Democracia y mercados

Entre el fallido intento del primer ministro griego, el socialista Papandreu, de dar la palabra al pueblo griego para que decida sobre los recortes y que finalmente ha desembocado en su salida del Gobierno, y el famoso 12 de mayo de 2010, cuando Zapatero anunció, con el rostro desencajado, los recortes que hundirían su imagen pública y la de su partido, abocándolo a una previsible y dolorosa derrota electoral, hay un paralelismo evidente.

Así, cuando Papandreu ha decidido rectificar, evitando que el pueblo griego se pronuncie, se pretende revestir esta decisión de una responsabilidad ineludible, dando la sensación de que no hay alternativa posible. Y de la misma responsabilidad habló Zapatero aquel 12 de mayo, presentando los recortes como un sacrificio, asumido por él personalmente, que evitaba que nuestra economía se viera en una situación similar a la griega.

Pero no nos engañemos. Ni la rectificación de Papandreu, ni los recortes de Zapatero, son decisiones que ellos hayan querido, puesto que ningún socialdemócrata podría asumirlas. Simplemente, han tenido que plegarse a la voluntad de los llamados "mercados", que son los que, en la actual crisis, parecen regir los destinos de los ciudadanos europeos. Y yo me pregunto, ¿qué ha sido de la soberanía nacional, de la democracia representativa y del respeto a la voluntad de los ciudadanos? ¿Vamos a sustituirlas por el poder de los mercados, anónimos por supuesto, que buscan multiplicar su beneficio sin importar la posición en que queden los ciudadanos?

Cualquier persona con unos conocimientos mínimos de economía sabe que en una crisis como la actual, los recortes solo implican una contracción mayor, porque lo que se necesitan son medidas de estímulo, que inevitablemente deben pasar por un mayor gasto por parte del Estado, compensado en el medio plazo por la recuperación económica. Es lo que los votantes de Zapatero y Papandreu probablemente hubieran querido, medidas de tipo keynesiano, y no recortes que ningún progresista hubiera apoyado. Los recortes vienen impuestos por quienes confían en la infalible lógica de los mercados, la misma que nos llevó a la crisis financiera, y la que nos ha llevado a la actual crisis de deuda. No nos resignemos, ni nos rindamos a la voluntad de los mercados, porque de la crisis se puede salir de otra forma, solo necesitamos a líderes europeos capaces de ponerse de acuerdo y de hacerles frente. ¿Alguna opción para el 20-N?