El Gobierno no logra el apoyo del PNV a los recortes y CiU sigue negociando
Los nacionalistas vascos deciden oponerse al no ver satisfechas sus peticiones
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y de Administraciones Públicas, subirá hoy a la tribuna del Congreso para defender el primer decreto del Gobierno de Mariano Rajoy con la seguridad de que su holgada mayoría absoluta permitirá su convalidación sin apuro alguno. Sin embargo, en los últimos días el grupo parlamentario y el Ejecutivo se han esforzado por intentar lograr también el respaldo de otros partidos, para no estar solos en la votación de recortes drásticos y subidas de impuestos, para compartir costes políticos y dar la impresión de consenso ante medidas tan impopulares.
El PSOE ya ha anticipado su rechazo al decreto y votará hoy en contra; el resto de la izquierda está radicalmente en contra de todas las medidas y hoy expresará su radical oposición, y el grupo de UPyD votará en contra, descartando el voto a favor porque no comparte las medidas.
El Ejecutivo dialoga con la Generalitat para que CiU, al menos, se abstenga
El PSOE emplazará a Rajoy a comparecer en el pleno del Congreso
Por eso, el objetivo era lograr los votos o, al menos, la abstención de los partidos nacionalistas. El portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, y Montoro han mantenido contactos en los últimos días con PNV y CiU para lograr su voto favorable o, en el peor de los casos, su abstención.
Sin embargo, la ejecutiva del PNV decidió ayer oponerse hoy a la convalidación del decreto que incluye la subida del IRPF y el IBI y la congelación del sueldo de los funcionarios, entre otras medidas. Los nacionalistas vascos están en contra de las medidas y, además, en las negociaciones con el PP y el Gobierno no han visto satisfechas sus peticiones.
En cuanto a CiU, fuentes de esta formación aseguraban ayer que mantendrían la negociación hasta el último momento.
Como ya ocurrió en la pasada legislatura en varias ocasiones, es probable que el portavoz de economía de CiU, Josep Sánchez Llibre, suba hoy a la tribuna del Congreso sin saber si en su discurso tiene que defender el sí, el no o la abstención. Hasta el último momento no se sabrá, con la diferencia de que ahora su voto ya no es decisivo.
La negociación se ha desarrollado en los últimos días entre el Gobierno central y el de la Generalitat. Fuentes de CiU aseguraron que, al menos hasta ayer, no había habido ninguna conversación entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el catalán, Artur Mas. La Generalitat ha vuelto a poner sobre la mesa reivindicaciones que tienen que ver con el pago del fondo de competitividad que reclaman desde hace tiempo al Gobierno central. Estas peticiones ya fueron expuestas por Josep Antoni Duran, portavoz de CiU, a Rajoy en el debate de investidura.
El PP da por hecho que al voto de los diputados de su propio grupo podrá sumar los de Coalición Canaria y el de UPN, que ya apoyaron la investidura del presidente del Gobierno.
Por parte del PP intervendrá en el debate Elvira Rodríguez, que no lo hacía desde que fue ministra de Medio Ambiente en la segunda legislatura de José María Aznar.
Fuentes del PSOE aseguran que su portavoz, José Antonio Alonso, hará una intervención muy dura en contra de las medidas del Gobierno, poniendo de manifiesto que se trata del mayor recorte de la historia de la democracia y que la subida de impuestos supone un incumplimiento del programa electoral del PP y de los compromisos de Rajoy en su discurso de investidura.
Alonso, portavoz ocasional y provisional del PSOE hasta que se celebre el congreso de febrero, emplazará a Rajoy a dar explicaciones en la Cámara de sus decisiones y cambios de criterio.
Obviamente, está descartada la intervención del presidente del Gobierno en el pleno, tal y como explicó el pasado viernes la vicepresidenta y portavoz, Soraya Saénz de Santamaría. Se le verá, pero no se le oirá.
Hasta el mes de febrero habrá que esperar para escuchar a Rajoy intervenir en el pleno por primera vez como presidente y será con la excusa de una cumbre europea, porque desde hace años se instituyó la costumbre de este tipo de comparecencias, no porque haya una voluntad expresa de ir al Parlamento.
