La realidad de Manzano

Aunque tiene las horas contadas y todo el mundo lo sabe, él el primero, Gregorio Manzano continuó negando ayer la realidad. Por tercera vez en 10 días el todavía entrenador del Atlético mantuvo en público su propósito de continuar "hasta el 30 de junio". Salvo alguna salida de tono fuera de lo habitual, el técnico no varió su discurso aunque el cuerpo le pedía lo contrario. Horas antes de dirigir la sesión vespertina del plantel en el Calderón, Manzano amenazaba con provocar un incendio. No fue el caso. "Me siento más fuerte que nunca. No me van a impresionar los rumores", volvió a mostrarse conciliador, empleando las mismas palabras que antes de caer con el Betis.

"Me hice cargo de un proyecto que me presentaron y en cualquier empresa los proyectos tienen socavones, problemas e inconvenientes... Hay un partido importante para alcanzar los octavos de final de Copa y lo demás no me altera", insistió el técnico, cuyo despido se anunciará mañana. El sucesor que cuenta con más posibilidades es El Cholo Simeone. La otra opción que manejan los responsables de la parcela deportiva rojiblanca es la de Luiz Felipe Scolari, actualmente en el Palmeiras y cuyos emolumentos son más elevados. "Proporcionalmente saldría más barato que Manzano", argumenta un alto cargo del Calderón.

Disgustado porque nadie del club le haya defendido tras los fiascos de Getafe, Albacete -en la ida de los dieciseisavs de Copa el Atlético cayó 2-1- y Cornellà -los tres motivos suficientes para su cese, según los gerifaltes de la entidad, que no encuentran explicación a la trayectoria irregular del equipo, sobre todo en la Liga-, Manzano se permitió una crítica en forma de reflexión: "¿Es ético que la prensa sepa antes el despido que el profesional?" "En octubre ya había dudas hacia mi trabajo y en ese momento no salió nadie del club a apoyar públicamente el proyecto. Lo único que he hecho es aislarme con mis jugadores porque creo ciegamente en ellos, en mí y en mi cuerpo técnico, y por eso no he tirado la toalla", aseguró.

Con Manzano camino del despido, la otra certeza que dejó la jornada es que Milinko Pantic está totalmente descartado para el cargo. La directiva entiende que está en un periodo de aprendizaje y que le faltan tres años para ser un técnico completo. La falta de experiencia del serbio, que contaría con el respaldo de la grada y entrena al filial, no impidió que los responsables del Atlético pensaran en él como sustituto de Abel Resino hace dos cursos y de Quique Flores en la pasada. Las dos ocasiones Pantic se vio prácticamente en el banquillo, pero no fue así.

No es el caso de Manzano, sospechoso para la plantilla desde que renunció a su segundo de toda la vida y sentenciado por la directiva por los malos resultados. "Para que este club aumente y crezca es momento de buscar soluciones y no culpables. Ese es mi único fin y mi único mensaje", se despidió el técnico.