Sándor Képiró, una vida en la mira de los cazanazis

El húngaro Sándor Képiró, sospechoso de haber cometido crímenes de guerra durante el nacionalsocialismo, falleció el 3 de septiembre a los 97 años en el hospital de Budapest en que estaba internado desde hacía meses, informó su familia y su abogado, Zsolt Zetenyi, que no especificaron la causa de la muerte, aunque afirmaron que el juicio al que fue sometido este verano contribuyó a empeorar su débil estado de salud.

Junto a Alois Brunner y Aribert Heim, cuyas muertes están por confirmar, e Ivan Demjanjuk, Iván el Terrible, también juzgado este año, Képiró encabezaba la lista elaborada por el Centro Simon Wiesehtahl, dedicado a la investigación de criminales nacionalsocialistas en la II Guerra Mundial

Estaba acusado de participar en la masacre de 1.246 civiles en Serbia

Képiró, que durante la época nazi fue capitán de la Gendarmería húngara, vivía bajo la acusación de haber sido cómplice de una incursión de la policía y las fuerzas armadas húngaras, filonazis, en el norte de Serbia. En el curso de la misma, perpetraron una masacre cerca del río Danubio que duró tres días -del 21 al 23 de enero de 1942- en la ciudad serbia de Novi Sad, la principal ciudad y capital de la provincia de la Voi-vodina ocupada entonces por Hungría, que un año antes había entrado en guerra junto a la Alemania nazi.

Un total de 1.246 civiles judíos, serbios y gitanos fueron ejecutados. A Képiró se le inculpó de dar la orden de matar a tiros a 36 de ellos.

Por falta de pruebas, fue absuelto en primera instancia por el tribunal estatal de Budapest el pasado 18 de julio, decisión que fue recurrida por la fiscalía, por lo que no era definitiva, y que el procesado conoció en el centro hospitalario en el que ha acabado sus días. La pujante ultraderecha húngara saludo con entusiasmo el fallo del tribunal.

La fiscalía había pedido al menos una pena de prisión para Képiró, pero este sostuvo que todas las inculpaciones eran "mentiras" dado que nunca había asesinado a nadie, si no que, por el contrario, había contribuido a salvar las vidas de cinco personas que iban a ser asesinadas por un cabo. Sostuvo, incluso, que había sido "el único que se negó a dar la orden de usar armas de fuego".

Previamente, en 1944, Képi-ró había sido condenado a 10 años de cárcel por crímenes de guerra en un proceso judicial militar, pero su pena fue anulada por el Gobierno fascista húngaro de la época.

Dos años después, en 1946, un tribunal del régimen comunista imperante en Hungría le declaró culpable y fue sentenciado en ausencia a 14 años de prisión.

Képiró huyó a Argentina, donde permaneció escondido 50 años hasta que regresó a su país natal en 1996. En 2006 fue descubierto por Efraim Zuroff, investigador del Centro Simon Wiesenthal, que pidió la reanudación del juicio. Su petición fue aceptada y el ministerio fiscal inicio su investigación en 2007.

Pero hasta el pasado mayo no daría comienzo en Budapest el nuevo proceso judicial. Para entonces, el ministerio fiscal aseguraba contar con pruebas de que Képiró había liderado un grupo que asesinó a 4 civiles en Novi Sad el 23 de enero de 1944.

Sin embargo, fue absuelto el pasado 18 de julio "por falta de pruebas" en un juicio considerado como uno de los últimos que se van a celebrar contra sospechosos de criminales de guerra nazis. Varios historiadores convocados como expertos han criticado el desarrollo del procedimiento, subrayando que los documentos en los que se basó la fiscalía estaban incompletos o se habían elaborado partiendo de malas traducciones.