Cesc y Kanouté sellan la paz en Twitter

¿Qué dijo Cesc Fàbregas a Frederic Kanouté para que el delantero de Malí le agarrara del cuello y le zarandeara mientras Leo Messi aguardaba para tirar el penalti en el tiempo añadido del Barcelona-Sevilla? La reacción del ariete, que fue expulsado por Iturralde González, sorprendió incluso a los azulgrana, que le tienen por un jugador pausado y reflexivo. "Es extraño su comportamiento", sostuvo ayer Dani Alves, exfutbolista del Sevilla; "se calentó, pero, como le conozco, le perdono".

Kanouté guardó silencio hasta ayer, cuando se pronunció por Twitter después de que en las redes sociales se especulara sobre su agresión: "Siento mucho lo ocurrido ayer. No fue ejemplar. No obstante, hubo provocación e insulto, ya sabéis. No le deis más vueltas. Gracias". Al poco, y por la misma vía, replicó el propio Cesc: "Toda la vida he jugado con gente de todo el mundo y todas las religiones, comparto vestuario con un jugador malí [Keita], llevo un tatuaje árabe y mi pareja es libanesa. No hay muestras más evidentes de que no tiene sentido". Y, finalmente, pasadas las nueve de la noche, se produjo un último apunte de los dos protagonistas que daban el litigio por resuelto: "Acabo de mantener una conversación telefónica con Kanouté y los dos hemos aclarado lo que pasó ayer. Nos hemos pedido perdón mutuamente", escribió Cesc. "Hemos hablado por teléfono", corraboró Kanouté. "La cosa se explicó y los dos somos adultos y conscientes de nuestra culpa ayer. Se acabó".

"Ahora se ha puesto de moda eso de 'yo te agredo porque tú me provocas", dice Alves

Marcelino García Toral, el entrenador del Sevilla, ya se había expresado en una línea parecida a la de Kanouté en el Camp Nou: "No tengo datos suficientes para explicar qué pasó con Fredéric. Me extraña que haya respondido sin una provocación previa". "Todo viene por el penalti pitado en el descuento", añadió; "ves que el partido se te puede escapar y los jugadores se excitan sobremanera. Habría sido injusto perder por el penalti". Pep Guardiola, el técnico del Barça, también intervino para decir: "No creo que Cesc sea el responsable de la tangana. Le tenéis que preguntar a Kanouté". Y ayer abundó Alves: "Son momentos en que tienes las pulsaciones muy altas y no vas a pedir las cosas por favor. Está claro, de todas maneras, que no hubo insultos racistas, y menos por parte de un chico como Cesc".

Los azulgrana se quejan de que no se repruebe la acción originaria de la trifulca final, cuando Kanouté desplazó el balón que Messi había puesto en el punto de penalti, y, en cambio, se repregunte por las palabras de Cesc. "Me extrañó que Fredéric no dejara tirar a Leo", insistió Alves; "lo que ocurre es que ahora se ha puesto de moda eso de 'yo te agredo porque tú me provocas'. Si yo respondiera a todas las provocaciones, en cada partido me tendría que ir a la ducha antes de tiempo".

Las imágenes muestran que Cesc se dirige a Kanouté para después taparse la boca y caer golpeado por este, musulmán, defensor de la causa palestina en una camiseta que mostró en un partido y exjugador del Tottenham, rival del Arsenal, el equipo del que fue capitán el hoy volante del Barça.

El partido acabó como el rosario de la aurora por el penalti de Fazio a Iniesta. Los muchachos de Marcelino retrasaron el lanzamiento durante cuatro minutos, tiempo en el que se produjo la obstaculización de Kanouté y su discusión con Cesc.

Los azulgrana coincidieron en que no tienen nada que reprocharse en cuanto al juego y felicitaron al Sevilla por el 0-0. Al Barça le preocupa más que se acuse a sus representantes de provocadores para justificar determinadas reacciones de los rivales, como cuando José Mourinho metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova.