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Los piratas informáticos, al asalto de los videojuegos

La PlayStation Network de Sony sufrió el pasado mes de mayo un asalto que permitió airear datos personales de 77 millones de usuarios de todo el mundo, entre ellos los nombres, correos electrónicos y, más importante, sus números de tarjetas de crédito. La multinacional tardó dos semanas en detectar el origen del asalto y en restablecer la plataforma de juegos a través de la red. Todos los usuarios tuvieron que introducir nuevas contraseñas.

Salvando las distancias, la descarga de videojuegos a través de la Red de Internet en el ordenador personal se ha convertido en una nueva vía de asalto para los piratas informáticos.

La empresa valenciana S2 Grupo, especializada en la seguridad en el movimiento de datos a través de redes corporativas, difundió ayer un extenso informe que alerta sobre las puertas que abren las descargas de cracks en los ordenadores personales. Los cracks son los programas que permiten sortear las restricciones de acceso que establecen los fabricantes de videojuegos para evitar el acceso a productos de otros proveedores a través de la Red.

Virus y troyanos

"El 79% de los cracks son sospechosos de contener virus", afirma el informe de S2 a partir del análisis de 2.000 programas utilizados para ejecutar copias ilegales, "y un 3% contenían virus y troyanos". Los ordenadores personales son la puerta de entrada más accesible para los piratas informáticos, pero los técnicos de la empresa de seguridad han detectado todo tipo de programas maliciosos (virus, troyanos, gusanos, etcétera) en terminales, como smartphones, consolas, incluso en aparatos inalámbricos.

Varios juegos en red manejan dinero virtual, pero se han detectado usos maliciosos que captan masivamente los fondos virtuales para venderlos a cambio de dinero real a jugadores adictos.

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Otro orden de problemas se han detectado en partidas de póker virtual, donde se apuesta con dinero real, en las que se han detectado tramposos capaces de conocer las cartas de todos los jugadores que comparten una mesa.

Los técnicos en seguridad invitan a desconfiar de cualquier mensaje sospechoso; a no ceder nunca los datos de usuario y la contraseña; y, sobre todo, a evitar detalles sobre la tarjeta de crédito. Y alertan: "Todos los usuarios son posibles víctimas de ataques".

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