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Fenosa pretende horadar el Cañón del Sil con un túnel de cinco kilómetros

La compañía planea usar una tuneladora como las que se emplean para el AVE

El Cañón del Sil vuelve a estar en el punto de mira de las compañías eléctricas. Gas Natural Fenosa quiere ampliar la capacidad de producción eléctrica en la Ribeira Sacra, construyendo una nueva central reversible entre los embalses de Santo Estevo, en el río Sil, y Edrada, en el Mao. La empresa acaba de iniciar los trámites presentando ante la Confederación Hidrográfica el documento de inicio ambiental en el que se detalla cómo será la obra. Si el proceso sigue los plazos habituales, el proyecto definitivo podría someterse a información pública en verano, como ya sucedió con la obra que Iberdrola pretende desarrollar en la presa de Santa Cristina, publicada en el Boletín Oficial del Estado en agosto.

De aprobarse, sería la quinta gran presa en obras en la cuenca Miño-Sil

Para producir más en horas valle (de poca demanda eléctrica), Fenosa propone perforar el cañón con cinco kilómetros de túneles, excavar un pozo de 450 metros de profundidad y construir una sala de máquinas a 120 metros bajo tierra, en una caverna con una altura de 58 metros, la misma que un edificio de 10 plantas. El agua se captaría a través de una boca situada en la cola del embalse de Santo Estevo y se elevaría hasta el de Edrada mediante bombas, donde se almacenará. En las horas pico (de más demanda) se encenderían las turbinas y el agua almacenada se dejaría caer produciendo hasta 763 megavatios a precios más elevados, ya que, en esos tramos horarios, el coste del kilovatio es mayor para los consumidores.

Las obras se llevarían a cabo con voladuras controladas, perforaciones y con una tuneladora como las que se usan para el AVE. Además, se habilitarían en una zona que aspira a ser declarada Patrimonio de la Humanidad, grandes explanadas para el montaje de plantas de hormigonado o grúas. A los enormes conductos por los que circularían hasta 150 metros cúbicos de agua por segundo, habría que añadir una conducción de casi un kilómetro y medio, con varias ramificaciones en su parte final, para dar acceso a las salas de máquinas. También se construiría una línea subterránea de evacuación eléctrica de 7,8 kilómetros.

Este tipo de centrales son enormemente rentables para las compañías, ya que permiten satisfacer la demanda energética en períodos de consumo elevado y almacenarla en los tramos con poca demanda. De hecho, en el documento de inicio ambiental, la empresa argumenta que el proyecto tiene como objetivo "almacenar excedentes" de energía "mejorando el aprovechamiento del río Mao", así como la "estabilización de la red mediante la rápida respuesta de regulación que ofrece esta tecnología". La agrupación ecologista Adega asegura que la empresa no oculta sus intenciones: "Van a bombear para absorber el exceso de producción sin reducir la producción eólica o parar las térmicas".

El proyecto tiene su origen en una concesión otorgada por la dictadura en 1951 y que habilita a Fenosa para aprovechar hidroeléctricamente el cauce del río Mao durante 99 años. Si la obra se consuma, se sumaría a otras cuatro: dos de Fenosa (Belesar III y Os Peares III) y otras dos de Iberdrola (Santo Estevo II y Santa Cristina). Todos los embalses están ubicados en la cuenca del Miño-Sil, que, en palabras de la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, tiene un número de aprovechamientos hidroeléctricos "extraordinariamente elevado". Hay más de un centenar.

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Desde Adega apelan a las palabras de la ministra en el Senado, en las que anunció su intención de suspender la concesión de nuevos aprovechamientos en el Miño-Sil hasta la aprobación definitiva del Plan Hidrológico. Fins Eirexas, secretario ejecutivo de esta asociación, asegura que "no se debería construir" porque "tiene unas dimensiones enormes" y "claros efectos medioambientales en una zona protegida". Según los ecologistas "el paisaje cambiaría para siempre y las especies protegidas tendrían que soportar años de voladuras y perforaciones". Y recuerdan que todos los grupos parlamentarios del Senado, a propuesta del nacionalista, Xosé Manuel Pérez Bouza, exigieron la suspensión definitiva de nuevas obras.

Especies en extinción

Gas Natural Fenosa quiere aumentar la energía eléctrica que produce en Galicia y para ello pretende perforar las entrañas de la Ribeira Sacra. El diseño de la nueva central calca el modelo de la que Iberdrola quiere acomete muy cerca, en Santa Cristina: el agua se llevará desde el Sil a una zona alta y luego se dejará caer para turbinar electricidad. Ese proyecto fue rechazado en 2008 a instancias de la Xunta bipartita, pero Iberdrola lo recuperó el pasado verano.

La central de Fenosa se instalaría en el ayuntamiento ourensano de Parada de Sil, propuesta para formar parte de la Red Natura. En ella hay 18 hábitats protegidos -cuatro de ellos de forma prioritaria- por la Unión Europea. En esa zona también habitan 24 especies incluidas en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas, algunas como el águila real o la agachadiza, consideradas en peligro de extinción.

Este es el primer gran proyecto que presenta Gas Natural en Galicia desde que su presidente, Salvador Gabarró, anunció la "reinvención" de Fenosa. Bajo la histórica marca gallega, la compañía catalana agrupará toda su división de energías renovables, incluida la hidroeléctrica.

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