Para ajustar los salarios
En relación al artículo del profesor Manuel Sanchís Alemania nos da gato por liebre, no entiendo que se diga que el aumento del desempleo es consecuencia del fracaso en ajustar los salarios. El alto desempleo que padecemos se debe principalmente, y en primer lugar, al estallido de la burbuja especulativa inmobiliaria, y consiguientemente a la paralización de la actividad de las empresas constructoras y demás ligadas a la actividad inmobiliaria; y a continuación, a la caída en cascada de la actividad de los demás sectores productivos, como consecuencia de la cuasi desaparición de la demanda, y del paro resultante, en aquel sector.
A ello habría que añadir opciones oportunistas, en grandes y medianas empresas, de todos los sectores para aprovechar la coyuntura y reducir plantillas, aun con buenos márgenes de rendimientos y beneficios, lo cual a su vez amplificó el efecto derrumbe inicial de la demanda, que se mantiene hasta hoy.
Es la caída de la demanda, inicialmente la inmobiliaria, la que produce el paro, y aquella se originó no por un excesivo aumento de los costes laborales unitarios, en los que estamos a la cola de Europa, sino por la desaparición de lo que la alimentaba independientemente del coste del producto: la barra libre de liquidez hipotecaria.
Lo que sucede en esta crisis es que el aumento desmedido del desempleo va en paralelo a la disminución en términos reales del nivel general de los salarios. No funciona la ecuación menos salarios = aumento del empleo, de la misma forma que la explicación al aumento del paro no es el aumento de los salarios. Es más, ahondar más en "el ajuste" a la baja de los salarios deprimirá aún más la demanda interna y retrasará las posibilidades de recuperación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.