"Recapitalizar a los bancos por tener deuda de su país es absurdo"
Ángel Ron (Santiago, 1962) ha pilotado la primera fusión del Banco Popular en España en 40 años. El elegido ha sido el Banco Pastor, una entidad de su tierra. En la subasta, el Popular arrebató la entidad al Sabadell y al BBVA, que también pujaron. La opa se realizará en mitad de la convulsión que vive el sector por la recapitalización de la banca europea. Ron es muy crítico con las autoridades de Bruselas, a las que les acusa cargar contra la banca para eludir su responsabilidad y solucionar el problema fundamental: el rescate de Grecia y la credibilidad del euro.
Pregunta. ¿Por qué compra el Popular el Pastor?
Respuesta. Hay tres factores clave. El primero es el encaje cultural entre los dos bancos, que son similares. El segundo, las sinergias entre ambos, que son evidentes por los solapamientos en la red y en los servicios centrales y que ciframos conservadoramente en el equivalente al 39% de los costes operativos del Banco Pastor. El tercero es el factor contable, porque los procesos de integración permiten ajustes contra patrimonio que nos permiten mejorar coberturas a corto plazo y la cuenta de resultados a futuro.
"¿Qué banco va a comprar deuda pública si no está libre de riesgo?"
"La seguridad jurídica con que opera la banca es cada vez menor"
"El Pastor es la mejor entidad de las que había para integrar"
"Dar una cifra de recorte de empleo ahora no lleva a nada bueno"
P. ¿Con qué recorte de empleo calculan esas sinergias?
R. Eso lo tenemos que afinar. Dar un dato sería anticiparse. Cuando lo tengamos, lo publicaremos. Dar ahora un número no lleva a nada bueno para la comunicación interna y de animar a todo el mundo. Pero los números salen.
P. ¿Excluirá al Pastor de Bolsa?
R. Por supuesto. Pensamos que la opa va a tener una altísima aceptación.
P. ¿Es una operación que transforma al Popular?
R. No nos lo planteamos así. Es una operación hecha en el momento adecuado, estamos en un proceso de concentración y lo hemos hecho con la que es la mejor de las entidades para integrar.
P. ¿Es el mal menor?
R. Ni mucho menos. Lo hemos hecho voluntariamente.
P. Si el sector sigue en reestructuración, ¿cabe que el Popular entre en más movimientos?
R. Estamos intelectualmente ocupados en esta operación. El sector se está configurando y en un periodo de tiempo, que no sé si será de trimestres o años, puede haber una nueva fase de consolidación entre cajas. ¿Estaríamos interesados? Lo estudiaremos.
P. ¿Hubiera sido más barato comprar el Pastor más adelante?
R. Era un proceso competitivo entre varias entidades y este era el momento. El Pastor valoró el encaje cultural, la solvencia de la oferta y la prima ofrecida por el Popular, pero el precio no fue el factor determinante, por lo que sabemos.
P. El Estado valoró Novacaixagalicia en 0,12 veces su valor contable. ¿Por qué valoran la otra entidad gallega en 0,77 veces?
R. Porque no son parecidas. El Pastor no ha necesitado ayudas públicas, está en beneficios y tiene un resultado de explotación potente. Su margen de intereses sobre activos totales es el tercero mejor de la banca. La eficiencia es muy superior. Eso determina valoraciones diferentes. Aun así, estamos valorando por debajo del valor en libros.
P. En algunas cajas, los nuevos gestores han descubierto activos más dañados de lo que parecían. ¿Ocurrirá en el Pastor?
R. El Pastor está sometido a la disciplina del mercado, y además hemos hecho un due dilligence y vamos a hacer un cargo para sanear que supone cinco veces el peor año del Pastor.
P. El Pastor es el banco con mayor exposición al sector inmobiliario y promotor.
R. Es verdad, pero la posibilidad de ajuste contra patrimonio deja unas coberturas de las más elevadas de la banca española. Cubrirán toda la pérdida esperada en el escenario base de los test de estrés, un escenario que no se está produciendo.
P. Pero eso no cubre el escenario adverso.
R. Es que la probabilidad del escenario adverso es del 0,5%. El problema es que lo convertimos en el rasero de medida, y puede acabar siendo una profecía que se autocumple. Es un error. Los test de estrés han sido muy discriminatorios para España. Se ha admitido un escenario macroeconómico especialmente duro, con efectos devastadores porque la pérdida esperada de la cartera sana es peor que para otros países, y, además, no se computan en el capital las obligaciones convertibles en acciones y las provisiones genéricas y subestándar. Es difícil diseñar un escenario más discriminatorio con la banca española.
P. ¿Qué opina de que se esté reabriendo ese debate?
R. El problema de los bancos europeos no puede ser su exposición a la deuda nacional, que es un activo libre de riesgo. Si es un problema será porque no es un activo libre de riesgo. Y si la deuda emitida por países del euro no es un activo libre de riesgo, lo que hay que arreglar es eso. Y eso no se arregla capitalizando bancos porque como será imposible capitalizarlos acudiendo a fondos privados, y más si no se les permite dar dividendos, al final habrá que recapitalizar con más deuda.
P. ¿Cómo se arregla?
R. Hay un problema de falta de liderazgo político. Poniendo presión y culpabilizando a los bancos se trata de eludir el reto de dar solución al problema de la gobernanza económica en Europa. Los mercados van buscando ineficiencias, grietas y fisuras. Y el euro tiene fisuras, como la falta de gobernanza económica común, o de integración de políticas fiscales, económicas y sociales, que es lo que necesitamos con una moneda común. Recapitalizar a los bancos porque han apostado por la deuda de su país es una paradoja y los efectos sobre el crédito van a ser negativos. Y, para acabar, ¿quién invertiría en deuda de estos países? ¿Alguien cree que los bancos van a seguir invirtiendo en deuda de sus países si dejan de ser un activo libre de riesgo?
P. Pero no hay duda de que hay deuda pública, como la griega, que no está libre de riesgo.
R. La deuda griega requerirá un tratamiento específico, pero trasladarlo al resto de países periféricos cuando, hoy por hoy, no se duda que España vaya a repagar sus deudas y cuando, es más, la normativa contable no obliga a reconocer pérdidas, es una contradicción. La seguridad jurídica con la que operan los bancos es cada vez menor.
P. ¿Qué opina sobre las indemnizaciones pagadas en las cajas?
R. El tema es muy espinoso. Es necesario poner luz y taquígrafos sobre esos procesos y ver si se han hecho de acuerdo con la normativa. Si es así, como espero, lo único que cabe ya es un juicio moral, que depende de cada uno. A unos les parecerán excesivos y a otros adecuados. Vivimos tiempos de crisis que invitan a que las entidades cuiden con esmero todo lo que tiene que ver con las retribuciones. En esta casa siempre hemos sido transparentes.
P. ¿Qué le parecen los planes europeos sobre impuestos a la banca o a las transacciones?
R. Si a los bancos se les pone un impuesto especial, tratarán de resarcirse, puesto que son entidades con ánimo de lucro. Lo importante es que las ayudas públicas a los bancos sean condicionadas. En España se ha exigido una reestructuración con un plan supervisado por las autoridades. No creo que con un impuesto específico a la banca se vayan a recuperar más ayudas. Es más un mensaje en clave política.
P. ¿Y la decisión el Gobierno de fusionar los Fondos de Garantía para que absorban las pérdidas de ayudas públicas?
R. Que se fusionen es lógico. Pero al margen de la razón por la que se hace, el problema es la utilización no homogénea en función del origen de los fondos. Puedo estar de acuerdo con que el sector financiero corra con los costes de las pérdidas, pero lo que aportan cajas y bancos no es equilibrado. No parece que las pérdidas que se van a cubrir vengan de los bancos. -
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