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La debilidad económica impulsa a las empresas a reducir dividendos

Los expertos creen que la remuneración al accionista se resentirá en 2012

David Fernández

La Bolsa acumula dos años de caídas y el dividendo se ha convertido en una especie de chaleco salvavidas con el que los inversores pueden sobrellevar mejor la tormenta en los mercados. El problema es que a ese chaleco empiezan a salirle agujeros. En las últimas semanas varias de las principales empresas del país (Telefónica, FCC o Endesa) han revisado a la baja su política de retribución. Otras (ACS, por ejemplo) ya han avisado que estudiarán en el futuro "fórmulas flexibles" de pago, es decir, que podrían sumarse a la moda de otras compañías de ofrecer al accionista cobrar bien en acciones, bien en metálico.

Los analistas ven lógica esta contención de los pagos y creen que es una tendencia que se extenderá a más compañías en los próximos meses. "Es una medida adecuada. Con el rendimiento actual de bono a 10 años no tiene sentido pagar rentabilidades por dividendo superiores al 6%", sostiene Víctor Peiro, responsable de análisis de Bankia Bolsa. "Tras varios ejercicios de ajuste, las empresas deberán retomar las inversiones para que su crecimiento no se vea penalizado y necesitarán recursos", añade Peiro.

La rebaja perjudica a muchas cotizadas, que a su vez son accionistas de otras
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La crisis ha calado en las cuentas empresariales. De enero a septiembre de este año las ganancias conjuntas de las compañías del Ibex 35 cayeron un 20,3%. Las previsiones actuales de los expertos para 2012 auguran un ligero repunte de las ganancias, en torno al 6%, aunque esta cifra podría ser incluso inferior teniendo en cuenta las perspectivas de recesión económica que asoman en la zona euro. El consenso de mercado estima ahora mismo que los grupos del índice selectivo repartirán 25.966 millones de euros entre sus accionistas con cargo al ejercicio 2011 y 25.033 millones en 2012, según datos de la consultora Factset.

"Las cotizadas vienen ajustando su dividendo desde 2008, adaptándolo al deterioro macroeconómico y a su capacidad para generar flujos de caja", explica Alberto Roldán, jefe de análisis de Inverseguros. "La decisión de ser prudente con la remuneración me parece lógica. Para mantener el dividendo o mejorarlo se necesitan beneficios estables y si estos se resienten...", dice Marta Campello, gestora de Abante. En opinión de Campello aquellas compañías con un pay-out (porcentaje del beneficio que se destina al dividendo) superior al 70% y los grupos cuyo negocio se concentre principalmente en España son las que más papeletas tienen para anunciar recortes en su remuneración.

Compañías cotizadas como Banco Santander, Caixabank, Bankinter o Iberdrola han puesto en marcha en los últimos años un sistema de pago alternativo denominado script dividend al que podrían sumarse nuevas compañías en el futuro si los ingresos siguen sufriendo. Esta modalidad es una ampliación de capital liberada en la que el accionista puede vender sus derechos preferentes al mercado recibiendo una cantidad parecida al dividendo o pueden suscribir la ampliación y recibir acciones o, por último, puede vender los derechos a la compañía recibiendo el dividendo en metálico (con peaje fiscal). Esta fórmula ofrece diferentes opciones al accionista y si este (como es lo más habitual) decide cobrar en acciones (difiere el pago a Hacienda y puede beneficiarse de una potencial apreciación de los títulos) la compañía fortalece su balance.

Otras opciones que podrían abrirse paso para compensar la caída del pago en metálico son las ampliaciones de capital liberadas, la recompra de títulos a través de la autocartera para su posterior amortización o la devolución de primas de emisión

Los dos sectores que han sido la avanzadilla en el tema del script dividend, bancos y eléctricas, son aquellos donde residen las mayores incógnitas sobre la evolución de la remuneración en el futuro. Los bancos se enfrentan a nuevas normas internacionales con unos requisitos de capital más exigentes (a lo que hay que añadir las restricciones a las entidades que han recibido fondos públicos). Por su parte, las eléctricas dependen en buena medida de lo que puede pasar con el famoso déficit de tarifa, la parte del coste de la energía que no se cubre con la factura que abona el usuario y que acumula, con datos de agosto, 22.392 millones de euros acumulados, según datos de la Comisión Nacional de la Energía.

El nuevo presidente del Gobierno ha contribuido a agitar el debate acerca de la sostenibilidad de los dividendos. Mariano Rajoy, en su discurso de investidura en el Congreso, hizo la siguiente propuesta: "Modificaremos la fiscalidad de los beneficios no distribuidos, de manera que aquellos dedicados a la adquisición de nuevos activos, tributen diez puntos menos que los destinados a ser distribuidos a los accionistas". A la espera de cómo se desarrolle normativamente esta idea, lo cierto es que este gancho fiscal puede ser un incentivo más para que las empresas reduzcan su retribución al accionista.

Un factor que puede dulcificar cualquier intento de rebaja en la remuneración por parte del consejo de administración de una compañía es el particular esquema de participaciones accionariales de la Bolsa española, donde muchas cotizadas son accionistas de otras cotizadas y dependen como agua de mayo del dividendo de estas para rentabilizar su inversión o cuadrar sus resultados. Ahí están los casos de Sacyr como accionista de Repsol o ACS de Iberdrola. El recorte del dividendo en Telefónica, por ejemplo, provocará que sus máximos accionistas, BBVA y La Caixa, dejen de recibir en 2012 71 millones y 57 millones, respectivamente, sobre lo inicialmente previsto.

Telefónica comunicó el pasado 14 de diciembre una modificación a la baja en la política de retribución al accionista que había prometido al mercado en 2009. La compañía justificó el giro de timón en que las condiciones económicas "han cambiado significativamente". La medida afecta a cerca de un millón y medio de accionistas y supone un recorte sustancial del dividendo, especialmente en 2012 y 2013.

Los empresas donde los analistas prevén mayores aumentos en los dividendos son Enagás, Red Eléctrica, Repsol, Amadeus, OHL e Inditex. El el caso de la cadena textil, que acumula una posición de caja superior a los 3.000 millones de euros, el consenso del mercado estima que distribuirá un dividendo de 2,09 euros por título el próximo ejercicio, lo que supondría unos ingresos brutos de 772 millones para su fundador y máximo accionista, Amancio Ortega.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.
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