Rubalcaba libra un pulso con el aparato del PSOE para cerrar listas

El cierre de las listas del PSOE para el 20-N está suponiendo un pulso entre el candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el aparato del partido. La pugna está condicionada por la pretensión de algunos dirigentes de ir en lugares de salida tras haber perdido sus puestos en las municipales y autonómicas, la previsible pérdida de decenas de escaños socialistas en las generales y el hecho de que Rubalcaba es el candidato, pero no el secretario general y, por tanto, no es formalmente el líder del PSOE, donde el aparato lucha por colocar a personas de su confianza y el exvicepresidente, a los suyos.

Los barones pactaron en La Moncloa la candidatura de Rubalcaba a cambio de mantener la paz interna. Ahora, el candidato ha impuesto la mayoría de sus condiciones, pero no ha logrado situar bien a algunos colaboradores. También intenta recuperar a varios diputados bien valorados. En algunos casos, ni siquiera ha dado algunas batallas en beneficio de la paz orgánica. Las listas han llegado a la sede del PSOE con variaciones respecto a las pretensiones de Rubalcaba, que quería un grupo parlamentario en el que combinara veteranía y experiencia de gestión. Ahora confía en corregir algunos puestos.