La inflación repunta al 3,1% por el tabaco y los carburantes

La alarma de una nueva recesión resuena en muchas previsiones, privadas y públicas, para el horizonte más próximo de las economías europeas, también la española. Con el consumo en el congelador, la resistencia de la inflación a enfriarse chirría. En general, es el elevado precio del petróleo y otras materias primas lo que complica la ecuación. En España, según desvela el IPC de septiembre, se suma el repunte del tabaco.

En septiembre, la variación anual de los precios de consumo escaló al 3,1%, una décima más que el mes anterior. Se cierra así un periodo de descensos, que llegó al 3,8% en abril, aupada por el calentón del mercado del petróleo tras las revueltas en el norte de África. En términos mensuales, el IPC refleja un aumento del 0,2%, que se debe en gran medida al inicio de la temporada de invierno en el sector textil.

El vaticinio de los expertos es unánime: a no ser que se produzcan eventos inesperados -subidas de impuestos, otra crisis en un productor de crudo-, el repunte de septiembre será una excepción.

Carburantes y combustibles se mantienen entre los productos más inflacionistas (un avance anual del 16,4%). Sin embargo, el mínimo repunte de septiembre se debe más en esta ocasión al tabaco, que apenas equivale al 2% de la cesta de bienes y servicios. La evolución del precio de tabaco está marcada por la subida de impuestos que el Gobierno aprobó en diciembre pasado (de media, un 8% más).

En las previsiones de los expertos, es esa subida del impuesto del tabaco lo que determina el próximo escalón en el descenso de la inflación. Así, el Instituto Flores de Lemus cree que la variación anual de los precios se quedará en el 2,3% a finales de año, precisamente cuando el recargo al tabaco deje de pesar en la comparación. Igual que la Fundación de Cajas de Ahorros.