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Reportaje:¿Y después qué?

La pesadilla que nunca acaba

El mundo de la sociedad civil en Euskadi reacciona con alivio y esperanza al anuncio del final de ETA. Y con la certeza de que solo la buena voluntad restañará las heridas del desastre

Juan Cruz

Alivio después de la pesadilla. Hemos hablado con personalidades de la cultura en Euskadi. No hay sensación de euforia sino de hartazgo, ya era hora. ¿Y ahora? Paciencia, y buena voluntad. Estas son sus reflexiones.

Leopoldo Zugaza, presidente de Photomuseum

Nuestra reacción debe ser medida, se ha de eliminar el insulto y la revancha. El perdón dignifica a quien lo da. Que eso se tenga en cuenta. Y a los que están elegidos o tienen cargos de responsabilidad se les ha de exigir honradez intelectual para llegar a la concordia que nos lleve a la construcción de una convivencia más humana, pues a veces hemos vivido en la selva. Tengo fe en la gente y en la democracia que acomode a la gente para que la convivencia sea más fluida, seria y responsable, para que las discrepancias lógicas se resuelvan con elegancia. Sin personalismos absurdos, sin egoísmos exagerados.

Anjel Lertxundi: "Pasó por mi mente la figura de José Mari Corta y de López de la Calle, dos vitalistas asesinados"
Agustín Ibarrola: "ETA está muriendo al 50%; el otro 50% está viva en sus ideas totalitarias de identidad excluyente"
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Anjel Lertxundi, escritor

Conocí la noticia dos horas antes y en ese tiempo pensé si no me habían engañado. Sentí luego una gran alegría. Mi generación no ha conocido ningún momento político sin una tutela; te han robado la vida. Pasó por mi mente la figura de José Mari Corta, un vitalista al que asesinaron siendo muy joven. Y me acordé del periodista López de la Calle, con el que tomaba potes en Zarauz. Otro vitalista asesinado. ¿Ahora? Debemos confiar en nosotros mismos, en la sociedad vasca. Sin ella hubiera sido imposible esta salida. En la tregua de 2000 hubo euforia; ahora no la hay; ha habido muchas decepciones, muchas rupturas, ahora no hay euforia pero hay esperanza. Ya va siendo hora. Pero es legítimo preguntar: ¿Y para esto tanto tiempo?

Jorge Giménez, presidente de los editores vascos

Por una particularidad muy concreta, la primera imagen que me vino al saber la noticia fue la de mi padre. Lo mataron hace 29 años. Lo que más me ilusiona ahora es que vamos a entrar en eso que se llama normalidad democrática... Nadie va a tener que temer por las consecuencias de sus opiniones, y en el ámbito de la cultura la libertad no es un condicionante más, es el condicionante esencial. Ahora cada uno aguantará su vela sin más herramienta que la honestidad intelectual. Tengo 55 años, la misma edad que este asunto [del terrorismo], y muchas veces he querido imaginarme este momento. Era un sueño que me negaba a mí mismo. Hoy he ido a varios sitios y he visto que los vascos, tan contenidos siempre, salían de su ensimismamiento, todos querían compartir algo. Alguien que no quedaba nunca conmigo me invitó a un cava al mediodía. Emocionante. Yo no tenía la esperanza de vivir esto.

Bernardo Atxaga, escritor

Cuando lo supe pasó por mi mente lo que dicen que sucede cuando se produce la muerte: pasó toda mi vida en un instante. Creí que iba a saltar de alegría luego, pero se impuso otra impresión: vi en mi mente el juicio de Burgos, la muerte del guardia civil Pardines Arcay, la muerte del militante de Eta Xabi Echevarrieta al día siguiente de aquel asesinato, a escasos kilómetros de mi pueblo... Cuando analizamos el fenómeno debemos incluir el factor histórico. Cuando el proceso de Burgos no debemos olvidar que allí estaban, apoyando a los presos, gente como Tierno Galván y Sartre... Ahora habrá menos sombra sobre nosotros. Estos años se ha extendido una sombra sobre todos nosotros, muy injustamente extendida. Todo vasco estaba bajo sospecha. La sociedad vasca se sentirá más libre por no sentir esa sombra, esa desconfianza que se generó alrededor de los vascos.

Ramón Saizarbitoria, escritor

Qué pena, por qué no lo han hecho hace tantos años si era tan fácil. Algunos no tendrían que enrocarse en que esta ha sido una victoria policial y nada más; creo que ha habido una voluntad de la población para que esto ocurriera. Pero tenía que haber pasado hace mucho tiempo. Me gustaría estar alegre, pero esto me hace pensar en las familias de los que murieron en estos años mientras que estos tendrían que haberse puesto la capucha y la boina para decir hace varias décadas lo que dijeron el jueves...

Lourdes Oñederra, Catedrática y académica vasca

Sentí una alegría enorme y sentí a la vez tristeza. Y se me puso un nudo en la garganta. Me vinieron miradas, manos, rostros de asesinados, gente que ha perdido a su padre, a su marido, a su profesor... Y se me intensificó la importancia de que esto no se cierre en falso; depende de cómo encontremos la manera de trabajar en el relato de lo que ha ido pasando para que esta sociedad no pierda la memoria de sus valores auténticos... ETA nació un año después que yo, estoy feliz de empezar una nueva era sin ETA. Momento muy delicado que requiere serenidad; si se olvida corremos un riesgo muy grande. No veo venganza en el lado de las víctimas. Y si los terroristas se van del todo se puede construir un escenario más sereno para hacer este trabajo de recomposición de la sociedad. Los políticos, además, deben abstenerse de utilizar el momento para sus intereses electorales. Esta salida se la debemos a las víctimas, necesitamos reconciliarnos, quitarnos las fronteras invisibles pero bastante tangibles que se perciben en la sociedad vasca.

Josean Fernández, director de la Filmoteca vasca

De la pesadilla de dolor que se ha sufrido pensé que podíamos pasar a una etapa en la que, por muy distantes que estén las ideas de dos vascos cualesquiera, jamás se contemplaría otra vez la posibilidad de emplear la violencia para dirimir desacuerdos. Nos libramos de la pesada carga de la violencia, Confío en que ganemos tiempo para la cultura. Y fue inevitable pensar que lo que han vivido prácticamente tres generaciones de vascos no lo vivirá la próxima generación, que sabrá de ello por los libros de historia. Un momento soñado, nunca hubiera pensado que viviríamos una etapa sin violencia.

Luisa Etxenike, escritora

Sentí una emoción especial. Solo he conocido la dictadura de Franco y la dictadura de ETA. Sentí que estaba, como en El show de Truman, bajo un cielo falso hecho de miedo, y en ese cielo se abría al fin una fisura para que esa atmósfera de miedo se fuera resquebrajando. Todo esto, pienso, va a destapar los testimonios individuales; se va a hacer circular todo lo callado en estos años, y se va a escuchar, como en un coro armónico, un montón de relatos que van a impedir que se imponga el relato de los que quieren convertir este sufrimiento que hemos pasado en el último conflicto armado de Europa... Aquí ha habido unos victimarios, ETA, que, pistola en mano, han decidido matar a otros que, como José Luis López de la Calle, llevaban en la mano un periódico y el pan... Ese discurso del equilibrio entre dos bandos va a desaparecer.

Aizpea Goenaga, cineasta y directora del Instituto Etxepare (el Cervantes vasco)

Alivio, ilusión. Y emoción cara al futuro. Podremos hablar, podremos crear una sociedad sin esa presión tan cercana. No tener ese peso encima produce una emoción indescriptible. Poder volar en un paisaje que se promete magnífico. El idioma se ha unido a una situación de violencia, y hemos padecido por ello cosas muy dolorosas para los vascos... Ahora queda un largo camino por recorrer. Los fuegos no se apagan inmediatamente. Queda siempre esa sensación como de paisaje dañado. Y hay que abonar el campo para que broten nuevos árboles. Esta es una sociedad ejemplar por cómo ha vivido bajo esta losa. Habrá sombras, pero creo que tenemos que mirar hacia adelante sin olvidar el pasado. No nos podemos olvidar porque si no cometeríamos los mismos errores.

Daniel Innenarity, filósofo

En lo que pensé primero fue en una imagen de una película que narra el exterminio de los armenios. Uno de los protagonistas, que ha sido testigo de los mayores horrores, dice: "¿Y ahora qué vamos a hacer con nuestros ojos?". Y este es el momento en que no solo hemos de contar la historia para que se haga justicia con las víctimas, sino que hay que mirar la realidad del País Vasco de una manera diferente para ocuparnos de los que sufren, de los que lo han sufrido. Tenemos por delante una gran responsabilidad. ¿Alivio? He sentido algo muy parecido cuando uno encuentra algo que buscaba: una cierta decepción. Si es que esto que buscábamos es lo que tiene el mundo civilizado. Recuperamos la normalidad, abandonamos una excepción penosa.

Montxo Armendáriz, cineasta

Siempre soñaste con que algún día lo verías. Y pensé en el cantante Imanol, que, a finales de los años noventa, decidió irse de Euskadi, y nos dijo, entre lágrimas: "Algún día esto se acabará y volveré". Esa fue la primera imagen que me vino a la cabeza. Lamentablemente, no lo ha podido ver. Espero que no prospere esta división que se veía venir entre los que quieren hacer realidad la convivencia en paz y los que quieren echar en cara lo que ha pasado. Estamos ante una ocasión única de terminar de una vez con el dolor y el sufrimiento que todo esto ha creado.

Pedro Miguel Etxenike, científico

Lo esperábamos. Pero no es lo mismo pez que pescado. Del comunicado de ETA me fijé en la palabra "definitivo". Y en la expresión "actuar con responsabilidad y valentía". Me dio la impresión de que, al fin, no se dirigían a sus enemigos, sino a ellos mismos. Hay muchos temas pendientes, mucha cocina por delante. Me pareció apropiada la declaración de Rajoy, templando ese partido que tiene dentro también a la extrema derecha. El PNV, el Gobierno, han actuado responsablemente. Ahora hay que tener paciencia, hay que tener en cuenta el sufrimiento de las víctimas, todas han sido injustamente tratadas. Nadie tendrá ahora miedo de defender sus ideas. Como decía Herrero de Miñón, nada debe estar prescrito, nada debe estar proscrito, siempre que se defienda sin coacción y que las ideas sean democráticas.

Agustín Ibarrola, pintor

ETA está muriendo al 50%; el otro 50% está viva en sus ideas totalitarias de identidad excluyente y no admisión de la democracia y del Estado de derecho que generan la libertad para el pluralismo. ETA sigue sin disculparse del horror que ha producido, sigue sin pedir perdón. Yo me alegro de que estemos hoy más cerca de acabar con ETA, pero no quiero desprenderme solo del 50% de mi miedo y de mi falta de libertad.

Pedro Ugarte, escritor

Lo oí en la radio. Estaba con mis hijos, que son aún pequeños y no sabían la trascendencia de semejante anuncio, pero los abracé: estoy seguro de que van a vivir en un Euskadi mucho mejor del que nosotros hemos conocido. ¿Y ahora qué? Ha terminado el terrorismo, pero ahora queda el conflicto de los símbolos, la pugna por el monopolio del pasado y de su interpretación. Así como hay diferentes proyectos para la construcción del futuro, también habrá (hay siempre) diferentes elaboraciones de la memoria. Y me parece que eso es bueno, siempre y cuando ninguna de las versiones de lo ocurrido bendiga el asesinato, el secuestro, la amenaza o la extorsión. Son aceptables las diversas versiones del pasado, pero lo que no son aceptables son las idealizaciones del mismo: la idealización siempre es una mentira.

Patxi Bastarrika, ensayista y exviceconsejero de política lingüística

Sentimiento de alegría mezclada con tristeza. Hastío de que hayan pasado tantos años. Estoy en los 50, toda mi vida ha transcurrido en este clima. Pasan rostros conocidos, víctimas del terrorismo, por tu mente. Ahí está ese pico de tristeza en medio de un clima de intensa emoción y alegría. Por fin, ya era hora. La sociedad vasca le ha ganado la batalla al terrorismo. Somos más libres que ayer. La tarea ahora es reconstruir la convivencia. Tenemos la paz, esta debe ser duradera, y por tanto basada en la justicia. Sin rencores ni venganzas, y sin olvido ni amnesia. Hay que hacerlo teniendo muy presente la memoria de las víctimas, que representan la negación de la libertad a la que nos llevó el terrorismo. La sociedad se tiene que preguntar sin trampas por qué y para qué sucedió este horror. La única respuesta posible es que no todo vale. No ha servido para nada. Ahora tenemos una paz sin concesiones políticas. Nunca más la violencia con fines políticos...

José Ramón Recalde, intelectual vasco y víctima de terrorismo

Una frase positiva sola en el comunicado de ETA; cese definitivo de la lucha armada. Se llevaron para siempre a víctimas durante décadas. Asesinaron. Y llevaron a sus propios compañeros a la muerte. Pasaron por mi mente rostros, nombres de amigos que perdieron su vida a manos de estos asesinos. Fernando Buesa, Fernando Múgica, Juan María Jáuregui, Lluch, Tomás y Valiente... Tantos otros. Víctimas de estos asesinos. ETA estaba derrotada. Me resulta difícil pensar que vayan a hacer un acto público de rendición. No espero de ellos reconocimiento de su mal. Y eso constituirá una dificultad para ellos. Pues, si se sienten orgullosos de lo que han hecho, ¿cómo querrán beneficios penitenciarios?

Miguel Zugaza, director del Museo del Prado

Pensé en la emoción que tenía mi padre [Leopoldo, véase primera entrada en este reportaje] al contarme, estando yo en Tokio, que ETA había dado este paso. Algo que toda la vida ha estado con nosotros. Un lastre que nos quitábamos de encima. Un hombre como mi padre, que había vivido la guerra civil cuando niño, había soportado también este drama y ahora me hacía esta llamada emocionada... No es que esté todo hecho, ahora falta hacer lo más difícil: que demos tregua a nuestra indignación, para construir, para dejar atrás ese mundo que ha sometido a la sociedad española al terror.

Agustín Ibarrola con su obra en una finca de Ávila.
Agustín Ibarrola con su obra en una finca de Ávila.CRISTÓBAL MANUEL

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