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Reportaje:Talentos

Rabia adolescente para la 'generación Facebook'

El fenómeno literario de Joe Dunthorne llega a España

Joe Dunthorne se siente más que halagado por las comparaciones con J. D. Salinger que le ha merecido el retrato de las ansiedades de un adolescente en su novela debut, Submarino. El autor de El guardián entre el centeno encarna para él "todo un héroe, pero es importante mantenerlo como tal y no sentirme cómodo", subraya este escritor galés (Swansea, 1982), considerado por la crítica como una de las voces jóvenes más potentes del panorama literario británico.

Dunthorne se revela como un hombre de carácter afable y tímido durante la entrevista, en el insólito escenario de un antiguo vagón del metro de Londres, que corona la azotea de un edificio del barrio de Shoreditch. Aquí tiene su oficina, compartida con un grupo de teatro, en uno de los bastiones más creativos de la ciudad. Su despegue en el mundo de las letras ha sido rápido, desde que encadenara un máster en Escritura Creativa en la Universidad de East Anglia con la publicación de su primer libro, dotado de solidez y francamente divertido. "Me gustaría escribir sin pensar en mis lectores, pero una vez has conseguido editor no puedes apagar la luz", resume sobre la experiencia del éxito, que ha incluido la traslación al cine de su novela, con banda sonora de uno de los Artic Monkeys, Alex Turner.

Recién publicado en España (Suma de Letras), Submarino es el relato irreverente, entre lo cómico y lo dramático, de un adolescente del sur de Gales que se ha propuesto el doble objetivo de salvar el matrimonio de sus padres y perder la virginidad antes de cumplir los 16 años. El título de la novela alude a la personalidad introvertida de Oliver Tate, que desgrana en primera persona su iniciación en el mundo de los adultos, en el sexo, el amor y sus decepciones...

Dunthorne ha regresado al escenario natal galés con su segunda obra de ficción, Wild Abandon (Desenfreno), para encarar la historia de una familia que vive aislada en una comuna, en esta ocasión con el desafío de la narración en tercera persona. Le fascinan los escritores a los que no puede "diseccionar". "Se pueden hacer falsas imitaciones de Don DeLillo, pero nunca equipararse a su trabajo", dice al citar a este y otros autores estadounidenses (Cormac McCarthy, David Foster Wallace...) como referencia, además de los poetas del otro lado del Atlántico.

La poesía, su gran vocación, la considera "un mundo muy pequeño", y concede que los libros en general "están destinados a ocupar un lugar más modesto" en el ámbito de la cultura. Aunque el mundo editorial de Londres no está cerrado a nuevas voces, "tampoco resulta tan fácil acceder al establishment literario, ni sería bueno para un joven escritor". Dunthorne, que aporta textos irónicos a las ilustraciones de Alastair O'Shea, apuesta por una actitud un poco punk frente a esas "vacas sagradas".

De habitar en el mundo real, Oliver Tate "se habría encerrado en casa" durante los disturbios en Reino Unido en agosto, "aunque quizá también buscara un gesto pequeño, como lanzar un objeto en la calle, para luego alardear entre sus amigos". Dunthorne cree que algunos adolescentes participaron en los incidentes "esencialmente para divertirse", pero que otros muchos jóvenes estaban volcando su sentimiento de frustración ante la falta de futuro: "Son malos tiempos para este país y, sin embargo, los británicos nos crecemos en circunstancias difíciles". Una sentencia que aplica en primer lugar al arte y la literatura.

Joe Dunthorne, en el vagón convertido en oficina.
Joe Dunthorne, en el vagón convertido en oficina.CARMEN VALIÑO

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