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Entrevista:JESÚS EGUIGUREN | Presidente del PSE y negociador del Gobierno con ETA | El final de la violencia etarra

"La paz sale muy cara porque algunos creen que se han hecho cesiones"

Luis R. Aizpeolea

"Misión cumplida", dice el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, tras conocer el cese definitivo de la violencia de ETA. El negociador del Gobierno con la banda en el proceso de paz de 2006 cree que el jueves se consiguió finalmente lo que el Ejecutivo de Zapatero intentó hace seis años y no logró por el atentado de la T-4.

Pregunta. ¿Dónde estaba y qué sintió cuando conoció la noticia de que ETA declaraba el cese definitivo de la violencia?

Respuesta. Escuché la noticia en el coche cuando iba para mi casa. Mi sensación no fue de alegría. Pesó la tristeza. Me acordé de los compañeros perdidos en el camino por causa de ETA y de cómo desde que tenía veinte años he tenido escolta y no he podido hacer mi vida. Ya sé que, racionalmente, es lo más importante que ha pasado en Euskadi desde la Transición. Pero mi sensación no fue de alegría sino de nostalgia por los años pasados.

"Zapatero y Rubalcaba merecen un monumento por haber traído la paz"
"La ley debe tener resortes para sacar a Arnaldo Otegi de la cárcel"
"Lograr el final va a costar una década y hay que abordar presos y convivencia"
"El próximo Gobierno debe afrontar el proceso con consenso"
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La convivencia, cuestión de Euskadi

P. En una entrevista que usted concedió a EL PAÍS el 5 de abril de 2009 aseguró que la paz llegaría a Euskadi en 2011. ¿En qué basó ese vaticinio?

R. Yo viví todo el proceso de paz de 2006 y conocía lo que pensaban Arnaldo Otegi y sus compañeros. Sabía que querían la paz y hacer política y que, al ser ilegales, su espacio lo ocupaban otros [Aralar] y querían recuperarlo. Sabía, también, con el calendario en la mano, que querían estar en las elecciones municipales de 2011. Y que para ello tenían que dar pasos muy importantes. Así ha sido.

P. Usted ha sido muy atacado, e incluso insultado, por la derecha mediática y sectores radicales del PP, entre otras cosas, por vaticinar lo que conocimos el jueves. ¿Qué ha sentido?

R. Prefiero olvidarlo porque me pongo malo. Es una sensación tremenda de injusticia para españoles que hemos defendido la Constitución en Euskadi y que nos hemos jugado la vida.

P. ¿No le han quedado ganas de revancha?

R. Por qué lo voy a negar. Puedo darme la satisfacción de decir que mi análisis de la situación ha sido mucho más acertado que el de quienes me han atacado. Pero siempre he pensado que a quien pretendían atacar era al Gobierno y a Zapatero. Yo he sido la excusa. Además, como no soy marqués y soy de izquierdas resulto aún más vulnerable.

P. ¿Ha hablado en estas horas con Zapatero y Rubalcaba?

R. El mismo jueves por la noche me llamaron los dos. No hablamos mucho porque estaban más emocionados que yo.

P. ¿Qué ha forzado a ETA a declarar el fin de la violencia?

R. Las claves están contadas. El trabajo policial, el de la Justicia, la Ley de Partidos y la movilización social. Pero también la voluntad de los líderes de la izquierda abertzale de vivir en paz y rechazar la violencia. Quiero hacer un reconocimiento a Otegi y Rufi Etxeberria porque su tarea ha sido muy difícil y han corrido muchos riesgos. Yo sé que le han tenido que echar mucho valor.

P. Algunos dicen que el texto de ETA no vale, que tiene que disolverse y entregar las armas.

R. El comunicado de ETA es el inicio de una nueva etapa. Quedan muchas cosas por hacer. ETA tiene que confirmar su compromiso. Todo eso estará previsto por los verificadores internacionales. Esa verificación es del Gobierno.

P. ¿Qué pasos deben dar ahora las instituciones?

R. Hay que dar los pasos sobre datos confirmados y no precipitarse. Lograr la paz va a costar una década y supone abordar la cuestión de los presos, el reconocimiento a las víctimas y la convivencia. Hay que buscar un acuerdo político entre todos los partidos en España y en el País Vasco. Sin ese acuerdo no se puede abordar el problema de los presos, en una primera fase, y el reto de la convivencia, en una segunda.

P. La cuestión de los presos de ETA suscita mucho rechazo, según el CIS. ¿Lo ve posible?

R. El Gobierno que salga de las elecciones del 20-N va a tener que abordarlo con consenso. A mí me enseñaron en la Facultad de Derecho que la reinserción de los presos y la flexibilización de la política penitenciaria se puede hacer sin saltarse ningún procedimiento democrático. Está en la Constitución. La ley debe adaptarse a la realidad, según el Derecho Civil.

P. ¿Otegi debe salir libre?

R. No sé cómo tiene los procesos judiciales. Pero la ley debe tener resortes que lo permitan. Yo lo deseo. Además, se está convirtiendo en un mito en Euskadi.

P. El 20-N puede ganar las elecciones el PP. ¿Teme que un cambio de Gobierno dificulte la culminación de este proceso?

R. No lo creo. Los políticos no somos tan irresponsables. Aunque me va a resultar difícil olvidar las trabas que el PP puso al intento de paz dialogada en 2006, noto, ahora, un cambio en Rajoy porque las expectativas del poder le moderan a uno. El PP vasco sabe que estamos ante una oportunidad histórica de construir en Euskadi la convivencia. Espero que ningún político utilice la cuestión vasca para la confrontación.

P. La izquierda abertzale planteó ayer que el "conflicto político" sigue y pidió abordarlo.

R. El único conflicto que existe es el de ETA que está en desaparición. Pero es verdad que en el País Vasco hay una reclamación de autogobierno muy potente, con una autonomía que bordea la soberanía. La Constitución nos concede a los vascos un estatus particular. Pero temo que el nacionalismo aproveche el fin de ETA para reactivar sus reivindicaciones. Hay tareas prioritarias como los presos y las víctimas, lo que el comunicado de ETA denomina las "consecuencias del conflicto".

P. ¿No es un sino que quienes más han trabajado por la paz son los que más perjudicados salen? Sucedió en Irlanda del Norte que el partido de John Hume se hundió y subieron el Sinn Fein y los unionistas de Paisley.

R. La paz es muy cara porque hay gente que cree que se han hecho cesiones graves. Pierdes por un lado y no ganas nada por otro. Ahora hay una efervescencia nacionalista en Euskadi. Pero aquí estamos para defender nuestras ideas. Si lo hicimos cuando ETA mataba a nuestros compañeros, cómo no lo vamos a hacer ahora. Bildu nos adelantó en las municipales. Siempre dije que los constitucionalistas teníamos que tomar la iniciativa por la paz y no me escucharon. Si lo hubieran hecho, estaríamos mejor situados.

P. ¿Qué papel da al proceso de paz de 2006 en el fin de ETA?

R. Sin él habría tardado mucho más la paz. ETA perdió la legitimidad que le quedaba en el exterior y en la izquierda abertzale al romper aquel proceso al implicarse como se implicó el Gobierno. El enfrentamiento entre la izquierda abertzale y ETA surge de las cenizas de la T-4.

P. ¿Qué papel ha tenido Zapatero en este final de ETA?

R. Zapatero ha traído la paz. Siempre pensé que lo iba a hacer. Espero que todo el mundo se lo reconozca porque se ha jugado el tipo. Los vascos siempre se lo agradeceremos.

P. ¿Y Rubalcaba?

R. Ha contribuido a la paz y no puede presumir porque es candidato y lo machacarían. Zapatero y Rubalcaba se merecen un monumento. Van a tener el reconocimiento perpetuo de los vascos. Se está siendo muy injusto con ellos.

Jesús Eguiguren, en el monte Igueldo, San Sebastián, en septiembre de 2010.
Jesús Eguiguren, en el monte Igueldo, San Sebastián, en septiembre de 2010.JAVIER HERNÁNDEZ

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