El gran embrollo de la NBA

Marc Gasol vuelve a vestir la camiseta del Barcelona Regal, aunque sea la de entrenamiento. Lo hizo ayer mientras el lockout o cierre patronal de la NBA entraba ya en su cuarto mes y al mismo tiempo que su hermano, Pau, anunciaba que también tiene previsto empezar a entrenarse junto a él y con la plantilla que dirige Xavi Pascual a partir de mañana en el Palau Blaugrana. Todo, por supuesto, a la espera del resultado de las negociaciones entre el sindicato y la patronal de la NBA, que, al cierre de esta edición, vivían un nuevo episodio que se antojaba crucial para bien o para mal.

Entre el escepticismo y el cansancio, los numerosos periodistas apostados en las instalaciones de un céntrico hotel de Nueva York aguardaban una jornada más la salida de la sala de negociaciones de Derek Fisher y David Stern, el representante de los jugadores y el de los clubes. Ambas partes están enfrascadas en un litigio cada vez más farragoso, pero en el que, en definitiva, se ventila el futuro destino de varios de los cientos de millones que maneja la NBA, la mejor Liga de baloncesto del mundo.

El sindicato y la patronal volvieron a reunirse ayer en Nueva York

Los jugadores solo están dispuestos a bajar del 57% al 52% su parte del pastel

Los clubes no están dispuestos a asumir los 300 millones de dólares (unos 226 millones de euros) anuales de pérdidas que, aseguran, sufrieron la pasada temporada. Los jugadores se resisten a bajar del 52% su parte del pastel. Hasta ahora percibían el 57% del total de los ingresos de la NBA. Ese 5% supondría unos 200 millones de dólares por año (unos 151 millones de euros) menos a repartir entre ellos. A eso hay que añadir multitud de variables.

Lo que es un hecho es que se han anulado los entrenamientos que debieron empezar el 3 de octubre y 43 partidos amistosos de la pretemporada programados entre el 9 y el 15. Los jugadores se buscan la vida. Algunos, los menos, han fichado por clubes europeos; otros, muchos, han participado en partidos de exhibición celebrados en Washington, Baltimore o Filadelfia. Y otros, como los hermanos Gasol, intentan mantener la forma mientras esperan la resolución de las negociaciones en la NBA. "Estoy contento por volver a ver caras conocidas. Tenía muchas ganas de empezar a entrenarme", manifestó Marc Gasol, el pívot de Memphis Grizzlies, que está en situación de agente libre. "Siempre es especial volver al Palau porque he crecido aquí. Además, me entrenaré con una de las mejores plantillas de Europa", añadió.

Su hermano Pau, que, según comunicó el Barcelona, se recupera de la lesión en un tobillo que sufrió en el Campeonato de Europa con la selección española, tiene previsto unirse mañana a los entrenamientos del equipo. "Tener a los Gasol supone una gran satisfacción", subraya Joan Creus, el secretario técnico del Barça; "son dos jugadores de primer nivel mundial y formados aquí. Por tanto, este vínculo continúa. Estamos contentos también porque nos ayudarán a mejorar la calidad de los entrenamientos. Todos salimos beneficiados". Pau ha comentado que, en el caso de que el cierre patronal de la NBA se prolongue toda la temporada y no pueda competir con los Lakers, su primera opción sería fichar por el Barça. "Es mejor tocar con los pies en el suelo. Creo que el lockout se arreglará y, por tanto, no nos hemos planteado esa posibilidad", asegura Creus. La plantilla del Barça tiene una plaza libre para un español en la Liga Endesa.

Varios jugadores de la NBA ya compiten o han fichado por clubes europeos, aunque saben que, una vez que concluya el cierre, deberán regresar a Estados Unidos. Entre otros, destacan los casos de Rudy Fernández (Real Madrid-Dallas), Deron Williams (Besiktas-Nueva Jersey), Nicolas Batum (Nancy-Portland), Kevin Seraphin (Caja Laboral-Washington) y, el más reciente, Andrei Kirilenko (CSKA Moscú-Utah).