Izquierda Unida estalla en Córdoba a dos meses de las elecciones

"Al final, creo que todos vamos a perder con lo que se ha hecho". Así de lacónico comenzaba ayer su comparecencia de despedida el coordinador general de Izquierda Unida en Córdoba, Francisco Martínez. Despedida porque, como ya había anunciado, dimitiría si finalmente, Dulce Rodríguez no se convertía en la cabeza de lista de la candidatura cordobesa de su coalición para las próximas elecciones autonómicas en Andalucía. Y así ha ocurrido. Tras una serie de impugnaciones a los resultados, promovidas por la dirección regional, la otra candidata, Alba Doblas, respaldada por los dirigentes del Partido Comunista de Andalucía (PCA), se ha impuesto. Martínez ha tachado el proceso de elección como un "pucherazo" y un ejemplo de "las carencias democráticas que existen en nuestra organización". Su dimisión, que se ejecutará en el próximo comité provincial, certifica la fractura del partido entre miembros de la dirección cordobesa y la andaluza, a menos de dos meses de las elecciones autonómicas.

Francisco Martínez dice que algunos dirigente no quieren la democracia

"Dulce Rodríguez es la que más avales y apoyos ha encontrado entre las bases del partido. Ella fue la persona propuesta por más asambleas. Y también fue quien más avales ha obtenido, tanto en número de asambleas como de votos", señaló el coordinador general dimisionario. "Nosotros sabíamos que Dulce era la persona más conocida y querida, no solo en Córdoba. Es un referente en los movimientos sociales, en la lucha por la igualdad y contra la violencia machista", alabó Martínez. Y aunque dijo no tener nada en contra de Alba Doblas, consideró "lamentable que se apueste por alguien que no la conoce nadie". "El 90% de la organización política no sabe quién es. Y se la conoce mucho menos en la sociedad". En opinión de Martínez, ciertos dirigentes del PCA y de IU ya tenían claro que "Dulce Rodríguez no podía ser la candidata. No es una decisión aritmética, es una decisión política".

La brecha entre la dirección cordobesa y su homóloga andaluza tiene nombres y apellidos. A la insinuación de que la designación de Doblas había contado con el apoyo del coordinador general de IU en Andalucía, Diego Valderas, y el secretario del Partido Comunista de España (PCE), el cordobés José Luis Centella, ayer fue constante la referencia a otro cordobés, José Manuel Mariscal, secretario general del PCA. Él fue el anterior cabeza de lista de IU por Córdoba en el Parlamento de Andalucía. Mariscal se retiró por sorpresa de la carrera por volver a ser número uno por la provincia cuando vio, según Martínez, "que de 43 asambleas, 27 no dieron su nombre".

"Ya sabíamos que existía un acuerdo entre parte de la dirección del Partido Comunista de Andalucía y coordinadores de IU en la provincia para garantizar que, pasara lo que pasara, Alba Doblas fuese la candidata", explicó Martínez. El coordinador saliente acusó a Mariscal de actuar "como si de una dinastía se tratase. Dejó su herencia a la persona que él entiende que es más roja, más comunista o más lo que sea. Sin mirar los verdaderos apoyos que pueda tener esa persona en la sociedad". Mariscal respondió ayer con sorpresa y extrañeza a estas críticas. "Todavía no hay nada en firme acerca de la candidatura. Por respeto a los procedimientos democráticos que nos rigen a todos no hablaré todavía", concluyó.

Las acusaciones desde Córdoba fueron de grueso calibre. "No entiendo cómo hay algunos dirigentes de este partido que lo ven parte de su propio cortijo, de su parcela (...) No estoy dispuesto a perder mi dignidad. Por eso dimito y convoco un consejo provincial que se celebrará muy pronto. Seguiré trabajando, si la gente quiere, en los órganos de dirección y como concejal y diputado en el Ayuntamiento y la Diputación de Córdoba. Voy a seguir militando, trabajando y también luchando contra esos dirigentes que no quieren que esa democracia real que se reivindica para la sociedad se aplique en nuestra organización", advirtió Martínez.

Por su parte, Dulce Rodríguez felicitó a Alba Doblas, pero subrayó que se considera a sí misma como la ganadora del proceso, al ser la persona "más adecuada".