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Llegada a China y comienzo del World Economic Forum

China huele a nuevo. Parece que todo estuviese recién terminado. De ayer mismo. El aeropuerto es grande como una ciudad, con una sala de recogida de equipaje que parece un bosque de columnas. Todo está limpio, aséptico, moderno. Has llegado a un gran aeropuerto internacional. Lo único que te recuerda que estás en la vieja China es el hilo musical, un tonillo chino que te recuerda al arroz tres delicias. Al pasar inmigración cada puesto tiene un pequeño teclado con dos botones, son para indicar si estás satisfecho con quién ha revisado tu pasaporte. Eres tú quién evalúa al personal de inmigración y no al contrario. Todos te atienden con una enorme sonrisa. La bienvenida más cálida que se pueda recibir a un país.

jesusencinar.com

Recordaba la imagen de miles de personas en bicicleta de años atrás. Nada más lejos de la China de hoy. Cuesta ver alguien en bicicleta, los pocos que ves parecen darse un paseo recreativo.

Los edificios son enormes con una arquitectura espectacular. A ratos parece que estás en Chicago o Berlín. Coches estupendos por todas partes, gente comprando en grandes almacenes, calles limpias y ordenadas. Nada hace pensar que esté en un país menos desarrollado que España, ¿acaso lo estoy? Me cuesta llamar a China un "país en desarrollo".

Un tren de alta velocidad de última generación conecta en apenas en 45 minutos Pekín, en el interior, con Tianjin, en la costa. Tianjin es una ciudad con más de 10 millones de habitantes, la tercera ciudad del país tras Pekín y Shangai. Más grande que Barcelona y Madrid juntas. Me avergüenza decir que nunca antes había oído hablar de Tianjin antes de aceptar la invitación al World Economic Forum. Van a ser unos días interesantes.

Hoy ha empezado la reunión del foro de los Young Global Leaders, previa al World Economic Forum que empieza en dos días. Creo que a este encuentro hemos venido unos trescientos, la mitad del grupo. Gente de todas partes y con todo tipo de backgrounds. Estamos en el hotel Best Western de Tianjin, un hotel cómodo por el centro. Supongo que los mejores hoteles de la ciudad estarán totalmente abarrotados con las delegaciones de países y empresas privadas. La entrada a nuestro hotel está protegida con arcos de seguridad. Chequean a todo el que entra o sale. Se nota que la seguridad es una prioridad en cualquier movimiento. Al mover los autobuses por la ciudad la policía va delante y detrás, cortando el tráfico para salir del hotel. No me imaginaba semejante trasiego ni que fuéramos capaces de movilizar de esta manera.

Hoy tocaba una "toma de contacto" con la ciudad. Nos han subido a un autobús para ir a conocer un colegio de bachillerato y hablar en grupos pequeños con los chavales. Son todos hijos únicos, fruto de la política de un-sólo-hijo del gobierno, increíblemente correctos y educaditos, con ganas de practicar inglés y hablar. Antes de ir nos han pedido que sólo preguntásemos a los chavales "sobre el futuro". Parece que nadie quiere hablar de Mao y la Revolución Cultural. Nos han recibido en la sala del colegio tocando tambores, después hemos tenido la oportunidad de sentarnos una hora, en grupos pequeños, para charlar con ellos. Nos preguntaban y nosotros les preguntábamos sobre la vida, lo que quieren ser de mayores, las Olimpiadas, sus entretenimientos y sus aspiraciones. Tienen clases todos los días de 7:30 de la mañana a 21:00 de la noche. Nos han dejado boquiabiertos. Entre risas nos han comentado sus problemas para ligar y su uso de Internet. Como en todas partes utilizan Internet constantemente y todos tienen móvil. Estoy con Jimmy Wales, el fundador de Wikipedia. No salía muy contento, ningún chaval conocía Wikipedia.

De allí nos hemos ido a una incubadora de negocios de tecnología. A la entrada estaba, sin ninguna ceremonia, el príncipe Haakon de Noruega firmando una especie de libro rojo de visitas enorme y ceremonial. Pensé que era algo "para autoridades" y estaba ya pasando de largo pero se ha vuelto hacia mí con un "hey, han dicho que tenemos que firmar todos no te escapes". Yo encantado, claro, firmo dónde me digan. Haakon me ha pasado el rotulador y he estampado mi nombre plebeyo.

Uno de los emprendedores chinos con los que he hablado me comenta con toda tranquilidad el ambiente hiper-competitivo del país: "Aquí todo el mundo copia a todo el mundo. Tienes una idea y a la mañana siguiente está en todas partes. Tienes que ser muy rápido. Hay millones de personas dispuestas a dejarse la piel imitando tu idea. Pero si sobrevives en China, triunfas en el mundo".

Para cenar nos han llevado en los mismos autobuses al museo de arte moderno de Tianjin. Una cena de buffet con platos chinos y otros menos chinos. Hemos caído en la mesa a cenar con Alejandro Ferrer, el anterior Ministro de Comercio de Panamá. Un tipo encantador de 40 años, se lamentaba del enorme estrés familiar y sacrificio que supone la vida política pero parecía feliz de lo que había podido conseguir. Una de esas curiosidades de la vida. Tengo sólo un amigo panameño y resulta que se conocía y son íntimos.

Encuentro con los estudiantes de una escuela en la localidad china de Tianjin.
Encuentro con los estudiantes de una escuela en la localidad china de Tianjin.
Aeropuerto de Pekín.
Aeropuerto de Pekín.
Reunión del foro de los Young Global Leaders.
Reunión del foro de los Young Global Leaders.

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