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Reportaje:BALONCESTO | Europeo de Lituania

Contra McCalebb y los prodigios

El estadounidense es la estrella de Macedonia, inesperado rival de España en el pulso que clasifica para los Juegos de Londres 2012 y la final

El rival más inesperado en la ronda más crítica afila el colmillo de la selección española, especialmente cauta ante el peligro que entraña Macedonia. El equipo de Sergio Scariolo se juega el pase a la final del Campeonato de Europa y el billete directo para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (16.30, La Sexta) ante una escuadra que, desde la modestia y alejada del foco mediático, se ha plantado en las semifinales. Lo ha logrado a golpe de victorias épicas, sorpresivas, ante selecciones superiores sobre el papel, ya fueran Croacia o Grecia, en la primera fase, Eslovenia en la segunda o, la última y más notoria, ante Lituania, el anfitrión, una potencia del baloncesto, en los cuartos de final.

El base, nacionalizado hace unos meses, solo lleva tres años como profesional
"Hay que controlarle. Está desequilibrando en cada partido", advierte Pau Gasol

El rosario de triunfos anonada porque los obtiene la selección de un país que apenas sobrepasa los dos millones de habitantes, que cumplió la semana pasada 20 años como Estado independiente y que nunca había sacado cabeza en ningún deporte. Su deportista más popular es el futbolista Goran Pandev, delantero del Inter cedido al Nápoles. A partir de ahora rivalizará con él Bo McCalebb, un jugador de baloncesto nacido hace 26 años en Nueva Orleans (Estados Unidos), que no habla el idioma del país balcánico, nunca ha vivido allí y apenas lleva 19 partidos como internacional con la camiseta amarilla y roja. Pero el pueblo macedonio ya considera a Bo McCalebb uno de los suyos. Y el base, nacionalizado hace pocos meses, devuelve el cariño a su nación de acogida con canastas. "Yo me siento macedonio, me siento parte de este país", dice en el hotel donde se concentra Macedonia poco antes de las dos del mediodía.

El de McCalebb y Macedonia es un matrimonio de conveniencia. La selección necesitaba un base para apuntalar su equipo, y a McCalebb no le venía mal un pasaporte europeo. Después de flirtear con Serbia y con Montenegro, Macedonia cazó a este eléctrico director de juego con una nacionalización fulgurante. El pasaporte, solo concedido a personas que hayan hecho algo importante por el país o con raíces familiares en él, estaba en su bolsillo en solo 48 horas cuando el plazo habitual es entre tres y seis meses, según explica el secretario general de la federación macedonia, Dejan Lekic.

Todo alrededor de McCalebb va a mil por hora. Su juego, atlético y rapidísimo, con explosivas penetraciones; su conversión en ciudadano macedonio casi de la noche a la mañana; y su carrera. Nadie diría que solo suma tres años como profesional, después de salir de la Liga universitaria estadounidense: uno en el Mersin, turco, otro en el Partizán de Belgrado y la temporada pasada en el Montepaschi Siena. Pero siempre quemando etapas muy rápido. Los dos últimos años, sin ir más lejos, ha jugado la Final a Cuatro de la Euroliga. Aunque, curiosamente, no sueña con la NBA: "No me gusta mucho, quiero crecer en Europa". Con Macedonia, claro, también ha triunfado nada más llegar. Contra España jugará su partido número 20, tras seis de clasificación para el Europeo, cuatro amistosos y los nueve que lleva en Lituania. Y ya es el motor de la revelación del campeonato, con 20,9 puntos, tres rebotes y 3,7 asistencias de media por encuentro. Con Ilievski, el exbase del Barcelona y fugazmente del Tau, forma una pareja intercambiable en la que se alternan las posiciones de uno y de dos. "Tenemos mucha movilidad, nos entendemos muy bien", dice Ilievski. Como sus compañeros, se hace entender con Bo en inglés, o en algunas palabras básicas en macedonio.

Las gestas de McCalebb, Antic y compañía le han valido a los macedonios una condecoración deportiva por parte de su Gobierno, concedida antes incluso de eliminar a Lituania. El país se volvió loco cuando su equipo llegó a semifinales. La capital, Skopie, quedó bloqueada por las celebraciones. "Hemos visto vídeos en youtube de la fiesta. Mucha gente busca ahora dónde está Macedonia en el mapa", cuenta Lekic, cuyos dos teléfonos móviles echan humo. "Tras el partido no podía dormir porque no creía lo que habíamos hecho. Es un sueño vivir este momento", dice McCalebb todavía con cara de sueño, "agotado" después de 37 minutos en la pista.

"Es un fenómeno, uno de los mejores bases de Europa", avisa Scariolo. "Hay que controlar a McCalebb. Está desequilibrando en cada partido", apunta a continuación Pau Gasol. El base devuelve la pelota: "España no tiene debilidades. Es el equipo perfecto".

McCalebb pelea el balón con el lituano Kaukenas en los cuartos de final.
McCalebb pelea el balón con el lituano Kaukenas en los cuartos de final.PETR DAVID JOSEK (ASSOCIATED PRESS)

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