Papi
Narrativa. Rita Indiana apareció en nuestro radar como cantante. O mejor, artista multimedia: sus golosos vídeos son parte indispensable de la oferta. Al resumir 2010, en estas páginas destacamos El juidero, su primer álbum. Hace unas semanas, la dominicana visitó Barcelona para actuar con su grupo, Los Misterios, y presentar su primer libro en España, Papi. Dicen que Rita está saturada del negocio de la música y que desea volver a su vocación literaria. Urge sugerir a la artista que reflexione. Efectivamente, Papi es un tour de force pero también evidencia que la Rita escritora necesitaría internalizar las disciplinas de la canción y el disco largo. Paradójicamente, nos resulta más inteligible la Rita literaria que la cantarina, de denso acento. En ambas expresiones, ella moldea a capricho el lenguaje coloquial caribeño, ocasionalmente trufado de spanglish y contaminado por los mass media estadounidenses. Un torrente canalizado aquí por una niña que espera la vuelta de su padre. En su delirio, el progenitor es un triunfador, "el niño mimado de Quisqueya". En realidad, deducimos que papi no pasa de narcotraficante de segundo nivel, con peligrosos socios cubanos y un concesionario de coches como tapadera. La imaginación de la criatura puede ser hasta psicodélica: ahí está la ascensión al car wash de las nubes. Cierto que República Dominicana se presta a esos vuelos. La niña repasa modos y maneras de las estrellas del merengue, incluyendo la famosa exoneración de Fernando Villalona El Mayimbe, cuya marihuana se metamorfoseó milagrosamente en cilantro y orégano. No hay segunda oportunidad para papi: es asesinado y alrededor de su robot -no pregunten- se desarrolla un culto seudorreligioso, cortado de raíz por las autoridades. Para entonces, Papi ya se ha revelado como un festín indigesto y el lector se siente víctima colateral de los poderes desatados de Rita Indiana.
Papi
Rita Indiana
Periférica. Cáceres, 2011
210 páginas. 18,50 euros
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