Josef Ackermann, presidente del Deutsche Bank.AP

París adelanta que la quita de Grecia será superior al 21% y el BCE insiste en criticarla

El Gobierno francés ha advertido hoy de que los bancos deben estar preparados para asumir una quita mayor de lo previsto en la deuda de Grecia, según ha afirmado hoy el ministro francés de Economía, François Baroin. "Probablemente sea superior al 21% (pactado en la cumbre de la UE de julio). Estamos estudiando el nivel para que sea aceptable y sostenible", ha adelantado el ministro.

Sin embargo, en contra de los planes de Bruselas, el Banco Central Europeo ha vuelto a insistir hoy en que obligar a los inversores a aceptar pérdidas en la deuda soberana de la zona euro podría dañar la reputación de la divisa común y a los bancos europeos, además de alentar la volatilidad en los mercados de cambios.

"La participación del sector privado (obligándole a aceptar descuentos) podría dañar la reputación de la moneda única internacionalmente, lo que con toda posibilidad añadiría más volatilidad en los mercados de divisas", afirma el BCE en su informe mensual de forma genérica, ya que no hace ninguna referencia específica al debate actual sobre el aumento del plan acordado en julio de una quita del 21%.

"En particular, los inversores internacionales públicos y privados pueden volverse más cautos a la hora de invertir una parte importante de su patrimonio en activos en una moneda que no cumple plenamente sus obligaciones", añade el instituto emisor, que siempre se ha mostrado muy crítico con los planes de algunos países miembros (esencialmente Alemania) de que la banca pase también por caja para financiar la ayuda al país mediterráneo.

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