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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tramas densas, rizadas y filigranadas

Jordi Gracia

La segunda parte del libro es la más original pero los mejores relatos están en la primera. El invento de esa segunda parte, 'A partir de James', tiene positivo interés para el lector más afín a Molina Foix, o aquel más atrapado en su mundo literario (no necesariamente el de su mejor novela, El abrecartas). A partir de cuatro anotaciones muy agudas de los cuadernos de apuntes de Henry James, Molina Foix urde otras tantas tramas densas, rizadas y filigranadas, con una vinculación a menudo exigua con el apunte de James. Y es esa exigüidad la que revela mejor la imaginación del narrador y la recreación de un tema: hace bien, por tanto, en reclamar que el apunte se lea después que el relato, aunque hacerlo a la inversa da buen resultado y hasta reinventa el mismo relato. El que da título al volumen es el último y es el que atrae mayor materia autobiográfica, según ha contado el propio autor, aunque mi preferido es otro, 'Los otros labios', a medias entre la gamberrada solemne y la caricatura de la presuntuosidad literaria de autor. En este, como en casi todos los demás, se lee literatura, se habla de autores, se vive entre libros y se comentan o se consumen de modo tan rutinario como otros podrían vivir del fútbol o de la política o de la economía. Sobre todo en uno de los dos o tres mejores relatos del libro, 'El cuento de Gógol', macerado en la nostalgia de un libro perdido. Porque lo mejor de ese cuento, como de 'Un sueño con la diosa' y 'La ciudad dormitorio' es la delicadeza casi altiva con que se aplica a desenredar el nudo sentimental del que se ocupan. Los finales en los tres casos son buenos finales de relato breve, sin escandalera chin-pún pero con el guiño justo para saber que se trata de un artefacto literario sutil destinado a evocar pequeñas carencias, vacíos sostenidos, melancolías difusas. Ayuda a mitigar la desolación un ingrediente menos común aquí que en otros libros del escritor, el humor un punto distante, la vaga ironía que parece sembrar de escepticismo la tentación de la tragedia que a veces anida en ellos.

El hombre que vendió su propia cama

Vicente Molina Foix

Anagrama. Barcelona, 2011

200 páginas. 15,50 euros

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Sobre la firma

Jordi Gracia
Es adjunto a la directora de EL PAÍS y codirector de 'TintaLibre'. Antes fue subdirector de Opinión. Llegó a la Redacción desde la vida apacible de la universidad, donde es catedrático de literatura. Pese a haber escrito sobre Javier Pradera, nada podía hacerle imaginar que la realidad real era así: ingobernable y adictiva.

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