La NBA se sume en la guerra judicial
Carmelo Anthony y un grupo de jugadores presentan dos demandas colectivas antimonopolio
Carmelo Anthony y Chauncey Billups (Nueva York), Kevin Durant (Oklahoma), Kawhi Leonard (San Antonio) y Leon Powe (Memphis) podrían formar un estupendo equipo en una cancha de baloncesto. Desgraciadamente para los seguidores de la NBA, esa relación de jugadores no aparece en estos momentos en el videomarcador de ningún pabellón, sino en el primero de los 25 folios de una demanda judicial presentada en Oakland (California). En ella, denuncian que el cierre patronal que mantiene la NBA desde el pasado 1 de julio viola la ley antimonopolio y que la última oferta de los propietarios de los clubes les aparta del mercado profesional al que tienen derecho. Una demanda en términos similares fue interpuesta en Minneapolis por otro grupo de jugadores: Anthony Tolliver y Derrick Williams (Minnesota), Ben Gordon (Detroit) y Caron Butler (agente libre restringido).
Los baloncestistas reclaman 4.500 millones de euros por daños y perjuicios
Los jugadores exigen ser indemnizados por lo que califican de "daño irreparable" a sus "cortas" carreras profesionales. No pueden competir, no pueden entrenarse con sus equipos y desde el martes empezaron a dejar de cobrar. Ese día debían percibir el primero de los cheques correspondientes a la parte proporcional de las fichas que tienen firmadas con sus clubes. Kobe Bryant, por ejemplo, no cobró los primeros 740.000 euros de su contrato de esta temporada. Se calcula que la cantidad media que dejó de percibir cada uno de los 450 jugadores de la NBA es de 162.000 euros.
Tras la ruptura de las negociaciones, el pasado lunes, la NBA comunicó a sus clubes que se suspende oficialmente la temporada al menos hasta el próximo 15 de diciembre. Eso supone la cancelación de 324 partidos. La estrategia seguida por los clubes estaba predeterminada y no dejaron ningún resquicio a la negociación. Eso es lo que especifican los jugadores en su demanda. Subrayan que, durante una reunión en junio de 2007, el comisionado de la NBA, David Stern, ya les exigió que rebajaran su porcentaje sobre los ingresos de la Liga, del 57% al 47%, además de conminarles a ceder en otros apartados, como el de la duración de los contratos y los topes salariales, por lo que, económicamente, iban a salir doblemente perjudicados. "Stern nos dijo, ya entonces, que la Liga estaba preparada para el cierre patronal que se lleva a cabo ahora", dice la demanda.
Uno de los abogados de los jugadores, David Boies, que representó a la Liga de Fútbol Americano (NFL) durante el reciente cierre patronal que también ha vivido este deporte, calificó de error el ultimátum que Stern dio al sindicato de baloncestistas la pasada semana. "Su acción tuvo un efecto contrario al que deseaba, que era romper la jerarquía del sindicato. Al amenazarles con que 'o esto o no ofrecemos nada', los jugadores convinieron en que ya no era razonable seguir negociando. Los dueños no supieron medir su codicia a la hora de pedir concesiones y comprobaron que esa codicia, a veces, puede resultar muy peligrosa".
Los jugadores pretenden ahora ser indemnizados por daños y perjuicios con el triple de lo que deberían percibir de no haberse modificado los términos del convenio colectivo que expiró en julio: 4.500 millones de euros. La NBA ingresa unos 3.000 millones de euros al año y los jugadores percibían un 57% de dicha cantidad.
La NBA ya había presentado una demanda preventiva en Nueva York para demostrar que el cierre patronal es legal y podría pedir que los casos de demanda de los jugadores en su contra sean trasladados al mismo tribunal.
La esperanza es que los abogados negocien antes de que los jueces dictaminen sentencia -la primera vista está programada para el 29 de febrero- y que de esa manera se pueda salvar una parte de la temporada. La última vez que se produjo un cierre patronal fue en 1999. Entonces, el curso empezó en enero. Cada equipo disputó 50 partidos en vez de los 82 habituales en la fase regular. Mientras se dilucida la compleja situación creada, una nueva oleada de jugadores de la NBA negocia su fichaje por equipos de otros países.
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