Una comisaria europea advierte a Grecia de que acabará volviendo al dracma
La responsable de pesca, la griega Damanaki, insta a Atenas a tomar "duras medidas" y pactar con los acreedores para evitar volver al dracma
La comisaria europea de Pesca, la griega Maria Damanaki, ha recomendado hoy al Gobierno griego que tome "medidas duras" y negocie con sus acreedores para salir del bache o tendrá que volver al dracma, su moneda nacional antes de la incorporación de Grecia al euro, para sobrevivir. Grecia afronta días decisivos para aclarar su futuro. Mientras en Atenas el Gobierno está dando el resto para convencer al resto de partidos de que apoyen las nuevas medidas de ajuste, algo en lo que no está obteniendo grandes éxitos, en el exterior aumentan las divergencias entre las diferentes autoridades europeas sobre cuál es el camino a seguir por la República helénica a partir de ahora.
En resumen, las opciones se reducen a empezar a trabajar en reestructurar ya su deuda, posición defendida por algún que otro país de la UE como Austria, o esperar a que amaine la tormenta y confiar en que el programa de austeridad combinado con el rescate del FMI y la UE tenga éxito. Esta segunda postura está encontrando a su mayor valedor en el Banco Central Europeo.
El Gobierno rechaza elecciones anticipadas o un referéndum para pactar los nuevos ajustes
Hoy, el miembro del Consejo Ejecutivo del BCE, Lorenzo Bini Smaghi, ha vuelto a insistir en que una reestructuración sería "un desastre". Sus principales argumentos son que agravaría la situación de los bancos del país, que tienen unos 60.000 millones de deuda en sus carteras -según Moodys's- y reduciría la capacidad de gasto de las familias al recortar sus ahorros, ya que los principales fondos de pensiones del país también han invertido en los bonos de Grecia. Las consecuencias de ello serían menos consumo y más necesidad de inyectar capital -presumiblemente público- en la banca, lo que reduciría los ingresos del Estado y le impediría alcanzar sus objetivos de recorte del déficit, además de hundir al país en una larga época de crecimiento débil.
Sin embargo, a Grecia el tiempo se le acaba, ya que si no aprueba los recortes adicionales no recibirá en junio el tramo pendiente de 12.000 millones del crédito de ayuda. Y si no hay fondos, el ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantinu, ya ha advertido de que deberán "cerrar la tienda". Esto es, ir a la quiebra. Además, tal y como ha quedado demostrado con las palabras de la dirigente europea, el Ejecutivo tampoco es libre de oír alguna que otra excentricidad.
"Estoy obligada a hablar abiertamente", ha dicho hoy la política europea, elegida por el partido socialista griego para el cargo, a la agencia semioficial Athens News Agency. "O acordamos un programa de duros sacrificios con nuestros prestamistas... o volvemos al dracma", ha añadido antes de recordar que la integración de Grecia al euro ha sido el mayor logro del país desde la posguerra.
El primer ministro, Yorgos Papandreu, ha admitido que "la situación es difícil y para alcanzar las metas económicas es necesario un entendimiento entre las fuerzas políticas". Pese a que en sus entrevistas ayer con los líderes del resto de partidos encontró las puertas cerradas, el jefe del Gobierno griego se ha mostrado confiado en que aun "hay terreno común para propuestas constructivas". "Si no implementamos esas medidas, la amenaza de la quiebra volverá a caer sobre el país", ha advertido.
Según ha recordado el líder socialista, si no se encuentran pronto soluciones para reducir el déficit, que cerró en el 10,5 % del PIB en 2010, y la deuda, que alcanza ya el 153 % del mismo, Grecia quedará "afuera de los acontecimientos europeos". No obstante, ha rechazado la posibilidad lanzada ayer por el presidente de la Cámara de Industriales de Grecia (SEV), Dimitris Daskalópulos, quien propuso un referendo para que la población opte entre las medidas de austeridad o "salir de la Unión Europea (UE) y quedarnos sin sus millones de ayudas".
Asimismo, en medio de una nueva ola de protestas, el FMI, la UE, y el BCE han empezado a evaluar las medidas de ahorro y privatizaciones adoptadas esta semana de forma urgente para continuar recibiendo la ayuda externa. La labor de los expertos es analizar en detalle este paquete de impopulares y draconianas medidas inmediatas anunciadas el lunes por el Gobierno griego, que prevé recortes de salarios y pensiones, así como el aumento de impuestos en productos de consumo, petróleo y coches en los próximos seis meses, para recaudar unos 6.400 millones de euros.
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