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Amal reabre el debate sobre el velo en la escuela

Mujeres árabes y españolas dialogan en Santiago sobre su situación social

Hay ocasiones en las que un evento cultural puede hacer mucho por acercar a personas de opiniones muy distintas entre sí y mejorar la convivencia entre religiones y grupos sociales. Algo de esto sucedió ayer durante el debate que se celebró en Santiago después de una de las proyecciones del festival de cine euro-árabe Amal. Un grupo de mujeres debatió sobre el papel del sexo femenino en el Islam y sobre temas tan candentes como el uso del hiyab en los colegios, que ha hecho aflorar más de un conflicto en los últimos tiempos, también en Galicia, donde está reciente el caso de la niña española a la que se sancionó por llevar el velo en un colegio de Arteixo.

La excusa para proponer el debate fue la proyección del documental Atracción árabe, del director austríaco Andreas Horvath, quien analiza el caso de una mujer occidental que decide trasladarse a Yemen para convertirse en la segunda esposa de un hombre de este país 20 años menor que ella. El propio director asistió al debate sobre los asuntos que se plantean en la película.

"El 'hiyab' es una forma de identificarte con tu origen", dice la palestina Almassri
Rosa Oubiña, del PP, defiende normas para regular el uso del velo en las aulas

La actriz franco-palestina Yasmine Almassri, miembro del jurado del festival, apuntó que una de las cosas que explican que haya niñas árabes que quieren cubrir su cabeza con el hiyab es que así pueden mantener algo de la identidad que han perdido al haber crecido en un país distinto al del que procede su familia. "El velo a veces es una forma de identificarte con tu origen o tu religión, pero no hay que darle más importancia. También hay gente que hace yoga y acaba convirtiendo esta actividad en su religión", indicó.

Rosa Oubiña, portavoz del PP en temas de Igualdad en la Cámara gallega, explicó que en la comunidad autónoma no existe todavía una normativa oficial sobre el uso de estas prendas habituales en los países árabes, pero "seguramente si esto supone un problema habrá que crear una norma para regularlo", dijo. En su opinión, la mejor solución es el diálogo entre las partes en conflicto y "ser tolerantes" para tratar de encontrar una solución a cada caso concreto. Oubiña reconoció que hay bastante ignorancia sobre la cultura árabe y que es bueno que se fomente el conocimiento mutuo porque "puede haber puntos de encuentro".

Francisca Pleguezuela, presidenta de la Fundación Legado Andalusí, explicó que cuestiones como la del uso del velo en los colegios han permitido también que surja en la sociedad otro tipo de debates, como la presencia de símbolos de la religión católica en las escuelas públicas, que resultaba habitual hasta hace poco tiempo. Pleguezuela se preguntó por qué este tipo de cuestiones siempre suelen afectar a la mujer y no a los hombres y apuntó que tal vez esto se deba a que el varón trata de mantener su posición de dominio con este tipo de estrategias.

Chelo Loureiro, productora de cine, destacó la escasa presencia que tiene aún hoy en día la mujer en profesiones como la suya y recordó que no quedan muy lejos los tiempos en los que las gallegas tenían que llevar luto durante 10 años tras morir su marido. "Por suerte ya hemos superado esto pero conviene tenerlo presente", apuntó Loureiro.

Entre los asistentes al debate se encontraba un hombre de origen palestino quien explicó que la cuestión del velo está sobredimensionada en los países occidentales ya que en lugares como Palestina no existe un debate sobre este asunto y la mayoría de las familias dan libertad a sus hijas para usar el hiyab cuando ellas lo deseen. Probablemente lo mejor del debate es que ninguno de los asistentes intentó sentar doctrina y todos se mostraron dispuestos a incorporar ideas procedentes de las opiniones de los demás. Algo poco habitual en los tiempos que corren. La capacidad del diálogo para superar conflictos se confirma como un buen instrumento. Y si además se puede hacer después de ver una buena película, mucho mejor.

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