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Reportaje:TEXTOS Y DOCUMENTOS

La reivindicación del reportero económico

Mariano Guindal cuenta sus experiencias de 40 años de profesión periodística

Miguel Ángel Noceda

Mariano Guindal ha escrito un libro de referencia. Podía haber escrito dos, e incluso tres (tantos como preguntas le gustaba hacer en las ruedas de prensa cuando ejercía el periodismo de calle). De hecho, como ha confesado, se extendió hasta los 1.200 folios, que la editorial le obligó a reducir a 500. Ya veremos qué hace con los 700 sobrantes. No obstante, por las páginas del libro pasa lo esencial. Y lo cuenta en capítulos cortos, como si fuera un periódico, con una prosa fácil e historias amenas, en las que reivindica la figura del reportero.

Empieza Guindal el prólogo -seguramente no podría ser de otra manera- con la pregunta que soltó a Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda del primer Gobierno de Felipe González, poco después de que los socialistas hubieran accedido al poder: "Señor ministro, ¿qué pasa con Rumasa?". Boyer le contestaría (y eso se lee en la página 214): "Como no me entreguen las auditorías en las próximas 24 horas, les mando a mis inspectores del Banco de España". Una pregunta y una respuesta que, posiblemente, han sido las más caras de la historia de España. Aquello derivó en la expropiación del grupo de José María Ruiz-Mateos y costó 800.000 millones de pesetas (unos 5.000 millones de euros). Muchos años después casi se repite la historia con Nueva Rumasa.

EL DECLIVE DE LOS DIOSES

Mariano Guindal

Planeta

El declive de los dioses, título que escogió por su fervor hacia Luchino Visconti, recoge el testimonio de primera mano de un reportero que ha estado al pie del cañón desde 1973 y que, seguramente, se ha jubilado antes de tiempo. Son unas memorias que cabalgan entre cuatro grandes crisis, desde la del petróleo de aquel año hasta la actual, pasando por las de 1979 y los primeros noventa. En sus páginas, el autor narra los principales acontecimientos de estos 40 años, a veces con diálogos suyos con los protagonistas y nunca imaginarios.

Guindal repartió su actividad en casi todos los vectores de la información económica, desde la laboral hasta la financiera, pasando por la fiscal, agraria, empresarial..., pero también se adentró con frecuencia -porque no puede ser de otra forma- en el terreno político y social. Fue (es) Guindal un todo-terreno con criterio, al que le gustaba la calle, verse con sus interlocutores, hacer fuentes, de los que puede presumir de haber logrado muchos amigos por su bonhomía, tanto con los veteranos como con los recién llegados al oficio.

Precisamente una de sus primeras experiencias, en la agencia Colpisa, fue un pez muy gordo. "La exclusiva que no pude contar", recuerda. Nada menos que el atentado contra Carrero Blanco, presidente del Gobierno, en la calle de Claudio Coello de Madrid. A Guindal, recién llegado a la agencia, le mandaron a cubrir una explosión de gas. Pero su olfato ya funcionó. Se acercó a un jesuita que vio salir por una puerta lateral y este le reveló que había sido un atentado, y no una explosión de gas como decían las fuentes oficiales, así como la identidad de la víctima. Cuenta que llamó a la agencia desde un teléfono de fichas de un bar y que, al otro lado de la línea, el recientemente desaparecido Fermín Cebolla, a la sazón redactor jefe, tras mostrar su perplejidad ("¿pero tú qué has tomado?"), le envió a cubrir el proceso 1.001 contra 10 sindicalistas de CC OO. Luego los directores de los medios de la cadena (entre ellos La Vanguardia y El Correo) le torpedearían a preguntas.

Fue testigo de la Transición, de las cuchilladas entre los herederos del franquismo, el ascenso de Suárez, las legalizaciones de los sindicatos y de los partidos de izquierda, los Pactos de la Moncloa, la constitución de la patronal CEOE, los movimientos inmovilistas y el golpe de Estado de 1981... Después llegarían los Gobiernos socialistas con el episodio de la expropiación de Rumasa casi como comienzo de una etapa a la que proseguirían la reconversión industrial, varias huelgas, los acuerdos sociales, las privatizaciones, el dinero fácil, las fusiones de los grandes bancos, los Gobiernos del PP, la entrada en el euro, el boom del ladrillo y las nuevas grandes fortunas, otra vez los socialistas en el poder, la reestructuración de las cajas, la crisis...

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.
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